| Primera Parte de la Trilogía "Leyenda" |
"El límite entre lo correcto e incorrecto es endeble".
La humanidad ha llegado a la cúspide de su evolución, sin embargo la vida en la Nueva Tierra no es pacífica.
La guerra ha transformado los ideales de...
"Lo que el cielo tiene ordenado que suceda, no hay diligencia ni sabiduría humana que lo pueda prevenir".
Miguel de Cervantes—.
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Desde su nacimiento, Montserrat Sáenz, Identificador: Guaichia, siempre había estado destinada al éxito.
Prodigio desde la infancia, con un hambre de conocimiento y aprendizaje táctico la hicieron causar alta al servicio de la Federación. Graduada con honores de la Academia Heroica Militsr antes de los veinte años y con el talento innato de escalar los rangos militares de manera excepcional, le formaron una reputación intachable.
Equilibró la balanza y la guerra contra la Resistencia comenzó a ser ganada. Creó los equipos de Élite, otorgándoles los Regalos Divinos y con ellos, una ventaja contra el enemigo. Con el pasar de los años, llegó al puesto de General de la Federación. Se sentía en la cima del poder.
Para su infortunio, las cosas comenzaron a cambiar. La Resistencia se reestructuró para hacerse más fuerte y los informes decían que se volvieron capaces de contrarrestar los equipos de Élite que mandaba la Federación; hecho que la hizo enojar bastante ya que solo quedaban dos de doce equipos activos.
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La aparente juventud que conservó desde sus veintes, comenzó a desaparecer, producto de los planes frustrados. Ahora, con cuatro décadas encima, la Gral. Montserrat Sáenz se encontraba lidiando con demasiado estrés y la aparición de aquellos seis individuos no ayudó en nada.
—¿Por qué hay seis personas cuando solo llamé a dos a mi oficina? —preguntó Guaichia, estallando de furia.
Los Dioses se irguieron, juntando sus piernas y abriendo las puntas de sus pies en un ángulo agudo, dejando caer sus brazos con naturalidad y sacando el pecho; se habían colocado en posición de Firmes. Montserrat suspiró y se llevó las manos a la cabeza, masajeando su sien.
