Capítulo 39

2.4K 137 5
                                    

Estaba tranquilamente durmiendo en mi cama, con Abelino al lado cuando de repente entraron Aurora y Melany a la habitación, sin llamar.

Después de esto se lanzaron sobre nosotros y nos empezaron a pegar almohadazos con los cojines de la cama, despertándonos al instante.

—¡A levantarse! —gritó Aurora.

—¿Por qué? —preguntó Abelino medio dormido —Es muy temprano.

—Porque tu y Sky tenéis que organizar vuestra boda —le explicó Melany.

—¿Qué? —exclamó él enfadado intentando volverse a dormir. 

—Sí, cuanto antes empecéis mejor, además tu a las nueve y media tienes una reunión y Sky a las ocho tiene clases de etiqueta.

—Pero no son las nueve, ni siquiera a amanecido...

Aprovechando su pelea me acomodé y revisé mi teléfono, eran las 6 de la mañana; a mí no me parecía tan temprano pero la verdad es que sí estaba cansada porque me había costado dormir. Extrañaba mi trabajo y el sitio me parecía extraño y desconocido, me estaba costando adaptarme.

Me fijé en mi celular, tenía seis llamadas perdidas y como catorce mensajes de Dahna. Me preocupé, tal vez había pasado algo grave; tal vez el tren en el que venía habría sufrido una avería y tardaría un poco más en venir a visitarme, cosa que no es tan grave, pero teniendo en cuenta la personalidad exagerada de mi amiga probablemente ella lo consideraría como lo más importante y molesto.

Lo pensé mejor, podía caber esa posibilidad, al fin y al cabo debería de haber llegado al aeropuerto hacía ya un par de horas. Mi hermano tendría que haberla recogido y llevado a su casa hasta que fuese un poco más temprano. Era lo acordado pero tal vez no había ocurrido de esa manera, cabían posibilidades de que a Eikko se le hubiese olvidado; en ese caso Dahna me mataría. 

Dejé de pensar en ello y simplemente intenté devolverle la llamada un par de veces. No contestaba pero volví intentarlo hasta que una voz se oyó al otro lado de la línea. No era la voz de Dahna, era la de Eikko. ¿Se podía saber por qué mi hermano estaba con el teléfono de Dahna?

—¿Diga?

—¿Eikko se puede saber porqué tengo tantas llamadas perdidas de Dahna y qué haces tú con su teléfono?

—Hola a ti también, hermanita, pues para que lo sepas tu amiga a salido corriendo sin ningún motivo y se ha dejado el teléfono. Bueno en realidad se ha dejado todo. —explico mi hermano.

—¿Qué le hiciste? —pregunté alejándome de la pelea de almohadas que había en la habitación. Me quedé apoyada en el marco de la puerta.

—Nada, se fue sin más —respondió mi hermano después de un rato. Pero no era tonta, les conocía y sabía que para que Dahna hubiera huido de Eikko tendría que haber pasado algo, pues ellos dos no solían pelearse. Además, ¿por qué tardó tanto en darme una respuesta si no había ocurrido nada?

—Eikko...

—Bueno tal vez ocurrió algo...

—Ve al grano, suéltalo, sin tapujos —dije impaciente.

—Tal vez nos besamos.

En ese momento mi cerebro explotó. No me lo podía creer. Jamás me hubiera imaginado... ¿Mi hermano y mi mejor amiga juntos? Es decir, se conocían desde pequeños y no tenían una mala relación pero ¿esto?

—¿Hola? ¿Sigues ahí? —pregunto Eikko al ver que no hablaba —¿Te has enfadado verdad?

No fui capaz de decir nada más que:

—¿Cómo?¿Por qué? —pregunté sin percatarme de que Aurora y Melany salían de la habitación.

—Solo ha sido un beso, además ella me lo ha dado, no soy yo el responsable de hablarte de esa clase de cosas. —se excusó.

—¿Y si no, quién es el indicado de decirme que está enamorado de mi mejor amiga? Somos adultos, esas cosas se hablan.

—No te tengo por qué hablar de mi vida personal.

—Sí si tiene que ver directamente conmigo, no estoy enfadada porque os hayáis besado si no por que no hayáis confiado en mí.

—Bueno tienes razón, pero ahora ya lo sabes, ¿tienes idea de donde puede estar? —dijo Eikko cambiando de tema, se le notaba incómodo con la situación ¿Aunque cómo no estarlo?

—No, no sé, podría haber ido a cualquier lado, a una cafetería, o algún sitio que vendiese chocolate con churros —respondí dando ideas.

—¿Me ayudarás a buscarla?

—No señor, tienes que resolverlo tu solo, tu la besaste.

—Me besó ella  mí.

—Sea lo que sea, es tu responsabilidad arreglar lo que sea que hayas arruinado, además ¿te imaginas esa situación? Oye, Dahna te estaba buscando porque me he enterado de que te sientes atraída hacia mi hermano, y él quiere saber porqué huyes ¿Por qué huyes? 

—Sí, bueno digamos que sería raro.

—Sí creo que sí.



Una militar de la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora