| Primera Parte de la Trilogía "Leyenda" |
"El límite entre lo correcto e incorrecto es endeble".
La humanidad ha llegado a la cúspide de su evolución, sin embargo la vida en la Nueva Tierra no es pacífica.
La guerra ha transformado los ideales de...
"—Por primera vez en mi vida, creo que lo estoy. Dame toda la velocidad que puedas. Ah, y apaga los dispositivos de sigilo.
—¿En serio? —dijo él—. ¿Por qué?
—Porque —respondí, empujando el acelerador—, esto quiero que lo vean venir".
Capítulo 51, "Escuadrón".
Brandon Sanderson—.
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El último transporte de la Nueva Tierra del domingo llegó a la Base Espacial de la Federación cuando todos se habían ido a dormir, la única persona despierta era Emma; ella se encontraba en la Plataforma de Lanzamiento esperando a sus compañeros.
Se había puesto su antiguo uniforme azul de una pieza, con una marca en la espalda que simbolizaba su Identificador, dos arcos continuos listos para disparar una única saeta, y se había dejado el cabello acomodado por una diadema.
Uno a uno, los hombres fueron entrando uno tras otro, cargando sus bolsas de viaje.
—¡Jamás he estado aquí arriba! —dijo Seth, siendo el primero en salir y saludar a su amiga.
—Odio los viajes a velocidad de la luz sin supresor —declaró Gabriel, tallándose el rostro.
—Pero es más rápido que antes —respondió Alec, saludando con un asentimiento de cabeza—. Eran horribles las naves de transporte.
—Eran más seguras —afirmó Héctor, tapándose la boca—. No mareaban tanto.
—No sean tan quejicas —exclamó Sebastián, entrando de último, el portal se desactivó.
—¡Bienvenidos a mi casa! —señaló la Diosa, cada uno de los hombres observó la Plataforma de Lanzamiento, unos tenían recuerdos difusos y otros nunca habían estado aquí.
—En quince años las cosas cambian muy rápido —susurró Dazhbog, se paró frente al amortiguador de aterrizaje—. Recuerdo que usaban una red gigante que amortiguaba la velocidad, la dejaron de usar cuando un par de naves explotaron...
—¿No recientemente un caza estelar se quedó sin frenos y tuvieron que recurrir a eso? —preguntó Horus, acercándose a su amigo—. Lo leí cuando llegué hace tres meses, la noticia corrió muy rápido.
—¿No sabes quién fue la causante, Emma? —preguntó Apolo, mirando de reojo a su melliza.
Artemisa comenzó a silbar para restarle importancia a aquel penoso suceso mientras aguantaba la respiración, negó aquel suceso, argumentando que eran títulos sensacionalistas. Sus compañeros creyeron la mentira y soltó el aire, ¿cómo se tomarían que la causante de eso fue ella?
