Dilema III (Yuta)

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Yuta odia los mentirosos, tan sencillo como eso, no acepta las excusas sin fundamentos, ni las personas que tratan de estafarlo vendiéndole la vida de ensueño, no acepta la existencia de tratamientos milagrosos ni mucho menos apoya las mentiras piadosas que decimos para escapar de algún embrollo. Nakamoto sabe perfectamente que nadie podrá escaparse de las mentiras, alguna vez en nuestra vida diremos una como cuando de pequeño tuvo que inculpar a su primo para que no lo castigaran, pero eso no quita el hecho de que se sintió sucio después de decir tales patrañas sin titubear. 

Nakamoto Yuta odia las mentiras, por ende Nakamoto Yuta se odia así mismo.

La molestia irracional que le generan  las falacias inició cuando solo tenía siete años en un episodio tan dramático que cada que lo recuerda siente ganas de vomitar por la repulsión de la imagen de su padre besando a su maestra en uno de los baños de la primaria.  Ni siquiera tiene nítidos los recuerdos de lo que pasó después solo que su padre con una burlona sonrisita le dijo que si le decía a su madre sería castigado severamente. 

Lo que empezó como una mentira por omisión a su madre se terminó convirtiendo en una bola de nieve enorme de encubrimientos a su progenitora, que todos los días se iba desgastando con los abandonos y peleas que tenía con su esposo; Yuta podría haberle dicho lo que pasaba, podría haberle expresado cuando tuvo la oportunidad todas las veces que su padre se quedaba después de la jornada comiéndose la boca de su maestra, pero nunca lo hizo porque se convenció de que no era su problema. Incluso cuando cumplió los doce y comprendía mejor la situación se dijo así mismo muchas veces que no le estaba mintiendo pues el verdadero culpable era aquel que la engañaba entonces por qué tendría él que ver en algo. 

El balde de cruda realidad lo golpeó cuando a sus trece años su madre decidió quitarse la vida culpando a ambos hombres por su infelicidad, sobre todo a Yuta que siempre encubrió a su padre, para la mujer no había traición más grande que la de aquel que ella misma había parido y criado para ser honesto y un buen hombre. El chico nunca pudo perdonarse por mantener el engaño que causó la muerte de su madre, desde entonces solo se pregunta que habría pasado sí, pero nunca hay respuestas correctas cuando se trata del pasado. 

A pesar de su intento por no mentir su influencia paterna parecía ser mucho más fuerte que su odio por ese humano acto porque no hay nada más humano que engañar, manipular y mentir cuando es conveniente; la segunda gran mentira que Yuta mantuvo en su vida fue decir que le gustaba ser cercano a Johnny y Jaehyun. No era que al chico le desagradaran sus amigos o que los detestara, era que no quería ser tan cercano a ellos como lo era, Yuta era dependiente a esos dos como alguna vez lo fue a su padre. 

Su molestia se debía a su incapacidad de decir que no o de poner sus intereses por encima del de los otros, nunca había un 'lo que Yuta quiera' siempre era un 'lo que ellos quieran' esa perdida de decisión y de voluntad era lo que asfixiaba a diario al japonés que estaba tan acostumbrado a la presencia de esos dos que nunca se preocupó por hacer lo que le gustaba. Todo lo compartían como si fueran malditos hermanos, cosa que odiaba porque a él ni siquiera le gustaba lo mismo que a Johnny o Jaehyun, incluso entró a jugar futbol porque aquellos dos querían intentar dejándolo solo a la final cuando se cansaron de la actividad. 

Toda la vida de Nakamoto Yuta era una farsa, decía que no estaba triste por su madre cuando todas las noches lloraba por ella, apoyaba a su padre en cualquier tarea cuando en realidad lo detestaba, les juraba a sus amigos amistad eterna cuando en realidad quería algo de libertad y aparentaba ser un fuckboy cuando solo quería alguien que lo amara de verdad. Por eso se odiaba porque era la representación de todo aquello que detestaba de los demás 

NCT  [One shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora