Treinta y uno.

1.2K 114 223
                                    

Capítulo final🥀 - agárrense y no olviden que los amo 🤍 a pesar de las dificultades técnicas que encontrarán en cada uno de los párrafos escritos. (Los últimos son los mejores👍🏼)
habrá epílogo, pero lo subiré hasta mañana porque este es un capítulo muy largo.
Y GRACIAS a mi Frida por la frase del gran Benedetti.
-Ana

Canciones: Stone walls- We the kingsI'll never love again - Lady Gaga

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Canciones:
Stone walls- We the kings
I'll never love again - Lady Gaga

•Esta vez, me diste una montaña•
Capri

"No tuvieron final feliz,
pero sonrieron todas las horas
que pasaron juntos.
Solo por eso, valió la pena"
~Mario Benedetti


Estaba sumergida en una depresión excepcional. Todo me golpeó el alma en un solo día y yo no lograba saber qué era lo correcto, o qué hacer. Cargaba con la culpa de aquel secreto que aún no me atrevía a decir, y ahora, también me dolía el saber que, por un momento, mi cuerpo acarreó vida sin haberme dado cuenta, y ese, fue sin duda el golpe más grande que recibí.

Aleksanteri no se despegó de mi lado, y lo agradecía infinitamente. Me sentía mal, físicamente, emocionalmente. El apetito ya hace mucho tiempo se había ido, y era un milagro que pudiera seguir de pie.

—¿Cómo te fue en la carrera?

Un divertido bufido lo abandonó, aunque intentara mostrarse bien, yo podía notar la tristeza en sus bellos ojos azules. Era imposible ocultarlo cuando los conocía tan bien. Su brillo no estaba, y lastimaba saberlo.

—Fue buena.

Una sonrisa abordó mi rostro, ahora estaba segura de que había ganado y eso me hizo sentir bien un segundo.

—Lo siento tanto. —Apreté mis labios y suspiré—. Arruiné tu noche.

Esas palabras bastaron para que él se mudara desde los cojines del ventanal hasta mi lado sobre la cama.

—No vuelvas a decir eso, Caprichos. —Sus brazos me acogieron y en verdad se sintió agradable—. Si alguien la arruinó, fui yo. Debí haberte cuidado mejor.

—No, no. —Me aferré a él con fuerza—. Tú no, lo has hecho todo bien.

—Vamos, Capri. Eso es por completo una gran y patética mentira.

Sentí cómo depositaba un dulce beso sobre mi coronilla, a la par que sus manos me acariciaban con ternura.

—Te amo tanto, Alek.

LA PRIMERA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora