Oficina (Mark)

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El día estaba oscuro, nubes grises que amenazaban con llover y tú solo podías ver por la ventana el mar de gente que con prisa se dirigía a sus casas antes de toparse con la tormenta. Suspiraste por milésima vez en el día, movías el lapicero de lado a lado golpeando el escritorio, tomaste un sorbo del quinto café del día y regresaste tu mirada a esa molesta linea vertical en la hoja en blanco que pedía a gritos que escribieras rápido pero a ti no te salía nada. 

Trabajabas como editora en una revista  y tenías que entregar una editorial sobre ideas para hacer el sexo más divertido  y sin duda estabas atascada. Ya eran las cinco de la tarde y aún seguías en la oficina intentando acabar ese artículo, querías darte por vencida, mandar todo a la mierda, que alguien más hiciera ese trabajo pero no tenías más opción sabías que ese día llegarías tarde a casa así que ojalá no te tocara en pleno diluvio. 

Tu celular sonó dándote una razón más para dejar de obligarte a escribir

- Hi, baby - se escuchó del otro lado

- Gracias por darme un razón válida para distraerme - reíste haciendo que la otra persona también lo hiciera

- ¿Bloqueo creativo?

- El peor hasta ahora - sujetaste tu cabeza con la mano libre volviendo a suspirar - ¿cómo vas tú, Makku? 

- También me quedaré hasta tarde ensayando, de hecho me escapé para saber de ti 

- Te extraño un montón, ya quiero volver a verte 

- Yo también, hermosa - el chico hizo una pausa bastante larga y escuchaste que una puerta se cerraba del otro lado - ¿Sabes? aunque no pueda estar ahí para ayudarte con el bloqueo creativo podría darte una mano desde acá

- ¿Qué planeas, Mark Lee?

- ¿Aún guardas ese vibrador en tu escritorio? - te mordiste el labio con fuerza, ese hombre en definitiva era tu debilidad y él sabía como aprovecharse de eso.

- Estas loco, amor, espera cierro la puerta - Ese día sí que agradecías tener tu propio lugar, apartado del resto de los trabajadores y con las ventanas polarizadas. Además que a esa hora la mayoría ya se había ido a su casa así que tenías el lugar solo para ti. 

Sacaste el pequeño vibrador ovalado negro de uno de los cajones más escondidos del escritorio, sonreíste de medio lado sintiéndote excitada, solo a ese canadiense se le ocurriría tener sexo telefónico en el trabajo.

- ¿Ya estás lista, preciosa? - el chico hizo un gruñido haciéndote soltar un gemido de afirmación 

- Estaba pensando en cómo lo hicimos ese día en tu casa, estabas tan caliente y hermosa con ese conjunto de lencería blanco que te regalé de cumpleaños. Parecías un ángel - podías escuchar su voz ronca y los pequeños gemidos que soltaba entre cada frase, lo imaginabas tocando su pene y eso solo hacía que te mojaras.

- Vas a hacer que me corra solo con tu voz - metiste tu mano por debajo de la falda desajustándola un poco para darle libertar a tus dedos de correr las bragas - sabes, estoy usando ese lindo conjunto del que hablas 

- Gatita traviesa, desliza esos hermosos dedos sobre toda tu intimidad e imagina que soy yo quién te toca ¿puedes sentirlo? como recorro cada espacio de tus pliegues y me detengo en ese pequeño botón que tanto te enloce cuando lo estimulo - tus dedos seguían sus ordenes casi en piloto automático 

Su voz ronca te guiaba haciéndote deslizar los dedos por tu clítoris de manera lenta en movimientos circulares mientras te mordías el labio para no hacer tanto ruido, dejabas escapar pequeños gemidos que se combinaban con los del chico, sentías el ambiente tan caliente, te costaba respirar, tus dedos no dejaban de moverse y te aferrabas con fuerza a la silla.

- Nena tócate con el vibrador y ponlo al máximo, quiero oírte decir mi nombre tan fuerte como puedas 

Gemiste fuerte sintiendo el vibrador en ti, era tan pequeño que tenías que sujetarlo con fuerza para que no se te escapara de los dedos, acomodaste tus piernas lo más abiertas que podías para tener más acceso

- Recuerda que sigo en el trabajo, idiota, deja de hacerme querer avisarle a los de limpieza que estoy teniendo sexo con mi novio y un vibrador - el chico rió siguiendo con sus ordenes, el vibrador te daba una experiencia diferente, era casi como tocar el cielo y te estaba encantando. 

La voz gruesa del chico resonaba en tus oídos mojándote más, te estaba matando con sus frases sobretodo cuando te dijo "Me haces querer venirme y ni siquiera me estás montando". Maldito pequeño mocoso que sabía cómo complacerte así no estuviera a tu lado, seguías moviendo el vibrado con impaciencia hasta que lo sentiste cerca, esa sensación de estar volando, las pupilas dilatadas, tu lengua reseca y esa sensación de querer derretirte. 

- Me voy a venir - gruñiste con fuerza y dijiste su nombre en susurros mientras sentías el orgasmo recorrer tu cuerpo, pudiste escuchar como el chico también te llamaba y sabías que se había corrido contigo. Regulaste la respiración, sacando el vibrador de ti y tomando algunas toallitas para limpiar el desastre que habías hecho. Los dos aún respiraban agitados pero empezaste a reír 

- Te odio, cómo pudiste convencerme de hacer esto - tus mejillas estaban rojas ahora por la vergüenza repentina que sentiste por hacer algo así 

- No te escuche quejarte ni una vez 

- Deberías regresar a tu ensayo, los chicos ya deben estar sospechando - escuchaste su escandalosa risa al otro lado de la linea y tu corazón saltó por lo feliz que te hacía oírla

- ¿Ya se te pasó el bloqueo?

- Creo que tengo algunas ideas, pero que tal si pasas por mí cuando termines y nos aseguramos de se me haya pasado del todo

- El diluvio no me detendrá, gatita traviesa 

Bueno ahora seguro que tenías una increíble idea de la cual escribir en tu artículo. 


NCT  [One shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora