Un accidente en el caldero

1K 65 0
                                    

–¡Potter eres un lunático!–dijo Malfoy en la clase de Grubby Plank, Harry bufó y antes de contestar recibió la mirada de Hermione.

–¿Que se cree?–dijo Blake molesta.
–La prefecta perfecta–dijo Harry riendo.
–Uy es verdad, debemos tener cuidado, creo que buscara cualquier cosa para castigarnos, Harry–dijo Blake.
–Es verdad.
Caminaron de vuelta a Hogwarts y en el camino, encontraron a Fred y George siendo regañados por Hermione y se acercaron cuando ella terminó.
–Esta loca–ríe Fred.
–Lo sabemos–dicen Harry, Blake y George al mismo tiempo y ríen al darse cuenta.
Al llegar a la biblioteca para hacer el resumen de Umbridge, Harry aprovecha para escribirle a Sirius t contarle de su castigo y de la odiosa profesora sapo.

Querido Canuto:
Esto se siente muy solitario, Hogwarts no es lo mismo. Ahora que Hermione es prefecta parece querer castigarme solo por respirar. Me cuesta saber quienes son mis verdaderos amigos. Yo se que Blake lo es.
Además tengo mi primer castigo. Así es, una tal Dolores Umbridge quién trabaja para el ministerio y estuvo en mi audiencia y una mujer con cara de sapo, me castigó, solo por gritar a la clase que Voldemort asesinó a Cedric. McGonagald logró hacer que mi sentencia fuera de un día y no una semana, pero en su clase me acaba de decir que me ande con cuidado.
Y todos me ven como un lunático, para ser sincero, sí lo soy.

Harry Potter.

Después de darle la carta a Hedwig esperó a Blake y juntos fueron a la clase siguiente: Pociones. Con su profesor favorito de todo el mundo, Severus Snape.
Harry no sabia a quien odiaba más a Umbridge o a Snape, pero en unos segundos Umbridge se ganó su odio. Snape en unas cuantas clases.
Sí, Umbridge era la primera en su lista de profesores odiosos.
Llegaron antes y como Snape no estaba y nadie había llegado, se sentaron en la banca cercana al salón y esperaron.
–¿Le escribiste?
–Lo hice–respondió Harry.
–Muy bien–dijo ella.
–¿De verdad quieres ser un auror?
–Pero claro que sí–exclamo sonriente la chica–. Adoraría ser auror y poder conjurar hechizos.
–Yo también quiero serlo. Pero no se que es necesario.
–¡Oh vamos! Eres Harry Potter el héroe del mundo mágico, seguro que hasta llegas a jefe de aurores.
–Ja, eso sería algo lindo, pero lo quiero por mis méritos. No por ser Potter Harry.
–Bueno Potter Harry, hazlo como quieras, pero su yo fuera tú, aprovecharía el titulo de héroe del mundo mágico.
–Blake, aún no soy el héroe y quien sabe si llegue a serlo.
–Ay Harry, como quieras–dijo y se levantó.
Los chicos de su clase empezaban a formarse para entrar al salón y Snape había abierto la puerta.
Snape no se veía de muy buen humor, pero los cambió de lugar y ahora Blake y Harry eran un equipo.
–De dos harán las pociones–explicó y se dirigió al pizarrón.
–Ya quiero que sean vacaciones–murmuro Blake.
Harry sonríe y suelta una pequeña risa ¿cómo puede estar pensando en vacaciones cuando empezó el año apenas?
Sonrió burlón y luego se concentro en lo que Snape escribía.
Harry observó a Blake quién parecía estar en otro planeta, estaba distraída anotando las notas que Snape escribía. Harry solo la observó curioso y le tocó el hombro.
–Harry, hola.
–¿Qué te pasa?
–Estoy muy distraída hoy–exclama–, los planetas están en otra galaxia.
Harry ríe por lo bajo.
–¿De que hablas?
–De que no me puedo concentrar–le dijo Blake con una sonrisa y lugo volvió a ver a Snape.
Harry hizo lo mismo y siguió escribiendo todo.
Snape se volteó y su mira se topo con la de un chico de Ravenclaw que acababa de entrar al salón.
–¿Sí?–dijo Snape nada amable.
–Profesor Snape, Dumbledore quiere verlo–dijo el chico amablemente.
Snape hizo caras y luego dejo de lado el pizarrón.
–Muy bien–dijo y se volvió hacia sus alumnos–. No quemen el salón mientras me voy o abra doble tarea.
Snape salió del aula y Harry soltó un suspiro.
–De todas formas abra doble tarea–dijo Blake.
–Es verdad y...¿que es eso de los planetas?
–Bueno es que los planetas no están alineados para mi–responde.
–Oh.
–Ay Harry es una expresión que me inventé es todo.
–De acuerdo, ya me estabas asustando.
–Recuerda que somos un par de lunáticos–ríe Blake.
Harry sonríe.
Neville se acerca a ellos y luego dice:
–No quiero tener tarea extra–se quejó.
Blake bufó.
–Ay Neville ya sabes como es Snape–dice Blake con una mueca–. Nos dejara toda la tarea que pueda dejarnos. No esta en nuestras manos precisamente.
–¡Ey Potter!
Harry rodó los ojos y observó a Malfoy quién sonreía.
Luego al ver la mirada de advertencia de Hermione, Harry se voltea de inmediato.
–¡Potter!
–Malfoy Snape salió–dijo Hermione.
Draco bufó.
Caminó hacia Harry y dijo:
–¿Donde esta tu perro Potter?
–¿Cual?
–El negro. Me gustaría darle una lección.
–No es de Harry–dice Blake–. Es mío y se llama Theo, trátalo bien o te morderá, adora comer hurones.
–Tú cállate Blake–dice Draco con una mueca.
Blake se cruza de brazos.
–No me voy a callar, no tienes derecho a venir y molestarnos–dijo con voz firme.
–Puedo venir si quiero, soy prefecto.
–¿Y qué? No estábamos haciendo nada, por una vez en tu vida déjanos tranquilos–dice Blake.
Hermione se levantó y se puso en frente de Blake con una mueca de desafió hacia Malfoy.
–No han hecho nada, tu los molestaste, lo puedo probar–le dijo.
Draco suelta una carcajada y se va a su lugar junto a los otros Slytherins.
–Me decepcionas.
Fue lo último que dijo.
Harry vió que Blake se ponía seria y que solo veía la libreta.
Snape volvió y observó todo el salon esperando que de pronto algo saliera mal y así poder castigarlos, pero para su desgracia todo estaba en orden y siguió dando instrucciones para la poción de ese día.
