•Color esperanza•
Capri
Llegamos a la casa del Sr. Carson y justo me venía enterando que estábamos ahí de manera clandestina. Estos hombres eran realmente increíbles, pero incluso pataleando o gritando, no cambiaría las cosas. Solo me restó aceptarlo y disfrutar del momento. Hacer algo malo una vez al año, no hace daño.Recién entramos a la casa, ellos inspeccionaban cada esquina de ella, Olaf incluso llegó vistiendo uno de los elegantes trajes del señor Carson mientras Drax y Aleksanteri asaltaban su cocina.
—Encontré los puros —avisó Alek.
Rápidamente, llevé mi vista hacia él, di dos pasos y me detuve a su lado.
—¿Fumarás eso?
—¿Quieres uno? Yo invito. —Sonrió con picardía.
—Aleksanteri... —intenté decir que todo esto estaba mal, pero él se dio cuenta y actuó antes de mi aburrido ser.
—Tranquila, solo vamos a divertirnos un rato.
Suspiré y observé a mi alrededor. Todos parecían disfrutarlo y, entonces, yo también debía hacerlo. No sería la aguafiestas de esta salida, ni de ninguna otra. Ya no más.
Drax llegó con una jaba entre sus manos.
—Encontré bates, globos y por allá hay un grifo. Hagámoslo.
Me encontré confundida, pero todo pronto cobró sentido cuando Alek se puso en posición con el bate de críquet en mano, y Estéfano llegó con una canasta de globos con agua.
—El que se moje, pierde —sentenció Olaf y se colocó unas gafas de sol. Tomó un globo de agua con el que jugó, lanzando y cachando—, y comprará la botella de ron.
—Adentro el amable Sr. Carson tiene muchas —informó Mérida.
—Bueno, entonces comprará las botanas para la película.
—Deja las habladurías y tira el maldito globo, mono de nieve —gruñó Alek desde su posición.
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LA PRIMERA VEZ
Teen FictionLa vida está llena de primeras veces. Algunas maravillosas, otras buenas, y unas quizá no tanto. Capri lo sabe muy bien, y a pesar de ello se mantiene firme en su decisión. Son catorce cosas que debe hacer en seis meses, y aunque no lo contemplaba...