Insane✔ [Dementia #1]

Capítulo 51

2/2

"Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo"- Errest Hemingway.

Y yo sentía como el tiempo se nos acababa con cada movimiento que realizaba, cada risa, cada baile, cada trago, cada caricia, cada beso, cada palabra al oído. Todo lo trataba de disfrutar como si no hubiera un mañana porque no sabía si lo habría.

—Te amo Matthew.

— ¿Qué has dicho? —Él preguntó ya que el volumen de la música era tan alto que apenas se escuchaba lo que decíamos, además yo lo había susurrado.

—Que quiero otro trago.

—Oh, ahí lo busco.

—Gracias.

Cuando se fue, mis ojos comenzaron a buscar indicios de que alguien nos estuviera buscando, pero nada había parecido todavía. Por lo que decidí alejarme un poco de la gente y caminar un rato para tomar algo de aire. A los minutos, Matthew llegó a mi lado, lucía horriblemente agitado.

—Pensé que... no vuelvas a hacer eso por favor.

—Lo siento, no he visto a nadie aún.

—Yo tampoco.

—Tal vez nadie vendrá, tal vez se acobardaron.

Mi respuesta llegó luego de decir eso.

La música cesó, todas las luces se apagaron, dejándonos prácticamente a oscuras a excepción de la luz de la luna que apenas me dejaba ver la sombra de mi pareja a quien no le solté la mano.

De golpe sentí como me arrancaban de su agarre y me tapaban la boca con un trapo, un olor fuerte inundó mis fosas nasales, luché y traté de gritar, pero mi voz no salía. Nadie parecía enterarse de lo sucedido ya que me había alejado bastante de la multitud. Mis fuerzas se desvanecían completamente y dejé de moverme cuando el cloroformo nubló por completo mis sentidos cayendo en brazos de mi raptor, rendida.

—Esto puede llevar a un secuestro, Madeline debes ser fuerte, resistir, probablemente nos duerman con cloroformo y despertaremos solo Dios sabe cuándo y dónde.

Las palabras de Matthew resonaban en mi cabeza taladrándola.

Despierta Madeline.

Mis ojos comenzaron a abrirse y la fuerte luz de un lugar cerrado me cegó, mi cerebro volvió a funcionar, todos mis sentidos se reactivaron y comencé a escuchar las voces que hablaban a lo lejos y fingí seguir aún dormida.

—Cuídalos, debo hablar con tu madre.

—Pa, están dormidos y atados ¿qué pueden hacer? Quiero oír, soy parte de esto ahora. —Sus palabras eran firmes y decididas, pero se notaba que él era joven e inmaduro.

—Bien, pero no te gustará.

—Lo soportaré —objetó y ambos parecieron salir del lugar, entonces abrí completamente los ojos.