Broken I (Yuta)

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This is a modern fairy tale

No happy endings
No wind in our sails
But I can't imagine a life without
Breathless moments
Breaking me down, down, down, down

De nuevo la habitación silenciosa que taladraba sus oídos, la cama king size demasiado grande para su pequeño cuerpo, una botella de vino a medio terminar y las lágrimas secas que manchaban sus mejillas. Siempre la misma rutina de los fines de semana, los tres días donde el juego de la familia feliz terminaba y ella volvía a estar sola en un apartamento demasiado grande y vació.

El celular sonó sacándola de su mirada perdida y sus pensamientos divagados, lo tomó con algo de esperanza pensando que podría ser su tan amado novio pero como siempre su corazón terminó destrozado por querer sentir algo que no debía.

- Nana... - la voz de ella sonaba tan quebrada como lo vidrios rotos que aún seguían esparcidos en la cocina

- ¿Estás bien, t/n? ¿Estás llorando? No me digas que de nuevo pelearon - el chico en la otra línea tenía ese tono de voz acusador que solo la hacía sentir peor

- No, no, Nana, solo estoy viendo una película romántica

- Eres una mala mentirosa, puedo ver a Yuta-hyung besando a una chica en este preciso momento - sus ojos se volvieron a cristalizar tratando de respirar profundo para no soltar un gemido de dolor

- Ahórrate el sermón, Jaemin, ya sabes lo que pienso - trató de ser fuerte, como siempre lo hacía tratando de ignorar los consejos que le daban sus amigos

- En serio, t/n, ¿cuánto daño más estás dispuesta a soportar hasta que te quiebres del todo? - ella colgó

Era una pregunta retórica que siempre se le calaba entre los huesos ¿cuánto más?, no lo sabía, no sabía qué más esperaba, por qué se quedaba en ese lugar lleno de mentiras. Ella ya estaba rota, destrozada, quebrada su corazón no latía como antes, su piel ya no sentía el dolor de cada golpe y sus sentimientos se habían acabado pero igual seguía con él, amando como el primer día.

Se habían conocido muy jóvenes para saber si quiera que era el amor, cuando ella tenía quince y él dieciséis se juraron amor eterno como si fuera un cuento de hadas, como si estuvieran preparados para pasar el resto de su vida juntos; pero después de 10 años las personas cambian y las promesas de amor se marchitan si no trabajas en ellas.

Ella quería culpar a la monotonía por acabar con su amor pero muy dentro sabía que el chico siempre se había comportado de esa manera, un verdadero casanova que iba dejando corazones rotos por su camino pero ella siempre quiso creer que a ninguna la amaba como lo hacía con ella. Él decía que era la única, con quien quería casarse y tener hijos entonces ¿por qué debía dudar de sus palabras?, ¿por qué debía alejarse de él?

Ninguno de los dos era capaz de darle fin a ese relación sin futuro, crearon una dependencia emocional de la cual ninguno puede escapar. Se necesitaban tanto que incluso cuando discutían y él la tomaba por el cuello tan fuerte que dejaba de respirar, ella lo perdonaba porque prefería estar muerta a vivir sin él.

Salió de la oscura habitación para encontrarse con el desastre que habían hecho en la sala, una puñalada más para su corazón, no quería recoger pero sabía que si él volvía la castigaría por encontrar la casa en esas condiciones. Era un cínico, él fue quién le lanzó un vaso de cristal justo al lado de su cara pero no le perdonaría que no mantuviera su hogar en perfecto estado.

Se cortó sus dedos algunas veces tratando de recoger el desastre de vidrios y al terminar vio como el lugar estaba nuevamente perfecto como a él le gustaba, regresó a su habitación para curarse las heridas y tratar de dormir. Eran pasadas las 2 de la mañana y ella seguía levitando en la habitación con su mente perdida y sus ojos mirando a ninguna parte; era una escena triste de la cual el recién llegado hombre de cabellos teñidos se compadeció.

- ¿Por qué lloras, gatita? - el hombre apestaba a alcohol y cigarros haciéndola retroceder por el fuerte olor - No temas, preciosa, ya llegué a cuidarte

Sus besos se juntaron mezclando el impregnado aliento a licor que tenían ambos, las manos de él tomaron la cintura de la chica para recostarla en la cama con delicadeza mientras esparcía besos por su rostro, tratándola como la más preciosa de las criaturas. Pasó su lengua por el resto de lagrimas secas limpiándolas y dejando un camino de besos suaves.

- Me extrañabas y por eso llorabas, hermosa, pero no te preocupes ya estoy acá

Más besos que la hacían perder la cabeza, siempre tan atento cuando llegaba borracho después de un pelea, como si quisiera disculparse por todo el daño que había causado, como si unas palabras bonitas seguidas por besos fueran suficiente para sanar las grietas de la relación.

Esa madrugada los cuerpos de ambos se fundieron en el calor que solo ellos podían trasmitirse, él la llenaba de besos por todo su cuerpo, besando cada herida que había causado, cada moretón que el cuerpo de la chica evidenciaba y ella respondía gimiendo fuerte su nombre justo como al rubio le gustaba.

El sexo entre ambos siempre era satisfactorio pero vacío, falso como ellos, era caliente pero tierno y eso siempre la confundía en demasía. ¿Cómo podía dejarlo si él la trataba así? ¿Cómo podía ella entregarse a otros como lo hacía con Yuta? No podía simplemente no quería dejarlo, lo necesitaba y eso los estaba acabando.

Al terminar él le dio un corto beso en los labios para salir de ella y bañarse, la cabeza le daba vueltas y pensó que era buena idea seguirlo para tener más de ese calor que le había trasmitido pero el brazo él la sujeto con fuerza del cuello dejándola casi sin respirar.

- No te invité, preciosa, acaso tengo que enseñarte cómo portarte bien - sus ojos aguándose de nuevo y su cabeza tratando de negar nerviosamente. La soltó para darle un suave beso en la frente - Muy bien, entonces espérame en la cama como la linda novia que eres.

¿cuánto daño más estás dispuesta a soportar hasta que te quiebres del todo?, quería irse pero no podía, lo necesitaba como también necesitaba que alguien la salvara de ella misma.



NCT  [One shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora