6. Alguien que nunca debiste conocer

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Al día siguiente con el cuerpo y mente activado Génesis se apresuró a organizar cada rincón de la casa para que no hubiera reclamo por Meredith. Y aunque la casa se mantenía en un estado tan pulcro gracias a la falta de presencia viviente, siempre había detalles para perfeccionar.

Dirigiéndole unas cuantas palabras a su tía que desayunaba en la cocina, se precipitó al baño de arriba para tomarse una ducha relajante, dejó que el agua recorriera cada rincón de su piel como una corriente liberadora de frustración para lo que se avecinaba en su nuevo trabajo. Si bien su nerviosismo era frecuente al socializar, en este punto era en escala mayor.; no sabía con exactitud si era el hecho de que Lars la intimidaba o si el bar con alcohol y humo de cigarrillos por todas partes la volvía loca. Pero recordándose o mejor dicho calmándose, pensó que su trabajo sería menos complicado si ayudaba con el restaurante.

Y de pronto todo comenzó a fluir mejor. Vistió unos jeans azules y una playera de Heinrich que en otro tiempo le quedó a los catorce a él, se ajustó al cuerpo de Génesis. Cuando bajó su tía ya se encontraba en marcha por la carretera, no informó de su nueva situación, pues además poco le importaría con tal no la involucrara a ella.

Ya más preparada tomó su bolso y bajó al sótano por una sudadera. Quizá su aspecto no fuera el más atractivo o hilarante, pero eso era de menor importancia en ese día. Solo agradeció encontrar algo que no fuera tan deplorable.

Con diez minutos más tarde de lo acordado una motocicleta negra menos ruidosa se hizo presente en la orilla de la carretera. Nicolas sin usar casco una vez más, la esperaba ya fumándose un cigarro.

- Fumas demasiado - le regaño Génesis mientras se acercaba atravesando el patio frontal.

Nicolas arrojó primero el humo y luego pisó con la punta del converse la colilla. Su expresión era una advertencia de decir acostúmbrate con un encogimiento de hombros.

Pero no pareció mal educado sino más bien perdido.

- Ayer no lo hice cuando estábamos viendo la película - dijo.

- Fumaste uno - inquirió Génesis mientras le rodeaba el torso con ambos brazos, ya montada en la motocicleta.

- Eso para mí ya es un avance.

- Eso espero.

La distancia hacia el restaurante desde la casa de Meredith en vehículo era poca. Más bien si iba manejado por Nicolas. Sin miedo a la muerte, los árboles eran borrones vistos a través de las fuertes ráfagas de viento que los interceptaban. Sin mayor atavío más que solo el mareo de la velocidad. Llegaron a Caligo.

Al entrar un ambiente más calmado al del día anterior los recibió. Dentro el clima estaba cargado de olor a alcohol y al avanzar más a la derecha, en la división del restaurante, flotaba un olor a especias.

La música resonaba con débiles sinfonías del cantante. Era una canción lenta y embriagante, la melodía correcta para ver a Lars sirviéndose un trago en la barra, con un aspecto sencillo pero fuerte. La penetrante mirada de ojos atrayentes comparada con una gota de rocío sobre una verde y tierna hoja en invierno. Génesis lo evitó y caminó a paso lento hacia la cocina guiada por Nicolas. Nicolas y Verónica se encargaban de cocinar, mientras Kath servía como mesera en el restaurante.

Con el tiempo limitado para grandes explicaciones, Génesis se fue adaptando al oficio, cometiendo uno que otro error e interceptándolos de mejor forma para que estos no le afectaran su desenvolvimiento en las demás ocupaciones. Al medio día Kath se hizo presente, mostrándose más amable con Gen. Y por fin gozando de unos quince minutos de descanso salió por la puerta trasera para almorzar, pero el único lugar más disponible que encontró fue al lado de los basureros, si bien no era el lugar más indicado para alimentarse, sintió que no había mejor alternativa pues no quería estar a la vista de los demás ni servir de estorbo en un horario ocupado.

Larscifer [parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora