Capítulo 34

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Doble actualización gentee.

Avancé de manera precausiosa, tomada de la mano de mi nueva amiga

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Avancé de manera precausiosa, tomada de la mano de mi nueva amiga. Ella sonreía de oreja a oreja mientras yo trataba de imitar su seguridad, aunque estuviera algo asustada la verdad. Llegamos al lado de la mujer, ella se puso de pie con una sonrisa.

Tenía una copa de vino en la mano y llevaba puesta una bikini que le sentaba muy bien, debía tener unos cuarenta años o un poco más, pero tenía el físico de una chica de veinte. Cuando se sacó sus anteojos de sol negros, pude ver mejor su rostro, se había operado los labios, pero solo eso, sus ojos eran color celeste, a diferencia de los de Tiffany que eran marrones, aunque tenía el mismo cabello rubio de su hija que le llegaba hasta por debajo de los hombros. Se inclinó para saludarme con un beso en la mejilla y yo me acerqué a ella para que no se quedara colgada.

—Madre, ella es Madeline quien ha hecho que me salvaran.

Sus ojos se abrieron en sorpresa y los míos aún más cuando se abalanzó a abrazarme, luego de ese segundo de sentimentalismo se volvió a erguir en una posición segura.

No muestra debilidad.

—Un gusto en conocerte querida, ¿por qué no vienen a tomar algo de sol? Está ideal —ella sonrió y le devolví la sonrisa.

—Primero tengo algunas cosas para hacer en mi cuarto, luego claro que si madre —le respondió su hija.

Yo giré mi cabeza hacia a la rubia con el ceño fruncido sin saber a qué se refería, no obstante, con su mirada me indicó que después me explicaría.

Sin decir nada más, subimos las escaleras que daban a un largo pasillo donde se encontraban las habitaciones y un gran baño en medio. Había cinco cuartos así que le pregunté a la chica a mi lado quien más vivía allí.

—Mi hermano mayor viene de vez en cuando, hoy, por ejemplo, estará en la fiesta y la otra habitación es la de huéspedes.

Oh claro, la de huéspedes. No podía faltar una de esas en lugares así. Llegamos hasta el final del pasillo y Tiffany abrió la puerta de la que era su habitación, sin embargo, algo llamó mi atención antes de entrar. Había una puerta más chica que las otras que no había notado antes. Aunque amagué a entrar, la rubia me detuvo observándome seriamente.

—No puedes entrar allí.

Solté el picaporte con cierto recelo y entré a su cuarto agachando la cabeza apenada seguida de ella quien cerró la puerta luego de que ambas pasáramos.

—Linda habitación —lo decía en serio, aunque todo era muy rosa para mi gusto.

La cama parecía ser la de un matrimonio, las sabanas eran de color rosa y blancas. Las paredes eran del mismo color a excepción de que una era aguamarina, los estantes estaban llenos de fotos familiares, de ella y de animales, otro de los estantes tenía premios, algunos de baile, otros de modelaje. Al lado de la cama había un escritorio con una silla también rosa, en una de las esquinas yacía un sofá felpudo también rosa. Parecía una de esas típicas niñas malcriadas de las películas que todas mostraban, sin embargo, algo no me cerraba. Ella no era así, algo faltaba allí. De igual forma, ignoré ese pensamiento y continué mirando todo minuciosamente. Cuando terminé con mi inspección sentí que, si no veía otro color pronto, iba a vomitar. Me gustaba, sí, pero ya era demasiado

Me senté al borde de la cama y Tiff a mi lado, ella me sonreía, pero en su mirada pude notar que era como si buscara aprobación, le sonreí y ella pareció tomarlo como esa aprobación.

Un minuto de silencio incomodo hizo de que decidiera levantarme.

—Tiff el baño estaba al principio ¿cie...

Mierda, fue lo único que pude pensar al sentir los labios de la rubia estampándose contra los míos. Reaccioné tarde, pero con sutileza la alejé de mí, ella solo me miraba expectante y yo no sabía que decir. Solo salí de esa habitación como una cobarde tomando camino al baño.

No lo hagas, Madeline.

Me volteé en contra de mi voluntad como siendo atraída a esa puerta misteriosa. Me dirigí hacia ella velozmente rogando que la chica que había dejado atrás no salga del lugar en donde estaba. No estaba cerrado así que entré con facilidad, cerré sin hacer ruido e instintivamente busqué algo para prender la luz ya que me encontraba a oscuras, sentí bajo mi mano un interruptor así que lo subí. Inmediatamente se encendieron unas luces que eran muy tenues, aunque era suficiente para ver algo que jamás me imaginaba encontrar.

Todos ocultan secretos, ¿verdad?

Parecía ser un lugar de juegos, pero demasiado adulto. Había pelucas, diferentes trajes, computadoras, cámaras, entre otras cosas. En la mesa había un par de imágenes que me acerqué a ver, se trataba de fotos de Tiffany, la madre y los que parecían ser el padre y el hermano. Eso comenzaba a asustarme, sin embargo, me decidí a ver una pequeña grabación que había quedado en una de las computadoras abiertas. En ella, Tiffany estaba con una peluca negra larga y con un traje negro muy apretado, bailando, siendo alguien que no era, o siendo quien realmente era.

Al terminar el vídeo sentí como la puerta se abría y corrí a ocultarme.

—Mads sé que estas aquí, así que debería explicarte que es esto.

La rubia caminó hacia donde estaba escondida estirando su mano para ayudarme a levantarme, yo la tomé con desconfianza y salimos juntas de ese lugar. Entramos nuevamente a su habitación, sentándonos incómodamente en la cama, ella no dejaba de mirarme con algo de miedo.

—No le diré a nadie.

—Eso esperaba.

—Pero quiero saber.

—Creo que te diste cuenta sola. Mi vida es supuestamente perfecta, siempre aparentando, siempre siendo fuerte, sin mostrar debilidad tal como viste en mi madre y veras en el resto de mi familia, ¿por qué no podía ser alguien más? Ya era obligada a actuar como otra persona que no era ¿por qué no podía fingir tener una piel más? De alguien más interesante, ¿quizá? Y al parecer no era la única que se sentía así, por lo tanto, decidimos hacer esto en secreto.

Me parecía sorprenderte la manera en que lo decía con tanta naturalidad. Había visto muchas cosas, sí, sabía perfectamente que todo el mundo tenía algún secreto, pero jamás me había imaginado verla a ella de esa forma. Rodeé a mi amiga con el brazo y ella apoyó su cabeza en mi hombro, no dijimos nada y durante un largo rato solo clavamos nuestros ojos en punto fijo en la pared.

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Sigan, en el próximo cap está la nota de autora.

Insane✔ [Dementia #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora