No es lo que creen

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Todos se arremolinaban al rededor de la escalera de Filch, observando con atención como el conserje colocaba un nuevo decreto junto con los otros.
Bajo, escalón por escalón y se llevo la escalera con él.
Contuvieron el aliento mientras miraban...

A Dolores Jane Umbrige se le ha otorgado el puesto de Director del Colegio Hogwarts de magia y hechicería.

Harry contempló aquellas letras con horror, otro decreto educacional de la tal Dolores.
Se giró rápidamente hacia Blake que se encontraba justo detrás de él. Ambos contuvieron el aliento mientras caminaban a sus clases y se preparaban para el castigo de aquella tarde.
Harry mantenía la cabeza gacha, mientras subía las escaleras blancas que llevaban a la sala común y veía como Filch quitaba los cuadros.
–...quien quiera unirse a la brigada inquisitorial puede hacerlo...Se les harán preguntas sobre actividades sospechosas dentro del colegio...
No quizo escuchar más y se metió corriendo a la sala común. Para su fortuna no había nadie ahi dentro.
Se recostó sobre el sillón rojo junto al fuego y se puso las manos en los ojos, tapándose de la poca luz que había.
Blake se mantenía al margen, no decía ni una sola palabra y veía el fuego con una concentración temible. La chica no parpadeaba siquiera.
Quizo escribir a Sirius lo que pasaba, contarle todo, per tenía miedo de que Hedwig saliera lastimada de nuevo; sintió las manos hacerse un puño en cuanto pensó en Hedwig. Esa bruja rosada cara de sapo le había hecho algo a su lechuza. Estaba herida y no podía volar.
Harry subió los pies al sillón y se tapó la cara con el brazo, no quería decir nada ni mirar nada.
Incluso recordar le hacía daño, sus clases de Oclumancia eran terribles. Ni siquiera le gustaba recordarlas. Snape era horrible.
–¿Quieres ir a comer?–preguntó Blake que no había hablado para nada.
Harry bajo el brazo de la cara y vio el reloj en la sala común. Era la hora de la comida.
Miro a Blake que estaba parada junto a la puerta sin expresión alguna, la luz iluminaba su rostro serio y sin expresión.
–No...
–Harry si continuas así–Blake cruzó los brazos–, Umbridge te usará como palo de escoba.
–Mmm...
–¡Ash! Vamos Harry, necesitas comer algo. Necesitas fuerzas.
–¡Estoy bien! No quiero comer, solo quiero entender...¿por qué....?
–Harry–Blake se acercó y se arrodillo frente a Harry–, lo que pasó pasó y no es tu culpa. Dumbledore...
–¡Dumbledore se fue por mi culpa!–exclamó Harry–. Y ahora Umbridge nos tortura todos los días para ver si sabemos algo. Cuando claramente, no, no sabemos.
–Es una persona mala Harry y las personas malas...a ellas no les importa lo que tu sientas, solo quieren destruirte y tu le estas dejando muy fácil la tarea–regañó Blake, se levantó de un brinco y volvió a cruzar los brazos–. ¿Vendrás a comer?
Aunque para Harry aquello no sonó muy bien como una pregunta, era mas bien una orden.
Sin nada más que poder decir, se levantó de un brinco y tropezó, quedando a centímetros de Blake que abrió los ojos como platos y se quedó inmóvil.
Harry tampoco se movió, se había perdido en los ojos de la chica, entre azules y verdes...como si hubiera algo encerrado en ellos.
Blake era bonita, su sonrisa siempre lo hacía reír y sus comentarios extraños igual. Ahora ella estaba igual que él, seria y sin mucho que decir. Pero de igual forma era bella. Sintió que el rubor se le subió a las mejillas, estaba tan cerca de ella que...que...
–¡Hola, hola!
Blake dió un saltó y Harry no supo como llego a parar hasta el otro extremo de la sala común.
Eran Fred y George, que llegaban campantes, siempre buscando hacer reír a todos en tiempos difíciles.
Fred se hecho a reír y Harry se revolvió el cabello y relajó los hombros.
–¿Que hacían?–preguntó George distraídamente.
Harry dudaba o...mejor, esperaba, que ellos no hubieran visto lo cerca que estaba de Blake o si no...no se los quitaría de encima nunca.
–Ibamos...a...comer–respondió Harry recuperando el habla.
Se sorprendió con el sonido de su voz.
–¡Perfecto! Vamos los cuatro. Muero de hambre–dijo George.
Fred cruzaba los brazos y miraba de Harry a Blake y de Blake a Harry varias veces.
–¿Para que es eso?–Harry quito el modo de estatua de si mismo y caminó a ver la caja que llevaba George.
–No estaremos mucho más tiempo en este lugar–dijo Fred–. Nuestros logros...no serán precisamente...
–Académicos–finalizó George–. ¡Hogwarts jamás olvidara a los gemelos Weasley!
–¿A que se refieren?–preguntó Blake que se había acercado.
–Ya pronto lo verás...ya casi–murmuró George–. Bueno vayamos a comer.
Los cuatro salieron dando tras pies en el último escalón. Harry resbaló varias veces, sentía los pies de mantequilla.

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