Escapada a media noche

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Lo despertó un ruido en la planta de abajo, Harry se despertó somnoliento pero a la vez agradeció haber despertado de aquel terrible sueño.
Volvió a escuchar algo en la planta baja y entonces pegó un brinco y sacó la varita.
Hedwig se despertó igual y Harry se miró algo en el espejo; sudado y con los ojos de tanto llorar e incluso le dolía todo el cuerpo y la cicatriz le ardía demasiado.
Tal vez eran ladrones los que estaban en la casa, ya que al asomarse por la ventana no vio el coche de los Dursley, seguramente seguían en el hospital con Dudley tratando de quitarle la loquera que según había dicho Remus, se quita con chocolate.
Quería bajar y ver quién era o saltar por la ventana y huir si eran los aurores que venían a quitarle su varita a Harry.
Pero entonces pensó que podia ser alguien más ya que los aurores no hacían tanto ruido. Aún así no quiso bajar y ver quién era.
Prefería luego pelear si fuera necesario.
Escuchó que carios pasos subían las escaleras a un ritmo algo ruidoso.
Escuchó que alguien maldijo (seguramente al tropezar) y que luego estaban todos parados afuera de su puerta.
Entró en pánico y luego Hedwig, que estaba igual de callada que él, sorprendentemente; solo estaba viendo la puerta fijamente y Harry levantó la varita.
–Que limpios son estos muggles–dijo la voz de una mujer detrás de la puerta.
Entonces Harry supo que eran los aurores, ya venían a llevárselo para encerrarlo en Azkaban y jamás dejarlo salir.
Le quitarían su varita y no veía nunca más ma luz del sol. Solo viviría con el temor de ser atacado por los dementores y tal vez ahí, Voldemort no querría matarlo ya que era un mago prácticamente que no tenia varita.
Ya para que molestarse.

Escucho como em cerrojo de la puerta se abría y una voz malhumorada dijo:
–Ya hazlo.
¿Vendrían a matarme? Pensó Harry.
Aunque un mortifago no se detendría a admirar la belleza de una casa muggle como lo hizo aquella persona.
–Lumus.
De pronto una luz lo cejó por completo y luego cuando sus ojos se adaptaron vio que era una bruja la que estaba en frente de él.
Con cabello rosa chicle y una sonrisa amable.
Le apuntaba con la varita y sonreía al mismo tiempo.
–¡Empaca muchacho, nos vamos!–gruñó la voz de antes.
–¿Profesor Moody?–preguntó Harry.
Pues lo había conocido, pero ahora no sabia si era totalmente el verdadero.
–Así es ¿a quién esperabas a un mortifago?
–Tenia mis dudas por todo el ruido allá abajo–dijo Harry.
El profesor ríe.
–Harry puedes lastimar a alguien–dijo la voz de una chica.
Harry se sorprendió. Blake estaba con ellos.
–¿Blake? ¿Tu que...?
–Es una larga historia–responde–. Luego te la cuento.
–Ya baja esa varita Potter, por dios, no te haremos daño–gruñó Moody de nuevo.
Harry dudó en bajarla y solo lo hizo un poco.
–Venimos a sacarte de aquí Potter–dijo un mago alto y negro.
–Kingsley Shakelbot–dijo otra voz que Harry reconoció–. Jefe del departamento de aurores.
–¿Remus?
–Así es, pero ya hay que preparar las cosas.
–No las tengo listas.
–Pues hazlo rápido Harry–dijo Remus.
–Yo te ayudaré–dijo la bruja–. Tonks por cierto, trabajo siendo auror.
–Oh, mucho gusto.
–Los muggles son tan limpios–dice a Harry emocionada.
–Tal vez solo lo sean estos muggles con quienes vivo. No todos son así.
–¡Ja! Bueno hagamos esto–dijo Tonks con una sonrisa.
Comenzó a guardar todo en el baúl de Harry y él ponía lo más importante en una mochila.
Luego Tonks decidió ser más rápida:
–¡Wingardium leviosa!–dijo y todas las cosas flotaron, luego las acomodo en el baúl de Harry y sonrió–. ¡Fregotego!
–¡Wow!
–Maravillas de la magia ¿verdad Harry?
Harry asintió y luego con un hechizo para hacer volar las cosas, Tonks y Harry bajaron las escaleras.

–¿Qué haces?–le preguntó a Remus quién estaba escribiendo.
–Una carta a tus tíos para que sepan donde estás.
–No creo que les importe y mucho menos ahora. Además creo que debes agregarle que me han secuestrado.
Tonks y Blake soltaron una carcajada.
–¿Acaso no quieres venir?–preguntó Remus.
Harry dudó.
–La verdad no.
Blake negó con la cabeza y observo a Harry divertida.
Él solo me hizo muecas y volvió a ver a Remus.
–Oh y yo que pensé que lo estábamos salvando–ríe Moody.
Harry sonríe apenado y luego todos en la sala sueltan una carcajada.
–Todo estará bien Harry.
–¿Que no me habían expulsado?
–Así es, pero de todas formas te llevaremos con nosotros–dijo Remus.
–Eso es precisamente secuestro.
–En el mundo mágico se llama: salvar.
Harry ríe ante la respuesta de Blake y solo asiente.
–Además Dumbledore convenció a los del gabinete de que aplazaran tu audiencia–añade Kingsley.
–¿Audiencia?–preguntó Harry cuando llegó a la entrada de la casa con los demás pisándole los pies.
–Así es.
–Te explicaremos todo en el cuartel–dijo Tonks.
–¡Shh! Aquí no Nimphadora–dijo Moody.
El cabello se Tonks se volvió rojo y a Harry le sorprendió.
–No me llames Nimphadora–dijo seriamente.
Moody solo ríe y ella se pone seria y le guiña el ojo a Harry.
Luego ve que su escoba llega a su mano al igual que las escobas de los demás.
–¿Escobas?
–Eres menor de edad y no puedes aparecerte, además el ministerio sabría donde estas y es lo que no queremos. Volaremos alto y seguro–le explico Remus.
–¡No rompan la formación! Es muy importante, si uno muere, los oros siguen–dijo Moody a los otros.
Magos que Harry no conocía.
Pero ellos estaban ahí dispuestos a dar la vida por él.
Las palabras de Moody se le hicieron demasiado extremas.
Pero eran precauciones.
–¿Sabes volar escoba?–le preguntó en un susurro a Blake que estaba a su lado.
Mientras Moody y los demás decían algo.
–Sí, me encanta volar en escoba–responde y luego ambos se colocan en posición cuando Moody voltea y los demás de acomodan.
–Uno...dos...tres.

Al momento en el que Moody contó tres. Todos salieron volando hacia el cielo y Harry fue siguiendo a Tonks.
Subieron hasta que las casas de Privet Drive no eran más que unos pequeños focos a lo lejos y los carros parecían hormigas.
Harry sintió frío y agradecía haber llevado su chamarra.
Blake le sonrió y luego voló más alto que él detrás de Kingsley. Su cabello volaba con el viento y cerraba los ojos al hacerlo.
Hacía tanto tiempo que no volaba que sentía que estaba en otro mundo.
El aire allá arriba era fresco y veía la ciudad de una manera diferente.
Harry no había volado y se había olvidado de como se sentía. En ese momento recordó por qué le encantaba volar, por que amaba el quidditch y por qué deseaba volver y ver esos campos de quidditch y volar en su escoba muy alto para atrapar la snitch.
Moody a su lado iba muy recto. Remus iba atrás y Tonks a su lado hacia caras y su cabello rosa volaba con el viento.
Blake iba viendo el suelo y al igual que Harry, admiraba lo que había debajo.
Al mirar vio las luces de Londres, jamás había estado en la noche en Londres y era de verdad una hermosa maravilla verla desde el cielo.
Sonrió y puso atención a lo que estaba delante de él.
Moody dió la vuelta y todos lo siguieron, pero Harry seguía perdido en que no había tomado su escoba en un año y se sentía horrible. La última vez que lo había hecho fue con el dragón en la primera prueba.
Harry solo sonrío y sigue a los demás.
No sabe que pasó con Hedwig pero esta seguro de que ya esta a donde lo vayan a llevar. Solo esperaba que no fuera a la madriguera.
Siguieron volando durante un buen rato y Harry aseguraba que llegarían pronto a donde iban porque iban bajando. Pero luego subieron a toda velocidad y se quedaron por encima de las nubes.
Harry se había escapado de Privet Drive pero sabia que sus tíos estarían más que felices.

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