–Sigan las instrucciones–explicó–. Sera mi mejor consejo.
Luego se sentó y les dió la espalda por unos momentos hasta que se acomodó y sacó un pergamino y una pluma roja.
Harry y Blake llevaron los ingredientes a la mesa de trabajo y se sentaron a leer las instrucciones.
–Hay que hacerla bien–dijo Harry.
–Soy genial en pociones–ríe Blake.
Harry rodó los ojos.
–¿Qué hacemos?
–Seguir las instrucciones Harry–responde Blake y le pone la libreta en la cara.
–Okay de acuerdo ya vi–dijo él–. ¿Quién la hace?
–¿Acaso tienes miedo?
–Sí, tengo miedo de que todo salga mal.
–Todo estará bien–tranquilizó Blake a Harry y ni ella misma estaba segura.
–Eso espero.
–Bien Harry, primero el asfadelo–Harry le pasó la planta a Blake y ella lo colocó con mucho cuidado en el agua caliente–. Valeriana–Harry cortó la valeriana en cubos de un centímetro como decían las instrucciones y luego de uno por uno lo vació en la poción.
–¿Algo más?
–Debemos esperar–respondió ella.
Harry suspiro y se sentó en la silla de nuevo y suspiro.
Snape estaba revisando las pociones y ponía caras muy extrañas al ver la poción de Neville.
Draco se levantó y caminó hacia lo que parecía un armario y de ahí saco algunos ingredientes, luego observó a Harry y sonrió malévolamente.
–Potter veamos tu poción–dijo Snape con una cara de pocos amigos–. Parece que si pones atención, que milagro–dijo con una sonrisa que era más bien una mueca–. ¿Que sigue?
–Bajar el fuego y agregar el polvo–dijo Harry.
–Agréguelo entonces–dijo y cruzo los brazos.
Harry tomó la cuchara y el cartón donde estaba el polvo y empezó a ponerle cucharadas.
–Espero que lo haga con cuidado o puede estallar en su cara–dijo Snape–. Creo que debe hacerlo más lento Potter.
Harry hecho los polvos tan rápido que Snape le quitó la cuchara y Harry terminó soltando todo el cartón en el caldero.
–Harry.
El caldero empezaba a elevarse en el aire; Snape observaba a Harry con odio y luego el caldero explotaba en ma cara de Snape, Harry y Blake.
Sus rostros estaban cubiertos de cenizas. Los de Slytherin reían en silencio y Hermione cruzaba los brazos enojada.
Ron observaba contento la cara de enfado de Snape y Harry y Blake mantenían la cabeza gacha.
–Castigados.
–¿Qué?
–Señor usted me distrajo.
–Soy el profesor Potter, puedo hacer lo que quiera y usted debió seguir mis instrucciones.
–Pero me quitó la cuchara.
–Veinte puntos menos Gryffindor–dijo Snape y caminó a su asiento aún con la cara llena de cenizas.
Blake y Harry se quedaron ahí hasta que terminó la clase y esperaron a Snape, quién les había dicho que se quedaran con la cara llena de cenizas.
Al terminar la clase los mando a lavarse la cara y cuando regresaron, los observó severamente.
–Están castigados por un día–dijo Snape–, limpiarán todos los calderos sucios de todas mis clases del día de hoy.
–Señor, tengo otro castigo con la profesora Umbridge.
–Oh señor Potter eso se puede arreglar–dijo Snape y mandó una carta a Umbridge quién llegó en segundos a la oficina de Snape.
–Buenos días profesor Snape.
–Profesora Umbridge, el señor Potter explotó un caldero hoy en mi clase y quiero castigarlo como es debido.
–Oh–solo eso dijo y Harry se volteó a verla.
–Pero tiene castigo con usted.
–Oh, creo que usted puede ponerle un castigo por los dos ¿verdad?–dijo Umbridge y a Harry le sorprendió que dejara su castigo a manos de Snape lo cual tampoco era muy buena idea.
–Lo haré responsabilizarse de sus actos–dijo Snape y Harry rodó los ojos.
Umbridge sonrió y luego salió taconeando.
–Nos vemos después de clases–dijo sonriendo malévolamente.
Harry soltó un bufido y él y Blake salieron del salón.
–¡Que horrible!
–Lo sé, pero al menos ya no tengo castigo con Doña Sapo–dijo Harry en voz baja.
–Es verdad.
–Blake–llamó Harry, se había quedado con la duda ¿por qué Malfoy le había dicho que lo decepcionaba?
–¿Mmm?
–¿Por que Malfoy dijo que lo decepcionabas?–preguntó Harry.
Blake se puso seria y comenzó a ver a otros lugares como siempre hacia cuando estaba nerviosa.
–No es nada Harry...es obvio que por ser tu amiga, por eso.
–A mi no me suena que sea eso.
–Pero lo es–dijo ella nerviosa.
Harry no le creyó y solo asintió.
Descubriría la verdad muy pronto.

El OlvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora