NCT [One shots]

Pantimedias (Mark)

Pantimedias, esa lycra transparente que se ajustaba a la perfección en cualquier pierna, aprisionando la carne tan fuerte, pero tan suave que volvía cualquier muslo el doble de atractivo. A él le gustaba esa prenda sin importar el color, si tenía diseños, si era de maya, desde que estuviera adornando los muslos de las chicas; era tan excitante ver como esa tela se movía cada que la usuaria daba un paso, era como si fuera un complemento perfecto de las piernas volviéndose una sola con la piel, cosa que solo lograba ocasionarle un montón de pervertidos pensamientos. 

Mark no era un pervertido calenturiento o algo parecía, conocía los límites, si bien amaba esa prenda no era como si cada vez que veía una oficinista llevarla tenía una erección instantánea, él más que nadie sabía que así no era como funcionaba pues al trabajar en una empresa de alto prestigio estaba más que acostumbrado a verla a diario. Pero otro escenario muy diferente era ver esa lycra contorneando las piernas de la novia de su mejor amigo; era en ese momento cuando el canadiense tenía que pedirle a su dios que no lo hiciera quedar mal. 

La novia de Taeyong era terreno prohibido, él lo tenía más que claro pues no había forma de que traspasara esa delgada línea acabando con la confianza que ambos habían construido durante diez años, 'no lo iba a hacer' era lo que se repetía a diario cuando sin aviso se levantaba de un sueño húmedo con la mujer en cuestión. Una tortura era lo que estaba viviendo Mark desde que conoció a la chica hace dos meses en una reunión con sus amigos, apenas la vio entrar vistiendo un corto vestido negro que apenas lograba taparle la intimidad y unas medias veladas negras brillantes supo que no podría sacarsela de la cabeza en un buen tiempo; solo que no contaba con que su enamoramiento se alargara tanto. 

Había intentado todo lo que se le ocurrió que podría sacarla de sus pensamientos: estuvo con algunas prostitutas a las que obligó vestir esas pantimedias que le encantaron tanto, se masturbó un montón de veces con la imagen de ella e incluso fue un poco más allá preguntándole a Taeyong como era su novia en la cama. No era como si no hablaran de esos temas seguido pues usualmente solían hablar de sus experiencias sexuales, pero esta era la primera vez que el menor demostraba tanto interés por conocer hasta el último detalle de cómo era en la cama y si no tuviera respeto hasta le pediría a su amigo que le dejara oír los gemidos de ella. 

Ese viernes en la noche abrumado por sus pensamientos repetitivos decidió salir solo a un bar fetichista donde podría conseguir fácilmente mujeres bailando en las mesas y prometerles grandes cantidades de dinero a cambio de dejarse joder mientras vestían pantimedias. Mientras entraba en el recinto se cuestionó si estaba actuando como un maldito psicópata o enfermo por querer reemplazar al objeto de su deseo con un montón de mujeres, pero alejó ese pensamiento pues había ido a ese lugar para soltar toda su frustración sexual así fuera por un maldito minuto mientras estaba tocando el cielo con su orgasmo. 

Se acercó a la barra para pedir una botella de coñac pues bajo los efectos del alcohol y una que otra pastillita podía imaginar que esa desconocida era la novia de su mejor amigo, aumentando su placer y su deseo, perdiendo por completo el sentido común para dejarse llevar por su lado primitivo que solo le pedía a gritos liberar toda la tensión sexual. Mientras esperaba por la orden se dedicó a mirar a las chicas bailando tratando de elegir cuál se parecía más a la que en verdad quería follar, tan sumergido en sus pensamientos que no notó como una curvilínea figura se paraba a su lago apoyando el busto en la barra mientras extendía su nalga hacía atrás dejando que todo el que por ahí pasaba se deleitara con el vestido tan corto que parecía a punto de revelar de más, pero que aún cubría lo suficiente para que eso no pasara. 

- Tienes un increíble gusto, Mark Lee - su voz dulce como la miel era tan reconocible que por un segundo creyó que estaba delirando por la cantidad de ganas que tenía acumuladas.