Como vivimos en la época medieval, dormir juntos significaba mucho más de lo que podíamos ( o queríamos) manejar. Situación conveniente porque necesitaba llamar a mi jefa.
Cerré la puerta con seguro, caminé al rededor de la cama, armando mi discurso y pesando la situación mentalmente, porque sí, el peso podía conmigo.
Me senté en el suelo, en medio de la oscura mañana y llamé.
Con cada bip de conexión a la línea, los nervios aumentaban, me dolía el estómago, las manos me sudaban y quería vomitar.-Buenos días, jefa. ¿La desperté?
-"Sí, lo hiciste. Buenos días a tu no citada llamada. ¿Tienes noticias o sólo quieres escuchar mi hermosa voz?"
Claramente no estaba de humor.
Es decir, mi jefa es por naturaleza un témpano de hielo con tacones y estrés en la agenda.
-Pueden ser ambas, jaj---
-"Al grano, Teresa."
Auch.
-Bien, lo que ocurre es esto. Ammm...-Dios, ¡iba a enloquecer!-. Necesito dejar el caso.
-"¿Disculpa? Creo que no escuché bien, dime que escuche mal.-Y no respondí-... ¿Cómo te atreves a hacer esto?"
-No, por favor, primero debe escucharme.
-"Más-tevale que valga la pena."
-Eh, oquei. E-eh...
-"Dilo o colgaré, Teresa."
-Hubo una transferencia romántica.
-"No es cierto..."
-Y... una contratansferencia.
No habló.
Si hay algo peor que darle malas noticias a mi jefa es que ella deje de hablar.
El silencio duró poco menos que una tortura.
-"¿Qué piensas hacer?"
-Qui-quiero transferir el caso a algún compañero. Sólo hicimos la entrevista inicial y preparé todo el material para la evaluación.
-"¿Realmente quieres suspender tu participación?"
-Sí, jefa.
-"Te daré de baja en la lista de datos y deberás asistir a consulta. Entonces te encargarás de hacerlo, posiblemente de manera virtual."- Bufó.
-Sí, jefa.
-"¿El cliente seguirá con la evaluación?"
-... Sí, jefa.
-"Menos mal. Pide disculpas por arruinar mi día y te perdonaré."
- ¿Perdón? No haré eso.
-"¿Te pedí permiso?"
- ¿Le obligué a cambiar su percepción del día?
-"... Por eso eres la buena nueva."
- ¿Gracias? No vuelva a bromear así.- Reí, nerviosa.
-"Sí, lo que sea. Transfiere la entrevista y envíasela a Annia. Adiós."
-Ad-Colgó-. Adiós, jefa.No estuvo tan mal, a decir verdad. Pero después de terminar la llamada, comencé a pensarlo bien.
Más allá de sólo haber dejado el caso, esto marcaría mi expediente en la agencia. Aunque algo así no es taaan culpa nuestra, ciertamente creo que pude haber moderado el trato.
Uuush, y además pagarían mucho por esta evaluación.
Rayos.
Me sentía como una desempleada por haber hecho las cosas mal."Oh, lo siento mucho, querida. Pero ya tendrás otro caso, cuando esto acabe. Gracias por la oportunidad."
El mensaje de Annia me tranquilizó un poco.Ahora debía decirle al señor Hiddleston.
Pensar mucho las cosas no me estaba funcionando pero no podía detenerme. Fue tal el estrés que se acumuló al plantearme la posibilidad de no tener casos en un futuro próximo y que mi compañero de habitación se molestara, que sin preguntar, gotitas de agua saltaban de mis ojos y se resbalaban por mis mejillas hasta llegar a la pijama.
Sollozaba de pura ansiedad y cuidaba que no perdiera el control.
Me sentía terrible.
Con la cara entre las manos, escuché tocar la puerta.- ¿Puedo pasar?-Desde el suelo desbloqueé la puerta, dejándolo entrar. Traía las manos ocupadas por dos tazas blancas, altas y gruesas-. Tengo algo para usted, espero q--- ¿Qué ocurre?
Al verme llorar, posó las tazas en el tocador y se sentó a mi lado.
-Nada, es sólo que tuve una llamada con mi jefa.
- ¿Qué le dijo?
-Pues... más bien fui yo-Lo tomé de las manos y respiré para tomar valor-. Tom, ya no seré su psicóloga.
- ¿Qué?
Abrió los ojos, asombrado.
-Le transferí la evaluación a una colega. Tiene suerte porque ella es muy buena.- Sorbía sin poder tomar mucho aire.
- ¿Qué significa? No estoy comprendiendo.
-Quemmm, la evaluación continuará cuando deba hacerlo y básicamente ya no tenemos un lazo profesional-No puedo mentir, decir esto me rompió el corazón-. Afortunadamente no tuvimos el tiempo suficiente como para avanzar y aplicar pruebas, así que usted es un papel en blanco y yo una simple chica que le hizo una entrevista.
-Por eso me lo preguntó aquella noche, lo... lo estaba pensando.
-Sí.
-Creí que podíamos fingir y ya.
-No lo creo. Alguna vez me enteré de información delicada por intentar evaluar a alguien muy cercano... y lo perdí; por salud, la de ambos, debimos distanciarnos. No quería que pasara lo mismo.
-Entonces no tiene trabajo.
Auch, no lo diga en voz alta, por favor.
-Eh... algo como eso. Aún formo parte de la agencia pero no tengo un caso. Y obviamente no puedo atender pacientes en el consultorio. Olvídelo, sí estoy desempleada.
Las lágrimas brotaron de nuevo y él se apresuró a darme un abrazo. Acarició mi cabello y se mantuvo así un par de minutos, luego se volvió a las tazas y me dio una.-Espero que no se enfriara porque es especial. Sé que hace calor, pero creo que hoy le viene bien esto.
Una taza de chocolate caliente.
Tibio.
-Benditas las coincidencias. Gracias.Beberlo fue interiorizar el abrazo del señor Hiddleston. Sentí cómo bajó por mi garganta y templó todo a su paso, hasta llegar al estómago y extender su calor.
Me sentí acompañada, protegida, segura. Como si supiera que desde ese momento no volvería a llorar en esa casa, que alguien sostendría mi mano.- ¿No está molesto?
- ¿Qué? Para nada, señorita.
-Su reacción aquella noche me hizo pensar que se molestaría.
-Lamento si me expresé mal. Creí que no volvería a verla si renunciaba.
-No... La ventaja de esto es que precisamente podré verlo sin restricción.
-Me basta, señorita.
Discretamente apoyó su mano en en suelo y con su meñique tocaba el mío.No. Usted me basta.
...
Olvídelo, su rutina de ejercicio me está matando por dentro.
¡Uuugh!
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[Puertas Cerradas] |Tom Hiddleston|
FanfictionMarzo, 2020. La pandemia que se ha desatado obliga al mundo entero a cerrar sus puertas. A todos. Incluyéndome en la casa de un extraño a quien he debido entrevistar para una evaluación psicológica previa a un papel teatral. Bien... no tan extraño...