Antes de abrir los ojos, mi percepción se agudizó diez veces por culpa de mi corazón. Cada sensación recorría mi piel en un viaje rápido y discreto: la cama, la almohada, mi cabello pegado a la cara, mis pies, las plantas, los dedos, el dorso, mi espalda, la pijama, mi mano, los hombros, los labios, aire, su espalda, su pecho, sus brazos, su calor.
Mirar la mañana llegar en el reflejo de la luz apagada, en su rostro, es algo que atesoraré hasta el último de mis días.
¿Cuándo pasó? ¿Qué hice para terminar así?
Tan cerca y bendecida.—Buenos días~— Canté en un suspiro casi callado, con mi mano sobre su mejilla.
Abrió los ojos a la mitad, desorientado; examinó mi cara como si quisiera descifrar mi identidad. Sonrió.
—Ahora lo son.— Encontró mi mano y la bajó hasta su boca.Le pedí que siguiera durmiendo mientras me encargaba de preparar el desayuno.
Al bajar y ver el panorama, un sentimiento de nostalgia me llenó los pulmones de aire y me obligó a suspirar. Sentía una lejanía acercarse a mí. Como si estuviera en mi hogar pero a la vez me parecía extraño.
Como se siente olvidar.
No me gusta olvidar.Canté para alegrar el momento, subiendo y bajando los tonos con libertad y ánimo.
Preparé hot cakes de zanahoria con crema de mantequilla, y té con leche. Serví en la isla, justo a tiempo para recibir a un desobediente señor Hiddleston.—Teresa esto es... ¡maravilloso!
— ¡Tah daaah! Aunque le dije que esperara, señor.
—Pero, ¿quién en la Tierra se resistiría a no seguir este rastro de olor?— Se plantó frente a mí, con esa sonrisa celestial que lo mantiene joven. Se inclinó hacia adelante, haciéndome ir hacia atrás; fue entonces cuando robó un plato y corrió hacia el refrigerador.
—Heeey!—protesté—, ¡no robe la comida!
Lo perseguí por toda la cocina, tratando de alcanzar el plato pero sus largas piernas le daban la ventaja. Al final nos detuvimos en la isla y reímos por lo absurdamente divertido que es correr tras alguien.
¡Qué mañana tan linda!Bailamos, bailamos.
Y bailamos mucho.
Ejercitarse con el baile fue muy distinto a otras ocasiones porque literalmente sentía el cosquilleo en las palmas de mis manos por la sangre que corría dentro de mis venas.
Si antes he percibido todo con mayor sensibilidad, las endorfinas hicieron que la risa me atacara al disfrutar tanto la sesión.
Él también se veía en éxtasis. Es decir, creo que es la persona a quien más veces he visto sonreír, pero esta vez sonreía con demasiada energía contenida.
Intencionalmente pausé la música para beber agua y expresar todo lo que sentíamos. Hice caras graciosas que él secundó con sonidos disparatados, hasta no poder y durar tres minutos completos envueltos en carcajadas limpias y sonoras.
¡Ah! ¡Así se expresa!
Noté lo relevante que se había vuelto bailar y reír, cuando después de tranquilizarnos, volvimos con ritmos latinos y nos meneamos casi sin importarnos la coreografía.
Bailar con él resultó ser lo más divertido de la cuarentena.
Y justo ahora no quisiera hacerlo con nadie más.— ¿La veo en treinta minutos?— Dijo, enjugando las gotas de sudor de la frente, con una mini toalla.
—Que sean veinte.
—Andando.Incluso la ducha fue una experiencia potenciada. Esta vez pude sentir el aire que separaba cada gota de agua caliente, el perfume del jabón y shampoo era tan fuerte que pude saborearlo, pude sentir cada hebra de la toalla rozar mi piel mientras la humedad desaparecía o se deslizaba hasta el suelo.
Entré al estudio como si llevara años sin hacerlo. Aprecié sus colores duraznos y dorados en la luz, el olor de los libros no tan viejos, la madera, el espacio y la alfombra.
—Podemos continuar, señorita, por favor.
—Eh, sí.
Caminaba por todo el lugar mientras contaba:—"La magia se quedó sola después de cruzar aquel pasadizo. El Capitán lloraba en silencio porque no podría protegerla, pero debía dejar que se fuera. Al fin de cuentas era eso lo que buscaba: volver a casa." Perdón, suena a que me proyecto mucho, ¿cierto?
—Tal vez, pero si es su intención guiar la historia por ahí, no tenga miedo a seguir.
—Bien, ah... "Encontró un pedacito de espejo en el suelo, cuando lo recogió, su luz se multiplicó por todas las paredes del corazón y alertó a la ira y el rencor; antes de escuchar sus pasos ir hacia ella, la magia dio la vuelta al espejo y volvió la oscuridad. Ahora estaba a salvo..."
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[Puertas Cerradas] |Tom Hiddleston|
FanfictionMarzo, 2020. La pandemia que se ha desatado obliga al mundo entero a cerrar sus puertas. A todos. Incluyéndome en la casa de un extraño a quien he debido entrevistar para una evaluación psicológica previa a un papel teatral. Bien... no tan extraño...