Insane✔ [Dementia #1]

Capítulo 48

—Te extrañé —le murmuré al oído a Matthew luego de caer rendida a su lado.

—Lo sé —respondió y lo miré entrecerrando los ojos—. Oh, ¿debía decir que yo también?

Él rió sarcástico y puso su mano en mi mejilla, acariciándome con su pulgar.

—Sabes que yo a ti, muñeca.

Me giré mirando al techo sin sentido alguno, lo que lo preocupó.

—¿Qué tienes?

—¿Qué es a lo que más temes?

—Buena pregunta, este es el momento de la noche en que después de estar calientes hablamos de cosas de la vida, ¿cierto?

—¿Matthew?

Él resolló como si fuera un caso perdido.

—En este momento, que hallen un cadáver del que tuve que deshacerme y que los lleve a nosotros. O que descubran que los suicidios fueron homicidios.

Eso no lo había declarado antes, pero con lo que había sucedido ya me había dado cuenta de la verdad, así que solo asentí con la cabeza.

Lo que hacía era asesinar a aquellos que habían hecho daño a las mujeres. De ahí la pregunta de Marvin: ¿Él te ha hecho daño? Todo comenzaba a encajar perfectamente, pero ya nada me importaba, había hecho lo mismo con mis propias manos, éramos de mundos muy parecidos.

Ignorando estos pensamientos volví a preguntar:

—¿Y en general?

—Perderte. —Confesó y sonreí débilmente— No podría permitirme perder a alguien más, que sea tan importante en mi vida.

—¿Y a Marvin?

—Sí, y a ese inútil también.

—No lo llames así.

—Estoy jugando —objetó encogiéndose de hombros. Mi momento de felicidad volvía a desvanecerse y suspiré angustiada. Él lo notó y siguió hablando—, ¿Y tú? ¿Temes perderme?

—He perdido tanto en esta vida, creo que, si pierdo algo más, una pieza clave, no sabría cómo seguir.

—Ey, eso no va a pasar —posó su mano sobre la mía y la acercó a sus labios, haciéndome sentir la tibieza envolvente de estos.

Se giró y tomó mi estuche con los lentes y me los puso.

—¿Ahora ves más claro? No te dejaré —dijo dándome un beso tosco en los labios—. Sea como sea voy a estar junto a ti, Madeline.

Amaba cuando jugaba conmigo intentando hacerme sentir bien, las oscuras escenas de esa noche volvían a mi cabeza como disparos, sueltos, sin sentido, abrumadores, no obstante, él me contenía. Me pegué contra el cuerpo de mi novio poniendo su brazo sobre mí, obligándolo a abrazarme mientras me dormía para no pensar en nada, ese era el único momento en que no tenía que hacerlo.