NCT [One shots]

Jefe (Kun)

La música sonaba fuerte inundando toda tu casa mientras te paseabas por todo el lugar bailando y dejándote llevar por el ritmo, era tu día libre así que decidiste descansar a tu manera; teniendo un show privado acompañado de una copa de vino. Rara vez tenías tiempo para pasar en tu casa con tu gato sin pensar en el trabajo o en tu jefe que sin duda debía estar sufriendo en este momento por no tenerte cerca para solucionar todos sus problemas. 

Eran las cinco de la tarde cuando tu celular sonó sacándote de tu burbuja de felicidad, decidiste ignorarlo pues la llamada repicaba con el característico sonido de la película Psicosis que te daba a entender que era tu jefe. Pero la persona al otro lado de la linea no se iba a rendir tan fácil y tu carecías de paciencia así que a la tercera llamada decidiste contestar. 

- Si quiera sabes lo que significa un día libre - respondiste enojada sin dejarlo saludar 

- Me hacías falta, nena - su voz sonaba ronca 

- Creo que te equivocaste de número, Kun, el de  tu novia está más abajo

- Nunca me equivocaría contigo - escuchaste un pequeño gruñido salir de su boca 

- ¿Te estás masturbando?

- Tu voz me pone mucho - sus gruñidos se volvieron más constantes. 

Tú también gruñiste pero de frustración, ese idiota jefe te traía en su juego desde hacía cinco meses cuando estuvieron solos en un viaje de negocios.  La última noche habían celebrado con algunas copas el cierre de un lucrativo negocio y el ambiente entre los dos se había puesto caliente; siempre te pareció atractivo ese hombre de rasgos tiernos pero de mirada profunda que no concordaba con el lindo hoyuelo que se formaba en su mejilla cuando sonreía. Sabías que estuvo mal acostarte con Kun ese día, tú solo eras una de sus trabajadoras y él era un joven millonario empresario que ya tenía una atractiva novia. 

No te sentías bien sosteniendo esa inapropiada relación pero el de ojos oscuros siempre lograba hacerte caer en su juego, era coqueto contigo, te daba pequeños detalles y te hacía gritar de placer hasta dejarte sin voz. Siempre que tratabas de alejarlo, encontraba la forma de que aceptaras acostarte con él.

- Llamaste solo para poder correrte o necesitas algo más. Estoy ocupada

- Pensé que tenías el día libre - dejaste de escuchar sus gemidos 

- Mi vida no gira al rededor tuyo o del trabajo 

- ¿Dónde estás? Respóndeme ahora, t/n 

- Siempre te comportas como un mandón conmigo pero con los demás te muestras como el amable y tímido Kun - el chico no respondió así que suspiraste - estoy en una cita con Félix, pasaremos la noche juntos así que por favor deja de molestarnos. Adiós

Colgaste la llamada segura que lo habías hecho enojar, a pesar de ser un hombre tranquilo tenía muchas inseguridad y una de esas eras tú. Saber que no podía asegurarte a él y que solo eran una relación casual lo hacía morir de celos, quería tenerte solo para él, que ningún hombre te hiciera gritar como él. 

Seguiste disfrutando de tu tranquila cita, escuchando música, leyendo algunas novelas, tomando vino y mimando a tu rubio, hermoso y regorderte gato Félix. Reíste recordando lo que le dijiste, seguro que en este momento su cabeza se estaría imaginando un montón de escenarios tuyos con el supuesto hombre, se lo merecía por siempre querer jugar contigo. 

Al cabo de una hora unos golpeteos en tu puerta volvieron a interrumpir tu increíble día libre, te pusiste un camisón largo pues solo estabas en ropa interior y shorts, caminaste con pereza a la puerta llevándote la sorpresa de que se trataba de tu atractivo jefe el cual sostenía un llamativo ramo de girasoles, tus favoritos.