Capítulo 40

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Maratón 1/3

La policía llegó minutos después, esposaron a Lucas quien se negaba a irse y cuando me pasó por al lado soltó palabras que no quería escuchar y se quedarían grabadas en mi mente

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La policía llegó minutos después, esposaron a Lucas quien se negaba a irse y cuando me pasó por al lado soltó palabras que no quería escuchar y se quedarían grabadas en mi mente.

—Madeline, mi preciosa Madeline, debo agradecerte nuevamente por todo lo que has hecho por mí, estamos destinados a estar juntos por más que no lo quieras aceptar.

—Llévenselo, por favor.

—Algun día nos volveremos a ver Madeline, te lo prometo.

Los oficiales lo alejaron de mí bruscamente, pero él se resistió y antes de ser arrastrado fuera de la casa me lanzó un beso sonriendo de manera sádica después.

—Te lo prometo —repitió haciendóme temblar ligeramente, aparté la mirada y esperé a escuchar que la puerta se cerrara confirmando que se había ido.

Algunos buenos recuerdos junto a él pasaron por mi mente mientras lo veía salir, y las lágrimas amenazaron con escaparse, pero las retuve recordándome cada cosa horrible que había hecho. Lo que me había dicho resonaba en mi cabeza mientras Leila me abrazaba preocupada por mi salud mental.

—Quiero ir a casa, Leila.

—Lo que te parezca mejor. —Sin dejar de rodearme con el brazo le dijo al par de hermanos que me llevaron a casa.

Salimos y nos subimos los tres en silencio al auto de Matthew, quien aún parecía bastante perturbado, diría que estaba lleno de culpa, y lo entendía. Cuando Lucas mencionó lo de Megan comprendí entonces del por qué él apareció en la fiesta de Tiff todo hecho un lío, había querido ayudarla, pero no lo había logrado.

—¿Cómo lo sabían? —pregunté en el camino.

—Sean es su hermano y nos habló de la condición de Lucas. Él nunca admitía que necesitaba ayuda, pero Sean bien lo sabía. Pudimos confirmarlo cuando pasó lo que pasó contigo, cuando se pelearon. Entonces hablamos con Sean y dijo que él había estado haciendo cosas de las que no estaba enterado, pero sabía que no era normal. —Me respondió Marv.

—¿Sean el del psiquiátrico?

—Sí, él.

—Lucas nunca mencionó a un hermano.

—Se avergüenza de él, aunque sea muy hipócrita.

—Realmente —concordé.

No hablamos por el resto del viaje y cuando llegamos ellos me dejaron en mi apartamento. Con rapidez tomé mi laptop desahogándome en la escritura como siempre hacía, los ojos se me pusieron rojos y las lágrimas, de decepción y desesperación, comenzaron a salir. Con cada palabra que escribía esa sensación de angustia era más fuerte, hasta el punto de un colapso. Terminé en el suelo llorando para luego golpear todo a mi alcance, haciendo que mis nudillos sangraran.

Insane✔ [Dementia #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora