[Tal vez ella]

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Hace mucho tiempo que no escribía este diario con el corazón tan lastimado.

Creí que para cuando ella se fuera, podría manejarlo de la mejor manera.
Ahora sé que no todo está bajo mi control y eso me enloquece. Es decir, ¿cómo es que llegó y se fue así tan repentinamente?
No recuerdo en qué momento me encontré mirando cada detalle de ella.
¡Detalles!

Estoy muy molesto. ¡Maldición!
¿Qué se supone que sigue ahora?
No tengo humor para trabajar, siquiera. Tampoco quiero caminar o correr, viajar.
El asunto es que realmente disfrutaba tanto los días pasar de esa forma, que lo adopté como un estilo de vida. Apuesto a que si me escuchara me reprendería diciendo algo sobre los extremos de una decisión peligrosa.

El que esta situación avance de este modo me parece maravilloso porque representa un alto al sufrimiento de muchas personas en todo el mundo. Eso me llena el alma de tranquilidad pero... lo cierto es que tal vez quisiera que no hubiera sucedido así.
No hablo sobre el decremento de casos, en lo absoluto; hablo sobre mantener esto por elección.
Sé que suena egoísta, pero por favor, ¡estoy vulnerablemente enamorado y molesto!
Hace tiempo que no sientía estos cambios tan dramáticos en mi estado de ánimo.

Volví a la tranquilidad cuando me rendí ante la cama. Me enorgullece no tener más pesadillas y creo que no lo habría logrado sin ese empujón a hacerlo, pero más importante es que ese salto no lo di solo.
Se volvió una de las personas que más me ha ayudado.
Su perfume quedará impregnado un par de días más, lo que me hace sentir una punzada en el pecho pero también sonreír involuntariamente.

Al final del día he decidido dar una vuelta y aplicar algunas técnicas de relajación que me enseñó a hacer para controlar el estrés y pensar con claridad. Es una fortuna que las personas no estuvieran allí.
Camino a casa me topé con el abuelo del vecindario, hablamos un momento sobre lo bien que se sentía ahora que el miedo había pasado; durante la cuarentena le había pedido a la gente o a la policía, que compraran alimentos para él ya que su vejez no se lo permitía y lamentablemente vive solo.
Allí volví a recordarla y lo mucho que agradecía; agradecí por tener juventud, salud y compañía. Sólo espero poder conservar el optimismo del abuelo en los días siguientes.

Esta noche no visité ningún restaurante, no tuve el ánimo porque sabía que no cenaría con la chef ni cantaríamos en un karaoke. Solamente comí un plato de cereal con malvaviscos y volví a la cama.

¿Qué haremos con esta nueva realidad?
Ella podría haber respondido esta pregunta.

Tal vez ella era todas las preguntas y todas las respuestas que quería escuchar.

[Puertas Cerradas] |Tom Hiddleston|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora