| Primera Parte de la Trilogía "Leyenda" |
"El límite entre lo correcto e incorrecto es endeble".
La humanidad ha llegado a la cúspide de su evolución, sin embargo la vida en la Nueva Tierra no es pacífica.
La guerra ha transformado los ideales de...
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Los gemelos Dankworth entraron al cuarto de descanso después de Seth y el Ing. Garza. Emma no podía con la alegría.
—¿Podrías decirme quién es él? —preguntó Gabriel, tomando con delicadeza a su gemela por el brazo. Ella seguía con una genuina sonrisa—. Es raro verte así con un hombre.
—¡Descuida! —exclamó la Diosa, cerrando sus ojos y haciendo más grande su sonrisa—. Él ha sido como un padre para mí, fue mi entrenador en la Base Espacial.
El Dios miró fijamente a su homóloga, buscando una señal de que estaba bromeando. ¿Cómo era posible que ella pudiera confiar en él? Después de todo lo que había pasado...
—¿Bromeas? —Cruzó sus brazos, mirando fijamente al Ing. Garza—. Dime que me estás tomando el pelo.
—Noup —respondió Emma, con inocencia. Colocó su mano sobre el hombro de Gabriel—. Él se encargó del equipo de las Amazonas, fue nuestro padre, literalmente. Nos enseñó a confiar en nuestra velocidad.
Artemisa saltó de la emoción y fue a sentarse en la mesa. Apolo no podía creer lo que veía, su hermana conviviendo con un hombre mayor, sonrió, orgulloso de su hermana. La niña asustada había desaparecido. Bajó la cabeza y se masajeó la nuca.
—¡Apolo! —exclamó el Ing. Garza, señalando el asiento opuesto a él—. Toma asiento, los demás vendrán pronto.
Gabriel observó su Brazalete, percatándose del ícono de Ray, este brillaba de azul. ¿Cuándo había aparecido eso? Suspiró. Sería un día demasiado largo para él.
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