XXXI | La Amenaza de Hathor |

19 3 0
                                    

| Música de Multimedia: Die for You - Otherwise |

——————————

"En ocasiones, ser un hermano es incluso mejor que ser un superhéroe".

Marc Brown—.

——————————

 El astro rey hizo su majestuosa aparición en el firmamento e inconscientemente sus rebeldes rayos solares se filtraron por la pequeña ventana de la habitación del remolque que los mellizos Dankworth compartían, impactando en la faz de un Gabriel ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 El astro rey hizo su majestuosa aparición en el firmamento e inconscientemente sus rebeldes rayos solares se filtraron por la pequeña ventana de la habitación del remolque que los mellizos Dankworth compartían, impactando en la faz de un Gabriel despierto y con la mirada perdida sobre una pequeña mancha de moho en el techo de metal.

Si apenas pudo conciliar el sueño un par de horas era mucho qué decir, estuvo a punto de salir a correr en plena madrugada para despejar su mente pero aquella vieja mancha lo detuvo. Momentáneamente giró su rostro a la derecha y vio a su hermana echa un ovillo, durmiendo plácidamente. 

	Recordó la primera vez que pasaron una noche solos; habían pasado escasas horas desde que escaparon de su padre, ellos se juraron lealtad a la luz de la luna

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Recordó la primera vez que pasaron una noche solos; habían pasado escasas horas desde que escaparon de su padre, ellos se juraron lealtad a la luz de la luna.

—¿Estaremos siempre juntos, Gabo? —dijo una pequeña Emma, el blanco de sus ojos se perdió a causa de todas las lágrimas derramadas. Estiró su meñique y tomó el de su mellizo—. Promételo...

El pequeño Gabriel intentó sonreír para calmar a su homóloga, aunque los moretones e hinchazón fueron un impedimento.

—Gracias por intentar sonreír —susurró su hermana, cerrando sus ojitos, estaba muerta de cansancio—. Aunque tu cara no se aprecie, ¿te duele?

—Un poquito —respondió el mellizo, bostezó y su rostro volvió a doler—. Mañana nos preocupamos por eso. —La pequeña Emma se acurrucó junto a su hermano y cerró sus ojos—. Siempre te protegeré, jamás te dejaré sola.

Su pesado día fue suficiente para que ambos niños se durmieran al instante. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dioses Decadentes: Leyenda I | *Corrigiendo* |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora