Capítulo 26 ✅

827 27 15
                                    

Narra Gemma.

Me baje del taxi junto con mi maleta, entre a casa y me percate que mi padre y Jos aún no llegaban a casa, me sentí tranquila al saber que no tendría que estar dando explicaciones respecto a la maleta y a donde fui con ella, seria muy vergonzoso contar lo estúpida que fui.

Subí las gradas y fui donde mi habitación, al instante que cerré la puerta las lágrimas comenzaron a salir sin que pudiera evitarlas, la verdad duele, desgarra el alma y en mi caso destruyo la poca confianza que tenía.

Me sentía morir, lo único que quería era poder encontrar mi otra mitad, sentir la plenitud al estar con esa persona amada y poder sentir el verdadero amor ¿acaso es tan malo querer sentirse querida?.

No, no te hagas la víctima, desde un principio sospechabas que todo esto era mentira, era demasiado obvio, típico de un aburrido y desgastado cliché, donde el popular y guapo chico se enamora de la patito feo y gorda chica, solo de pensarlo de esa manera me da vergüenza y horror ¿Como pude creer que algo así me pasaría? tan solo mírenme soy Gemma Valents, soy un jodido chiste de mal gusto andante, una marrana parada como muchas veces llegue a escuchar.

No, yo fui sincera y traté de dar lo mejor de mí, merecía el mismo trato, el debió ser sincero desde un principio y no jugar al Don Juan.

Sí, lo necesitó, si le perdono sus mentiras ¿Regresaría conmigo? Si actuó como que nunca ha pasado todo esto ¿Nuestra relación sería igual?.

¡Basta mujer! No puedo perdonarlo y humillar me de esta manera, tan solo porque no me quiero ni tantito y necesitó que un ser masculino me dé migajas de un amor que es obvio que ni siente, pensándolo de esta manera siento vergüenza y pena por mí misma.

Ridiculez, no soy la única ni ultima mujer que pasaría este tipo de situaciones, y tal vez todo sea solo un drama o berrinche, pero el dolor y la tristeza los siento tan reales.

Teniendo una discusión interna, mis ojos que no dan tregua, siento que todo esto es un total asco.

No puedo evitar recordar todas esas veces que el fingía ser tan lindo y caballeroso, incluso me defendía de quienes se burlaban de mí, es el colmo, porque el igual lo hacía a mis espaldas, pensar que imagine tantas cosas juntos en un futuro, cambiar gustos y pensamientos solo por él, convertirme en otra persona tan solo para acoplar me a alguien que actuaba en un estúpido show que yo misma había creado y creído, pero como todo en esta vida acaba, la actuación término, las mentiras quedaron al descubierto, las ilusiones se rompieron y su arrogancia se clavó en mí.

Toc toc toc.

Tocan la puerta, y justo en medio de mi drama y lloriqueo ¡genial! Debo tener los ojos y la nariz roja no puedo permitir que me vean en este estado.

-Gemma acabamos de llegar junto con Jos, si quieres cenar la comida la dejo dentro del horno, lamento lo que ha sucedido hace horas atrás, mañana hablaremos y solucionaremos este problema sin alterar nos, descansa hija, te amo.-

No conteste, se me había olvidado el problema del dinero desaparecido del orangután, por ese estúpido dinero llegue a esta situación, no, esto hubiera ocurrido incluso si Jos no fuera tan idiota, aun así, lo culpo por ser tan tonto, porque por su culpa pelee con mi padre, que le den.

Me levante de mi cama y fui a donde la ventana, soy inocente respecto al dinero, pero si ninguno me cree ¿cómo podré demostrarlo?.

Un recuerdo y luego una idea vinieron a mi mente.

Salí corriendo de mi habitación y me dirigí al sótano, si no mal recordaba la casa tenía cámaras de vigilancia, papá las puso varios años atrás, ya que una vez entraron a robar a la casa y él no estaba, por suerte no nos hicieron nada a Jos ni a mí, pero papá enloqueció y puso las cámaras, aunque para ser sinceros quedaron olvidadas, espero y aun funcionen.

Decir que la tecnología no es lo mío, es poco, realmente soy una cavernícola para esto, pero si quiero demostrar mi inocencia debo agarrarle el modo a esta máquina del demonio con luces incluidas.

Horas y horas pasaban y no veía nada sospechoso, solo aparecían en los vídeos mi padre, Jos, Mario y yo, ninguno de nosotros pudo haber tomado ese dinero, estaba comenzando a desesperar me, impaciencia es mi segundo nombre.

Un momento...

Hace 6 días, a las 10:00 menos 15 minutos.

La verdad ha quedado grabada.

Queridísimo hermanito cava tu propia tumba y declarar té hombre muerto, porque yo juro que te mató.

Yo, Mi salvación  (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora