Y apenas comienza

1K 64 1
                                    

Blake gruñó al escuchar que todos le decían a ella y Harry los: Lunáticos.
No estaba tan mal, pensó Harry, pero él no soportaba a ningún entrometido en esos momentos.
Fue a desayuna con Neville y Seamus pareció correr antes que sentarse en el lugar vacío.
Después de que Harry le contó a Blake en la mañana ella solo le dijo que había estado bien.
–No dejes que los ignorantes te depriman–le dijo.
–Pues sí, pero es difícil hacer eso.
–Que bueno que les diste su merecido–le aplaudió.
–¡Harry Potter!–gritó Hermione entrando y haciendo que varios curiosos voltearan a verla.
Llegó a lado de Harry y le enseñó si insignia.
–Vaya si que brilla.
–¡No!
–¿No qué?–preguntó Harry.
–Soy prefecta.
–Hermione eso lo sabemos–dice Blake rodando los ojos.
–¿Así?
–Sí–respondió la chica.
Harry observó que Blake prestaba demasiada atención; estaba planeando algo.
–Pues tu amigo no lo sabe–dijo Hermione.
–Me quedo muuuy claro la otra vez–dijo Harry riendo.
Neville soltó una risita.
–Harry, no puedes insultar a Seamus–dijo Hermione en tono regañón.
–Mmm...
–Harry puede hacerlo si se le pega la gana, no peleo con él–dijo Blake.
Hermione la fulminó con la mirada.
–¿Y eso qué?
–Ademas tu no estabas ahí–dijo Harry–. Solo me defendí, Neville lo vió.
–Neville es tu amigo y te apoyará a ti–dijo Hermione molesta.
–No te metas en mis asuntos–dijo Harry y Hermione lo observó muy ofendida.
–¿Quién te crees que eres?
–Me llamó Harry Potter y ¿tu?
–¡No!
–¿No qué?
–Cállate de una buena vez. No puedo creer que te sientas más que los demás–dijo Hermione molesta y con la cara roja como el cabello de Ron.
–Lo mismo digo Hermione–dijo Blake y se levanto–.¿vamos a clase Harry?
–Claro.
Harry se levantó y sonrió al ver la cara de enfado de Hermione.
–Bien hecho–le dijo Harry a Blake quién sonrió.

Al llegar a la clase de Hagrid, o ahora la profesora Grubby Plank se quedaron helados, Hagrid no estaba y para Harry, Hagrid era de su familia; le preocupaba no verlo.
–¡Hasta que nos libramos de ese idiota!–exclama Malfoy.
–No faltes el respeto a un profesor–le dijo Hermione.
Harry bufó. Hermione tal vez podia hacer cosas buenas, pero a él parecía querer castigarlo de cualquier tontería.
La profesora Grubby Plank era algo aburrida, les hacía anotar muchas cosas y no tenía accidentes como cuando Hagrid llevó a Buckpeak o cuando los escarbatos se escaparon o cuando llevo a los escregutos de cola explosiva. La profesora Grubby Plank era...una profesora muuuy correcta.
La clase pasó tranquila. Harry y Blake caminaron a la clase de adivinación, Harry no sabía porque aún tenía esa clase. Trelawney se la pasaba diciéndole que moriría.
A Harry ya le había parecido raro que no le dijera nada.

Entró al salón que antes había ocupado Moody y antes Remus, se sentó junto a Neville delante de Ron y otro chico y atrás de Blake y una chica a la que no conocía.
Una paloma blanca de papel volaba por todo el salón y mientras esperaban al profesor, se divertían con la paloma, hasta que aquella forma de papel cayó en manos de Parvati, quién la había hecho, totalmente quemada.
–Buenos días niños–dijo una profesora vestida de rosa chillón, Umbridge.
Nadie contestó.
–T...I...M...O...S–dijo Umbridge–. Mejor conocido como: TIMOS. Este año seré su profesora de Defensa contra las artes oscuras con un método aprobado por el ministerio–dijo y los libros mágicamente llegaron a cada uno–. Sus profesores anteriores no eran adecuados para su estudio y el ministerio se interesa mucho por ustedes. Lean la página diez y hagan un resumen.
Se sentó y Harry abrió su libro; sintió la mirada de la horrible profesora sobre él y en efecto, lo miraba fijamente vigilando sus pasos.
Hermione levantó la mano y la profesora se irguió.
–¿Que ocurre querida?
–Ya lo he leído–dijo Hermione.
–Oh muy bien...sigue con la otra página...
–Hermione Granger profesora–dijo Hermione poco amable.
La profesora Umbridge sonrió.
–Oh, señorita Granger, siga por favor.
–Pero profesora–dijo Hermione–, no dice nada sobre hechizos de defensa.
–¿Para que los ocupas?
Hermione se quedó callada y esta vez fue Blake quién levantó la mano.
–Disculpe profesora–dijo con amabilidad–. ¿No usaremos hechizos?
–Oh no señorita Williams, no los necesitan–respondió.
–¿Y cómo nos prepararemos para nuestras carreras los que queremos ser aurores?–preguntó Blake.
–Oh pues la teoría primero y luego los hechizos–dijo Umbridge.
Su cara se puso rosa y a Harry le pareció ver a un sapo que siempre sería sapo y no se convertiría en princesa.
Harry leyó lo primero y le pareció ridículo.
–¿Y como nos prepararemos para lo que hay afuera?–preguntó.
–En mi clase levante la mano señor Potter–gruñó Umbridge.
Harry se calló y levantó la mano. La profesora lo pasó por alto; pero Harry mantendría la mano levantada todo lo que pudiera.
–¿Sí?
–¿Cómo nos preparara para los peligros de afuera?
–No hay nada haya afuera señor Potter–dijo Umbridge con una sonrisa fea.
Harry gruñó. La profesora lo amenazó con la mirada y Hermione le hacia caras para que no hablara.
–¿Quién le dijo eso?
–Señor Potter, no me permito que detenga la hora de lectura–dijo y le dió la espalda–. ¿Además quién querría dañar a unos niños?
Blake se tapó la boca, sabía  que Harry estaba por decirlo y lo dijo.
–¿Oh déjeme ver? Tal vez ¡Lord Voldemort!
Todos se quedaron callados al escuchar a Harry mencionar al mago que nadie mencionaba.
Hermione le lanzó una mirada de furia y Harry no hizo caso.
Umbridge lo observó con severidad y luego dijo:
–Se les ha dicho, que cierto mago tenebroso anda suelto ¡eso es mentira!
–¡No es mentira! Yo lo ví, pelee con él.
–¡Basta señor Potter!
–Según usted Cedric Diggory murió solo porque si–replicó Harry molesto.
–La muerte de Cedric Diggory fue un trágico accidente.
–Fue un asesinato ¡Voldemort lo mató!–exclamó Harry.
¿Que tenía aquella cara de sapo que lo hacía enojar tan fácilmente?
Apretó los dientes y los puños y desafiaba a la profesora con la vista.
–¡BASTA!–gritó–. Lo quiero ver después de clase señor Potter. ¡Todos a sus tareas!
Dijo y caminó a su escritorio de nuevo, se sentó y observó a todos. Harry sabia que muchos querían saber más sobre aquel día; sobre la muerte de Cedric Diggory. Cerró el libro y solo se le quedó viendo a la portada.
Al terminar la clase se quedó sentado. Blake pasó a su lado y le dió un apretón en el hombro.
–Vergüenza Potter–dijo Hermione al pasar por su lado.
–Vergüenza Granger–murmuró Blake antes de que Hermione se fuera y esta le lanzó una mirada de reproche.
Harry hizo una mueca y sonrió.
–Suerte Harry...que no te intimide–le dijo y se fue.

Harry se quedó esperando a la profesora por un rato, era su hora libre y seguramente ahí lo tendría castigado, hasta que llegó con la profesora McGonagall quién se le quedó viendo.
–Ya le dije profesora, el señor Potter dijo mentiras en clase–dijo Umbridge.
–Ya veo ¿que dijo?
–Que usted sabe quién mató al joven Diggory.
–Oh–dijo pero a McGonagald no le sorprendía.
–Lo voy a castigar.
–De acuerdo–dijo ella con una mueca.
Después de que McGonagald se fuera, Umbridge lo vió y le dijo:
–Un dia castigado Potter.
Harry había sentido mucho alivio cuando ella dijo que solo un día, por suerte McGonagald había dicho que una semana para una mentira en publico era mucho.
–Pero profesora...el quidditch...
–No me interesa atiende a las consecuencias de tus mentiras.
–No son mentiras–dijo Harry y empezó a caminar a la puerta.
–Mañana después de clases Potter.
Harry no dijo nada y salió dando un portazo.
Todas las clases habían terminado.
–¡Es una horrible bruja!–exclamó Blake en medio del pasillo.
–Ahora tendré que decirle a Angelina que no jugaré y seguro me mata.
Angelina estaba roja de ira cuando Harry le contó. Solo lo observaba molesta y le dijo:
–Controla tu genio para la otra Harry.
Se fue y Harry suspiro, seguía vivo.
Pensó en todo lo que dijo Umbridge, esto apenas comenzaba, faltaba mucho para que el año terminara y seria su ruina si ella seguía en el colegio dando clases.

Cuando fue a cenar, cansado y muy enojado, notó que Hermione parecía quererle decir algo y sonrió al ver que Blake había leído sus pensamientos y se había alejado de Hermione completamente.
–Hola Harry.
–Hola.
–Que bueno que sigues vivo, pensé que ella te mataría, Angelina es muy exagerada con el tema del quidditch.
–Mmm...ya me di cuenta, me regaño y me grito que controlara mi temperamento–dijo Harry a lo que Blake ríe.
–Somos dos.
–Ja ja.
–Ay Harry, la verdad es que me pareció genial–dice por lo bajo.
Harry ríe.
–Eres la única.
–Puede ser.
Blake  sonríe.
–¿Cuál crees que será tu castigo?
–Muchas palabras.
–Puede que sí ¿cuanto tiempo es?
–Un día. McGonagald me salvó de que fuera una semana.
–Vieja bruja.
–Lo sé.

Terminaron de cenar y se dirigieron a la sala común y ahí se sentaron a ver el fuego.
–¿Por que no le escribes a Canuto? Creo que le gustaría saber que en pocos días de escuela ya llevas un castigo y estará feliz.
–Que graciosa, pero tienes razón, debo escribirle. Lo hare mañana.
–De acuerdo–dijo ella sonriendo.

El OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora