*VENUS*
Estaba del color de un tomate. Les juro que si me rozaban un dedo por los hombros lloraría por el dolor.
El ultimo día de nuestra luna e miel decido pasar la mañana en la playa y almorzamos a la orilla del mar, le había pedido a Damian que colocara un poco de protector solar en mi espalda, ya que estaba lo suficientemente bronceada como para ya dormir incomodo sobre mi espalda. Así que mientras Damian me colocaba el protector solar que resulto ser BRONCEADOR SOLAR, me quede dormida por unos treinta minutos.
Casi me dio un infarto cuando me mire en el espejo.
- No me toques - estábamos llegando a casa, Damian me extendió una de sus manos para ayudarme a bajar del auto.
- Lo siento pequeña - era la vez numero 28 que se disculpaba.
- Tu lo siento no arreglara mi piel quemada - lo fulmine con la mirada, me acerco para tomarme de la cintura y me moví bruscamente hacia atrás, chocando contra la camioneta de Hank, apreté los dientes - no... me... toques - le advertí, cerrando los ojos y concentrándome en respirar y pasar el dolor que acaba de sentir.
- ¡Por Dios! Se ha tragado todo el sol de Santorini ¿o que? - Laia me miraba con una sonrisa apretada entre los labios, parecía querer reír a carcajadas y cuando Damian soltó una pequeña risa le dedique una mirada que fácilmente pude haberlo enterrado tres metros bajo tierra.
- Le puse bronceador en vez de bloqueador - hablo Damian, aclarándose la garganta para espantar la risa - fue mi culpa.
- Estos hombres nunca aprenderán - Laia le dio una mala mirada, haciendo que Damian se encogiera un poco en su sitio - venga, necesita un baño para refrescar esa piel - Laia se acerco un cuidado a mi, y con suma delicadeza me tomo de la mano, me ardían hasta los dedos.
- ¿Seria un abuso pedirte que llenes la bañera? - pregunte mientras caminábamos dentro de la casa.
- Por supuesto que no - Laia me sonrió y ambas nos adentramos en la casa.
***
Para mi suerte, después de dos días con las cremas y ungüentos de Laia, mi piel mejoro, seguía estando roja, pero al menos ya podía dormir y moverme sin querer llorar por un momento.
Por otro lado Damian seguía disculpándose y se estaba volviendo irritante.
- ¿Sigues enojada conmigo? - pregunto, estábamos en la cocina, arreglando las cosas para comenzar a comer.
- Te juro que si vuelves a preguntarme si sigo enojada contigo, o vuelves a decir lo siento, te pido el divorcio - hable.
- Lo siento yo... - lo mire con mala cara y suspire para tratar de relajarme un poco, me estaba comenzando a doler la cabeza.
- Ya paso cariño - dije un poco mas calmada - te disculpo, pero en serio te estas volviendo irritable con el tema - lo miro, tenia la cabeza gacha, se parecía un niño pequeño regañado y esa vista me hizo reír.
- No es mi intención molestarte - murmuro.
- Y no me molestas - estaba llevando ambos platos a la mesa - pero deja la intensidad.
Nos sentamos a comer en la mesa, Laia y Hank habían salido para comprar algunas cosas y aproveche para prepararle el almuerzo a Damian, si que me había botado, prepare un poco al horno, con unas papas horneadas y arroz. Damian dio un bocado y sonreí aun mas ante su gesto. Pique un poco del pollo y lo metí en mi boca, me basto dar ese solo bocado para sentir como se me revolvía el estomago, el dolor de cabeza era insoportable y gruñí ante la puntada.
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Por favor, acepta
RomanceLuego de tanto, se podria decir que la relacion entre Venus y Damian estaba en su mejor punto. Pero no se confien, ocurriran unos cuantos sucesos que la tension volvera a caer en ellos, llegando hasta el punto en que no sabran si seguir o dejar todo...