Llegué con una sonrisa a la base; muchos ya estaban durmiendo pero me encontré a Carpenter comiendo unas fresas.
—¿Se puede saber que haces aquí todavía?¿No tuviste suficiente con la comida de la fiesta? —le espeté susurrando.
—Vamos, sabes que como cuando me estreso, Dahna es insoportable —dijo refunfuñando.
—¿Por? Por lo menos ha aceptado ir contigo.
—Ya pero es que de verdad, esta loca, es demasiado mandona, no sé como la aguantas. No sé como pude estar enamorado de ella en algún momento.
—Bueno pues lo que pasa es que conmigo no es así, o no suele serlo, menos aquella vez que... Un momento —me interrumpí a mí misma percatándome de sus palabras —¡has reconocido que te gustaba mi amiga!
Al instante empecé a bailar vigilando que no me viera nadie y mucho menos un superior.
—Tenía razón, yo tenía la razón, sí que la tenía —repetía mientras Matías me miraba extrañado.
—¿Puedes parar por favor? Ya lo pillo.
A regañadientes me senté dándome cuenta de que no le había comentado nada sobre la pedida. Abelino me había dicho que se lo podía contar a mi familia y amigos más cercanos pero que esperaríamos para contárselo al resto del mundo. Solo esperaba que no hubiese ningún periodista en la zona que nos captase y lo publicase en una revista de cotilleos.
—Tengo que confesarte algo —le dije captando su atención de nuevo.
—Espero por favor que no me digas que estas enamorada de mí —dijo Matías.
—¿Qué?¡No!¿Por que piensas eso?
—Pues porque esa frase es la que suelen decir en las películas y los libros cuando le quieren confesar su amor a alguien—se explicó.
—Eso es cierto... bueno, el caso es que no, no estoy enamorada de ti —le aseguré.
—¡Menos mal! —exclamo suspirando.
—Lo que te quería decir es que... no, mejor adivina.
—No fastidies —se quejó —son las dos de la mañana, estoy cansado y ya he dicho una estupidez pensando en lo que me quieres contar. No me hagas adivinar, suéltalo de una vez.
—Esta bien, puede que en algún momento me convierta en reina...
—¿Te vas a casar?¿Estas prometida? —me interrumpió.
Asentí con una sonrisa en el rostro, tras lo cual mi amigo se levanto del asiento y comenzó a bailar.
—Ahora soy yo el que bailo. ¡Lo sabía!¡Lo sabía! ¡Lo...
—Sí, vale, pero baja la voz, estas gritando —le reprendí —Eres el primero en saberlo, por ahora solo lo va a saber mi familia y la de Abelino, además de los amigos cercanos. Así que ni se te ocurra comentarle nada a nadie, ni siquiera a Cara, ni siquiera a tu hermano Víctor.
—¿Ni a Víctor? Si vive en Irlanda, ¿a quién se lo va a contar?
Le mire intentando que corrigiera su pregunta tan obvia pero no hizo.
—No lo sé, tal vez a su esposo el periodista.
—No creo que Timothy diga nada, además, te llevas muy bien con ellos, deberían saberlo, por favor —dijo mirándome con ojos suplicantes.
—De acuerdo —cedí —, y sí, quedan invitados a la boda, aunque no tenga fecha aún. ¿Por qué me miras con esa cara? Tus padres también quedan invitados.
Matías no cambio su expresión facial.
—Claro que puede venir tu sobrino, era obvio si venían sus padres, y sí, también Cara. ¿Sabes?, empiezo a pensar que conozco demasiada gente.
*****
Me despertó el ruido de mi teléfono sonando; revisé la hora, eran las 3 de la mañana ¿A quien se le ocurría llamar a esta hora?
Contesté la llamada sin prestar atención al numero por lo que me sobresaltó un grito agudo.
—¡Que te casas!
—Hola —dije cansada —Melany, ¿no te parece que estas no son horas de llamar?
—No digas tonterías, tenemos que hablar de todo, de la decoración, de los invitados, del vestido, el vestido es lo más importante... —empezó a hablar, pero una voz a su espalda la interrumpió.
—Melany, Abelino ya te ha dicho que no la llames, es muy tarde, ya hablaréis luego —habló la voz de Aurora.
—Por favor, lo primero que te dije es que no te volvieras loca, es muy tarde y mañana tiene que trabajar —se oyó la voz de Abelino por el teléfono.
Unos segundos después escuché la voz de Aurora, me hablaba directamente a mí, había cogido el teléfono.
—Siento que mi hermana sea tan pesada, a veces no entiende que no puede ser así de pesada, y mucho menos con las parejas de sus hermanos. Aunque te recomiendo que te prepares, cuando Mario se prometió con Eleanor casi que lo mata a preguntas.
—Eso me deja más tranquila —dije con sarcasmo.
—Bueno, te dejo dormir, yo haré lo mismo. Adiós. —se despidió.
—Chaito —dije y colgué.
La verdad agradecía que Aurora me hubiera salvado de las preguntas de Melany, pues no tenía ganas ni energía de hablar sobre esa clase de cosas referentes a la boda. En realidad Aurora y yo ya nos llevábamos bastante bien, de hecho algunos de los pocos días libres que tenía los solía pasar con ella. Al final había resultado ser una gran persona y ademas teníamos muchas cosas en común.
Esperaba que ella me pudiese ayudar cuando empezasen los preparativos de la boda y todo el mundo se enterase, pues sabia que seria difícil pues no estaba acostumbrada a esas cosas. Pero también sabía que podía contar con la ayuda y el apoyo de toda la familia real.
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Una militar de la realeza
RomanceSky Castillo es una Comandante del ejército, vive bien y tiene su vida completa. Hasta que un día acude al castillo para conocer al futuro rey y para prever estrategias militares. Ese día su vida cambiará al punto de enamorarse del príncipe que en...