Voy a olvidarte
Voy a borrarte
voy a enterrarte
porque desde ahora estás muerto para mí
Empacabas tus cosas con furia agarrando cada prenda del armario con ira, querías quemarlo todo para acabar con cada recuerdo que pudo impregnarse en tu ropa, desaparecer su olor, que las cosas que te regaló desaparezcan, que deje de estar, que se vaya. Tanto dolor en tu corazón, tanto odio que te estaba consumiendo que mojaba cada pedazo de tu memoria haciéndote ver las primeras citas, los primeros besos y los primeros te amo en negro, muertos, corrompidos por el desprecio hacía esa persona.
Seguías sacando tus cosas de los cajones estrellándolas en la cama sin siquiera doblarlas o tratar de guardarlas en la maleta, solo querías salir lo más pronto de esa casa, de esa habitación llena de recuerdos que ahora solo eran pesadillas. Tenías ganas de vomitar, el estrés te estaba comiendo por dentro dejándote sin vida sin ganas de seguir respirando, solo seguías moviéndote para no darle el gusto de que te viera en ese estado para que él nunca más pudiera hacerte llorar, que nunca más te vuelva a ver como su zorra.
Escuchaste la puerta principal abrirse haciéndote tensar, él había llegado, estaba ahí y tendrías que verlo si querías dejar el lugar, tendrías que ver su estúpida cara y esa sonrisa de suficiencia que ahora te repugnaba. Pusiste lo que pudiste en la maleta y la cerraste tratando de salir rápido antes de darle una razón para que te hablara pero fue muy tarde, como siempre había sido. Tarde como llegaste ese día a la cita con tus amigos, tarde como lo que tardaste para confesarte, tarde como ahora que te dabas cuenta que todo había sido una mentira.
Sus ojos castaño en forma de almendra se posaron en tu figura desarreglada el maquillaje corrido por la cantidad de lágrimas que salían de tus ojos, el cabello enmarañado por la cantidad de veces que habías pasado tus manos por él para controlar tu ira y tu ropa desaliñada que dejaba ver algunas partes de tu piel.
- Baby, ¿qué demonios haces? - hablando tan calmado, como si nada pasara, como si no te hubieras enterado
- Me voy - trataste de salir de la habitación pero él te lo impidió
- ¿Por qué estas actuando así?, ¿qué crees que haces? - te sujetaba de los hombros y tú solo querías cortarle las manos, ese tacto suave te daban más ganas de vomitar
- No me toques, déjame ir
- Explícame que está pasando ahora, t/n - "CÍNICO, MENTIROSO déjame ahora" era lo único que podías pensar
- ¿YO? Explícame tú que mierda fue todo este teatro, salir juntos, venirme a vivir contigo, comprometernos. ¿Qué mierda estabas tratando de obtener con todo esto?
- Por favor cálmate, déjame explicarte las cosas - A pesar de que te soltabas de su agarre él volvía a tomarte de los hombros para detenerte y eso solo te enojaba más, te hacía querer golpearlo.
- Debíste explicarlas el primer día que nos conocimos, me importa una mierda que seas homo, hete, bi, trans lo que quieras pero no te perdono que me hayas enamorado solo para engañarme con cualquiera que se apareciera en el camino
- Así no son las cosas, t/n, yo en verdad te amo y me enamoré genuinamente de ti pero estaba confundido
- ¿y me confundiste más de diez veces con alguien más? No me creas idiota, Ten, no quiero tus excusas no quiero nada de ti ni explicaciones ni perdones. Déjame ir ahora y asume esto como terminar todo - te quitaste el anillo de diamantes de tu dedo y se lo tiraste en la cara.
Ten te tomó con fuerza de la cintura y te apretó en su pecho dejándote sin escapatoria aunque patalearas y lo golpearas con fuerza, rompiste en llanto de nuevo, los oídos te zumbaban y solo veías negro sin ningún pensamiento coherente. Tomaste al chico de las mejillas y estampaste sus labios con los tuyos, mordiendo, enterrando tus dientes con fuerza, dejándolo sin respiración.
Tanto dolor que se transmitían pero el del chico era diferente, sentía verdadera culpa que solamente se dejó ser consumido por tu desesperación por castigarlo. Enredaste tus piernas en su cadera mientras tus uñas marcaban todo su cuello con tanta fuerza que sentías como levantabas la superficie de la piel. Él te lanzó a la cama y con ira rompió tus ropas dejándote solo en lencería, hiciste lo mismo con la suya y volviste a enterrar tus uñas en su cuerpo.
Mordías su cuello, su pecho, todo de él, lo hacías con fuerza y él se quejaba pero eso solo hacía que tú hincaras más tus dientes. El chico también te mordía en respuesta a tu comportamiento, te chupaba con fuerza sabiendo que te dejaría muchos moretones, te cogía con fuerza de las piernas y hacía que te incomodaras por la presión que aplicaba en tus muslos.
No se preocupó por tu placer, qué mierda importaba si era sexo de despecho, te penetró con fuerza sin dejarte acostumbrar sin ni siquiera dejarte respirar, te penetraba rápido y violento haciéndote gritar un montón mientras arañabas con más fuerza su espalda.
- Te odio, te odio tanto - le decías en cada estocada
Ni siquiera sentías placer todo era dolor, el nudo en tu pecho era cada vez más grande y tus ojos no dejaban de derramar lágrimas. A pesar de todo el odio seguían teniendo sexo en todas las posiciones que pudieran, tomándote con fuerza y estirando tanto tuss piernas que pensabas que te ibas a partir y montándolo tan fuerte que su pene podría fracturarse en cualquier momento.
Cuando finalmente ambos se vinieron rompiste en llanto nuevamente mientras salías de él, tomaste tu ropa vistiéndote sin siquiera preocuparte por lo horrible que dolían tus piernas y lo difícil que ahora era caminar. Miraste tu cuerpo en el espejo, lleno de heridas, de morados, de marcas era como si toda la presión que sentías dentro se hubiera manifestado en tu exterior; sentiste ganas de vomitar de nuevo pero querías irte rápido
- Perdón - lo escuchaste decir a tus espaldas, sentado en la cama mirando su cuerpo lleno de moretones
- Ten, desde ahora estás muerto para mí así que nunca más me busques
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NCT [One shots]
FanficOda al erotismo, la sexualidad, la vida cotidiana y el delirio NCT One shots