Capítulo 21

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Nunca hables antes de tiempo, debía haberlo aprendido hacía rato, pero parecía que no lo había comprendido aún

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Nunca hables antes de tiempo, debía haberlo aprendido hacía rato, pero parecía que no lo había comprendido aún.

Luego de que Alexa despertara y todo fuera fiesta me despedí de ella cuando ya estaba atardeciendo, yéndome a mi casa.

Al llegar no pude evitar tirarme a la cama con una sonrisa enorme luego de cenar algo, Thomas me observaba expectante como si quisiera enterarse el motivo de mi sonrisa, le relaté lo sucedido con entusiasmo mientras le acariciaba la cabeza; notando cuanto necesitaba a un compañero antes de que él llegara.

Me quedé dormida jugando con mi gato, el sueño fue bastante placentero, aunque horribles imágenes me despertaron a mitad de la noche sin sentido alguno, hacía tiempo no me pasaba. Me puse de pie y caminé tambaleándome hacía el baño para lavarme un poco la cara. Al levantar la cabeza y verme en el espejo pude ver una sombra detrás mío, me giré de manera apresura mientas esta sombra, la silueta de una persona, se acercaba cada vez más a mí.

Yo no podía moverme estaba aferrada al lavamanos, mis piernas no reaccionaban y mi voz no salía para gritar, me encontraba indefensa con alguien frente a mí. Cuando su cuerpo estuvo a escasos centímetros del mío vi como lentamente sacaba una hoja de un cuchillo de su manga.

Grité como nunca antes al ver que tenía sangre, pero la peor imagen fue cuando este individuo se sacó la capucha ya que la persona que sostenía el cuchillo era yo.

Me desperté con el corazón acelerado, mi pecho subía y bajaba con rapidez, Thomas me miraba con cautela como si en cualquier momento, yo pudiera saltarle encima. No debía haber vuelto a la cabaña, no debía haber visitado a Alexa.

No puedes vivir en una mentira.

Cállate.

Luego de una pelea conmigo misma decidí levantarme y esta vez ir al baño sin una persona detrás mio que resultaba ser yo... ¿Qué significaba eso? Preferí no averiguarlo, traté de volver a dormirme sin darle vueltas al tema, lo que me resultó imposible. Sentada en la cama, observé el reloj, eran las cuatro de la madrugada, suspiré sino me podía dormir solo quedaba una cosa para hacer. Escribir, la aceleración luego de la pesadilla, agregado a lo que pasó en la semana, inspiraba para al menos escribir uno o dos capítulos de la historia y así hice.

Pasé toda la madrugada avanzando con la escritura hasta que mis ojos realmente pesaban, mi cuello dolía y cada vez me iba encorvando más, además de que las ideas ya se estaban acabando. Me atreví a mirar nuevamente el horario, eran las siete, había pasado tres horas frente a la pantalla, así que antes de quedarme ciega, lo dejé.

Me hice un café luego de lavarme la cara y notar las bellas ojeras que se habían formado bajo de mis ojos, los ignoré y tomé mi café viendo el sol alzándose en el cielo desde el balcón, tal como la vez que había tenido el placer de escuchar la conversación entre Matthew y Marvin, eso se sentía tan lejano en ese momento.

Me eché hacia atrás en el asiento relajándome, el pelo me caía en mi rostro, aunque no me molestaba, puse una música de fondo muy baja para que los vecinos no se quejarán y comencé a ordenar todo el departamento que nuevamente era un desastre. Lo único que siempre lucía impecable era mi biblioteca, que casi nadie tocaba, era lo más preciado de ese lugar.

Recordé como leía de pequeña, había comenzado con las historias clásicas, algunas de Shakespeare, algunas de princesas que terminaron por no gustarme y pasé a los de fantasía y un poco de mitología. Seguí con las románticas y termine con las de misterio y terror.
Mis épocas fueron bastante variadas, hasta el día de hoy que sigo leyendo de lo que sea pero sobre todo de terror y misterio.

Cuando ví que el lugar quedó ordenado guarde todo lo que usé para limpiar y me tire en el sofá, Thomas se subió a mi regazo y comenzó a ronronearme yo lo acaricie sonriendo
Extrañaba a Sirius, no sabía cómo habría entrado en el apartamento siendo ya adulto pero aun así me lo imaginaba tirado a mi lado junto a Thomas en mis piernas.

Canté por un rato y me paré nuevamente para buscar la ropa que me iba a poner esa noche ya que iría a la reunión de Matthew. Me sentía de buen humor para hacerlo.

Abrí mi armario y comencé a tirar la ropa en la cama intentando ser lo más ordenada posible, busqué por un rato, me probé algunos looks, me estresé mirándome al espejo y quedándome en ropa interior por un rato para volver a buscar.

Entonces decidí probar suerte en la parte del armario que casi nunca abría, allí estaban mis antiguos vestidos, había uno negro ajustados al cuerpo, uno rojo fuego ajustado arriba y suelto abajo, uno azul bastante suelto, entre otros. Los usaba con regularidad en años anteriores. Decidí tomar valor y agarrar el celeste para ponérmelo, el vestido celeste de ella, solo lo había usado una vez en mi vida.
Me observé en el espejo, lucía exactamente como lo recordaba en mi cuerpo, las curvas se me marcaban con facilidad, se me veía bastante bien comparado con toda la otra ropa que me había puesto antes.

Sonreí con suficiencia y lo dejé preparado con unos tacones bajos de color negro, ella estaría orgullosa.

Volví a hacer nada en absoluto excepto, comer, dormir, ver la tele y escribir hasta que llegó la hora para subir.

Al llegar al piso número doce, toqué la puerta con suavidad pero que se escuchará y esperé a que me abrieran

El que me recibió fue Marvin quien me sonreía de oreja a oreja, la música comenzó a escucharse sin embargo era baja como si estuviera solo de fondo, me dejó pasar y caminé a su lado hasta llegar donde estaban todas las personas, allí íbamos.

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Nota de Autora: hola mis queridos lectores, si llegaron hasta aquí ya se ganaron mi cariño.

No olviden de votar que me ayuda muchísimo

Pd: ¿Qué será la pesadilla de Madeline?

Insane✔ [Dementia #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora