Desperado (Taeyong)

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Empujó la pesada puerta de metal de la salida de emergencia de la discoteca sintiendo el frío aire que le erizó las descubiertas piernas, respiró profundo tratando de llenar cada parte de sus pulmones con oxígeno libre de humo de cigarrillo y del dióxido de carbono que expulsan todos esos cuerpos apretujados allí adentro.  Miró a su alrededor, estaba en un callejón iluminado solo por las escasas luces de la calle principal y no había nadie cerca, sintiéndose sola estiró su cuerpo tratando de que en ese simple acto de alzar sus brazos pudiera liberar todo lo que sentía. 

Centró su mirada en el cielo tapado por los altos edificios, solo se veía un pequeño hueco difuso pues la contaminación no dejaba ver las estrellas; buscó entre su bolso la cajetilla de cigarrillos tomando uno para llevárselo a la boca y prenderlo. Recostó la espalda en la pared cerca a la puerta, apoyando su pierna derecha también y dejando solo su pie izquierdo con la tarea de sostener el cuerpo. 

Cada calada al cigarro era una lágrima menos que derramaba, estaba cansada de esa rutina, las mismas noches bullosas y las mañanas silenciosas el solo abrir los ojos era un tormento, la rutina de escuchar a sus padres quejarse por los negocios, las clases sin sentido,los amigos que solo se le juntaban por dinero y la cantidad de sexo sin amor que tenía a diario. Estaba muerta por dentro, consumida por el alcohol y el cigarrillo, además de una gastritis por falta de alimentos que la tenía tan flaca que la ropa empezaba a resbalarsele. 

Acabó el cigarrillo y lo estrelló contra el piso aplastandolo con sus botas negras, miró una última vez el cielo dispuesta a regresar donde sus supuestos amigos cuando la puerta abriéndose y dejando ver la figura de un chico de cabello azul la detuvo. Era bastante apuesto y tenía esa vibra de ser peligroso que le encantaba, nunca lo había visto así que suposo que debía ser uno de los tantos hombres que pasan por la gran ciudad buscando diversión. 

Su esbelto cuerpo estaba cubierto por una chaqueta de motociclista ancha de colores naranja y blanco, unos jeans negros rotos y el cabello hacia atrás lo hacía ver peligroso, como un bandido al cual no quisieras encontrarte precisamente en ese callejón. Sus ojos conectaron por un momento y él le dedicó una sonrisa ladiada que parecía esconder todos los secretos del universo, le hizo una seña para que pasara por la puerta pero la curiosidad de ella fue más haciendo que se quedara. 

Volvió a acomodar su espalda en la pared mientras miraba de reojo  al chico que buscaba entre su chaqueta un cigarrillo, se quedó embobada unos segundos examinando su rostro de facciones masculinas, con su mentón marcado y la nariz filuda; era bastante llamativo encontrar un hombre como él en esa pequeña ciudad. 

Escuchó que se quejó con el cigarrillo sin prender entre la boca y sus manos palmeando por todas partes de sus bolsillos, entendió lo que pasaba al instante y casi por instinto le extendió la mano con su candela negra en ella. Él la miró con una ceja levantada y luego acercó el cigarro a sus dedos para que ella prendiera la candela, le pareció embriagante verlo a solo un brazo de distancia y quiso quedarse así para siempre. 

Cuando él se alejó, sacó otro cigarrillo pues sentía que fumando calmaría todos esos pensamientos respecto a el completo desconocido. Pudo sentir al otro deslizarse por la pared para quedar en el piso pero sin tocarlo, con sus piernas flexionadas y todo su cuerpo descansando en las plantas de los pies; era cansado el solo verlo en esa posición y quiso decirle que se sentara apropiadamente o arruinaría sus rodillas pero él fue más rápido. 

- Gracias - dijo apenas audible luego de exhalar el humo, su mirada siguió el recorrido de la nube gris que se dirigía al cielo.

- Tardaste en decirlo - ella era especialmente sarcástica y molesta. El chico solo rió en respuesta

Se quedaron en silencio mientras acaban el cigarro, no se miraban ni trataban de hacerlo solo se concentraron en observar el humo que exhalaban ambos; se sintió tranquila con esa presencia desconocida y el sonido de su respiración también le agradó el olor que desprendía pues aunque estuvieran algo alejados su esencia era fuerte como la de un animal. 

NCT  [One shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora