"No debo decir mentiras"

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Harry despertó con un dolor en la cicatriz enorme. Se agacho y le dolió la cabeza. Tanto. Que se volvió a acostar y sintió que empezaba a sentirse cada vez peor.
¿Por qué le dolía? Eso en el pasado no era bueno ¿será que algo estaba por suceder? Y luego esas imágenes en su cabeza del pasillo oscuro y la voz de Voldemort en su cabeza.
Harry estaba nervioso y mucho, más de lo que le gustaría.

Caminó mostrándose todo lo tranquilo que podía ta que había descubierto que parecía que todos a du lado sentían que estaba nervioso.
Llegó y se sentó sin prestar mucha atención a su alrededor.
Blake lo saludó y el solo pudo sonreír.
–Llegó Hedwig con una carta, todavía no llegabas y me la ha dejado a mi–explicó. Harry asintió sin prestar atención–. He decidido quedarme con Hedwig–. Harry asintió de nuevo y Blake rodó los ojos–, también he decidido que tu escoba me pertenece y que de ahora en adelante Angelina te remplazará en quidditch.
–¿Eh?
–¿En que planeta estabas Harry? ¿Acaso tus planetas estaban desorbitados?
–Sí–responde Harry–. ¿No te quedaras con mi lechuza verdad?
–¡Ah! Eso si escuchaste. Mmm...lo pensaré–ríe y voltea a todos lados–. ¿Te pasa algo Harry?
–No, no es nada.
–¿Seguro?
–Sí, estoy bien, tranquila–dijo Harry y Blake no se la creyó y vió a Harry rascarse la cicatriz.
–Harry.
–Solo me duele un poco.
–Estás pálido, no es un poco–dijo Blake y le pasó un pan con mermelada de fresa–. Come o te desmayaras en clases. Además tenemos clase con tu profesora favorita.
–Es verdad–dijo Harry con fastidio–. ¿Y sobre la carta? ¿De quién es?
–De un Canuto.
–¿De verdad?
–Ajá.
Harry sonrió ya que hacía tres días desde que escribió esa carta y tres días del castigo de Snape.
–¿Donde está?
–Hmm no se.
–Blake.
–Ten–dijo y le lanzó la carta. Harry la guardó y la chica ríe y Harry dice:
–No me molestes.
Blake sonríe y luego hace pucheros y se termina su comida.
Harry al terminar deseaba que la tierra se lo tragara, para él, el castigo de Umbridge ni se había cancelado y Angelina lo expulsaría del equipo por falta de entrenamiento.

Harry y Blake ahora caminaban arrastrando los pies nuevamente a la clase de Umbridge y se sorprendieron ya que al castigo con Snape iban más rápido y esta vez, caminaban lento y pausado.
Al llegar, Harry entró y solo se sentó en su lugar de siempre.
Sabía que Seamus y muchos otros deseaban otro ataque de ira de su parte para saber más sobre lo ocurrido con Cedric, pero esta vez no les daría el gusto.
Umbridge se sentó y luego se levantó.
Hermione aún se veía muy molesta y hacía caras a cada rato.
Umbridge por su parte se dedicaba a escribir.
–No hay necesidad de usar hechizos para aprender teoría–dijo al terminar de escribir.
Harry escuchó a Hermione murmurar:
–No hay necesidad de pensar–justo cuando Umbridge pasaba a su lado.
La clase ya había llegado a su fin y Harry comenzó a recoger sus cosas.
La profesora lanzó una sonrisa triunfante y dijo:
–¡Potter no se vaya!
Harry rodó los ojos y Blake pasó a su lado.
–No me esperes, esto tardará–dijo Harry.
Ella ríe y luego sale de la clase.
Harry se acerca al horrible escritorio de madera rosa de Umbridge y espera a que la profesora diga algo.
–De su castigo señor Potter–comenzó–, no ha terminado, faltarle al respeto a un profesor no le servirá de nada y estará una semana castigado.
–Pero tengo quidditch y si no...
–Eso debió pensarlo antes–interrumpió–. Puedo poner las medidas disciplinarias que se me antojen y lo quiero hoy en mi oficina después de clases. Váyase ahora.

Harry salió hecho una furia del salon de Umbridge y corrió a clase con la profesora Grubby Plank.
Al llegar Blake se le acercó y Harry negó. Con eso ella supo que a Harry no le había ido bien y se quedo callada.
–¡Angelina!–gritó Harry.
–Ayer no fuiste a la práctica–dijo ella con una mirada desafiante y cruzando los brazos.
–¡No lo regales Ángel!–dijo Fred riendo–. No hizo nada malo. El sapo panzón fue.
–No me digas Ángel idiota–dijo ella.
George sonríe y se le acerca.
–Vamos mi angel deja al pobre Potter en paz.
–Cállate y lárguense de mi vista–dijo con enojo.
Fred y George salieron corriendo y Harry les agradeció que hayan dificultado su platica con Angelina que estaba roja de ira.
–Tienes que estar más empeñado en el quidditch Harry, no dejes que tu ira te gane.
–Esta bien.
–Más te vale que no faltes la otra semana.
–Eso espero.

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