Al día siguiente de hablar con Amelia un hombre vino a traerme un teléfono nuevo, lo intenté rechazar pero me dijo que era necesario que lo tuviese así que lo acepté.
No lo he abrí hasta que la falta de tecnología me hizo no poderle sacar fotos a mi padre el día de su cumple.
Pocos días después me digné a usarlo y a meterle mis contactos cuando me percaté de que en el teléfono ya estaba incluido el numero personal del príncipe.
No le había visto desde aquel día en la playa, resulta que dados los escándalos de una supuesta relación en Málaga decidió volver a Madrid para pasar lo que le quedaba de tiempo como príncipe en su hogar.
Volví una semana más tarde de lo previsto debido a un retraso en mi vuelo, por lo que nos dio tiempo a planificarlo todo.
Al final mi hermano se iría a vivir con mi hermana Helena y su marido Mario mientras encontraba un piso donde vivir y por otro lado mi padre se quedaría con Zach en Málaga al cual le había conseguido una beca de biología marina en la universidad.
Ese día estaba entrenando con Jonathan y Matías en el patio de entrenamiento cuando se nos el Teniente General Herrera.
—Capitán Carpenter, Coronel Castillo, Teniente Coronel Franklin acompáñenme —nos ordenó y empezó a caminar.
Le seguimos hasta el despacho del General Sorní y no quedamos de pie uno al lado del otro esperando a que dijese algo.
—Castillo, Franklin, Carpenter, ustedes y otro tanto de los integrantes del ejército han sido invitados a la coronación del príncipe, la coronación será el 20 de septiembre.
Yo me quedé petrificada ¡¿Qué?! ¡A la coronación del príncipe!
—Eso era todo, podéis retiraros, y por cierto no se pueden llevar invitados —dijo el General mirando a Jonathan.
Al salir yo no dije nada solo me encaminé al patio.
—Sky parece que a ese tal príncipe le caíste bien.
—¡Cállate, Matías! A mi no me divierte, no me gustan esas reuniones y lo sabes. Además yo y el príncipe solo hablamos un par de veces. Ni siquiera sé por que nos invita.
—Tranquilízate Es, te lo decía en broma y no te preocupes, no tendrás que usar vestido, al fin y al cabo estamos invitados como militares y solo te tendrás que poner el uniforme para reuniones.
Yo suspiré aliviada.
—Tienes una hermana diseñadora de moda y no te gustan los vestidos —afirmó Jonathan suspirando —definitivamente no puedes ser más rara.
Tuve que contener mis ganas de reírme y de pegarle porque justo pasaban unos reclutas a nuestro lado y no estaba dispuesta a dar mala impresión.
*****
Me levanté como un día cualquiera exceptuando que ese día iría al castillo para la coronación del príncipe.
Me di una ducha rápida, me puse el uniforme y me fui a desayunar. Abajo estaban mis amigos desayunando junto con otros dos militares de rangos mayores.
Yo me acerqué a ellos, les saludé y me senté.
—Buenos días Coronel Castillo —dijo Matías —estos son los Generales de Brigada Rogers y Diaz.
—Un placer —dije yo estrechándoles la mano.
—Ellos también van a la coronación del príncipe.
Ahí descubrí que no era tan malo ir a la coronación al fin y al cabo y que no me debía de preocupar porque después de todo somos todos invitados del ejército.
—Usted junto con... —el General de Brigada Rogers iba a acabar la frase pero una mujer se sentó en l mesa interrumpiéndolo.
—General Mayor Nuñez —dijo la mujer tendiéndome la mano —yo también he sido invitada a la coronación del príncipe.
—Como iba diciendo —continuó Rogers —usted y Nuñez serán las únicas mujeres militares en la coronación.
—A mi me han invitado por ser amiga de la familia ¿y a vosotros?
—A nosotros —dijo Diaz —porque tenemos una buena relación con el príncipe.
—Pues la verdad es que nosotros no le conocemos — confesó Matías.
—Bueno —dijo yo —yo le conozco, pero de un par de reuniones de estrategias y poco más.
—Que extraño —dijo Nuñez —tal vez tendrá un motivo, no sé tal vez haya leído sus historiales y tenga intención de conocerlos.
*****
Llegamos al castillo con el resto de los militares, no llevaron al salón del trono el cual tenía varios cuadros de la familia real.
Me pareció interesante imaginarme que sentirían estas personas al tener unos cuadros tan grandes en su casa sabiendo que pasarán a la historia.
En la sala había mas invitados desde políticos hasta duques de algún lugar remoto. Pasó un tiempo y yo cada vez me sentía más incómoda por el mero hecho de no conocer a nadie, es cierto que estaba con mis dos amigos pero me sentía fuera de lugar.
La General Mayor Nuñes se me acercó y me dijo:
—¿También te incomoda ser prácticamente la única del ejército que haya sido invitada y que todas las demás estén super elegantes vestidas de gala? Porque a mí sí.
Yo asentí de manera lenta a pesar de que en realidad lo de las otras mujeres no me molestaba. Me sentía incómoda porque no pertenecía a esa clase social.
En ese momento sonaron unas trompetas y un hombre de traje presentó a la familia real.
Las princesas, el príncipe y la reina y el esposo de la princesa Eleanor entraron en la habitación y se mezclaron con la gente.
Yo estaba hablando con Jonathan y Matías cuando se nos acercaron dos personas.
—Hola mucho gusto —me dijo la mujer pelirroja de unos años menor —creo que no tuvimos la oportunidad de conocernos bien la última vez, yo soy la princesa Eleanor y el es mi esposo el príncipe Mario.
Yo le estreché la mano y luego me presenté a mí y a mis compañeros.
—Mucho gusto, yo soy la Comandante Castillo, y ellos son el Capitán Carpenter y el Teniente Coronel Franklin.
—Bueno que sepáis —dijo la chica dirigiéndose hacia mí —que estamos para lo que necesitéis.
Yo asentí y ellos se fueron contentos con la conversación.
—¿A alguien más eso ultimo le ha parecido extraño? —preguntó Matías.
Jonathan y yo asentimos rápidamente sin añadir nada más.
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Una militar de la realeza
RomanceSky Castillo es una Comandante del ejército, vive bien y tiene su vida completa. Hasta que un día acude al castillo para conocer al futuro rey y para prever estrategias militares. Ese día su vida cambiará al punto de enamorarse del príncipe que en...