Capítulo 38

918 70 9
                                    

Un capítulo corto, pero necesario. Se viene la acción. No se olviden de votar y comentar a medida que leen. Los leo siempre. 

Con amor, Lu.  

Rabia

—¿Cuándo es mi cumpleaños? —grité, sonriendo porque sabía que Levi no lo recordaría.

Dicho y hecho, lo vi rascarse la nuca y cerrar sus ojos, tratando de recordar el momento en el que se lo había dicho. Algunos de sus amigos rieron por lo bajo al verlo removerse en el pequeño asiento, claramente incómodo tanto por la situación como por el reducido espacio. Alcé una ceja en su dirección, lanzando la pelota en el aire y atrapándola con mi mano.

—Ay, no recuerdo, sé que es dentro de poco —admitió con una sonrisa nerviosa—. ¿El 15 de agosto?

Asentí, dejándolo ilusionarse. Cuando vi que relajaba sus hombros en alivio, sonreí maliciosamente y tomé la pelota con agarre firme.

—Casi, bebé, pero no —sentencié, lanzando la pelota al blanco con todas mis fuerzas.

Solo tuvo tiempo de tensarse y cerrar los ojos antes de ser zambullido en el agua de la pequeña pileta. Chris, Karen y yo nos estallamos de risa cuando lo vimos salir del agua como una foca mojada, su cabello todo aplastado y una sonrisa de derrota esbozada en sus bellos labios.

El sonido de su cuerpo mojado salir del agua se escuchó por encima de la música mientras los tres seguíamos riéndonos. Cuando se acercó a mí le di un abrazo, sin importarme que estuviese mojado, sonriendo como una estúpida. No recordaba la última vez en la que había reído tanto que mi estómago doliera y mis mejillas se adormecieran, pero era un dolor al que me hubiese gustado acostumbrarme.

Peinó su cabello hacia atrás como pudo, despeinándolo aún más, y me miró con una sonrisa apologética.

—Soy el peor novio del mundo, ¿cuándo es tu cumpleaños?

Besé su mejilla justo donde se le formaba el hoyuelo.

—12 de agosto, no 15.

—Casi, lo siento.

Me reí, porque sinceramente no esperaba que lo recordara y no era una fecha realmente importante. Jamás había festejado mi cumpleaños. A veces pasaban días hasta que me daba cuenta que había pasado, así que realmente no era una fecha que tuviese muy presente. En el mundo de los moteros no había tiempo para festejar cumpleaños, mucho menos cuando en su mayoría éramos una comunidad nómade. Algunos miembros hacían algunas salidas o juntadas especiales para celebrar sus cumpleaños, pero eran unos pocos y no eran eventos grandes.

—No pasa nada, amor, en serio —aseguré, besándolo y tomando su mano para irnos.

—Creo que es momento de que nos vayamos, ¿no creen? —sugirió Levi.

Chris rodeó los hombros de Karen con su brazo y asintió, poniéndose a la par nuestro.

—Y sí, no queremos que te agarre una neumonía —rió Karen junto a mí.

—¿Y? —preguntó Chris, mirándome por encima de la cabeza de Karen—. ¿Qué te pareció tu primera vez en un parque de diversiones?

Si la estúpida sonrisa que no había dejado mi rostro desde que llegamos era de alguna ayuda, claramente genial.

—Increíble, no puedo creer que estuve tantos años sin venir a uno —admití, y miré a Levi—. Gracias por traerme, y gracias por venir, chicos.

Levi me abrazó por los hombros y me besó la sien cariñosamente en un gesto con el que ya estaba muy familiarizada.

—No hay de qué, Mads. No podía no traerte luego de que me dijeras que nunca habías visitado uno.

Acompáñame al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora