Capitulo 38

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- Estoy embarazada Damian, no invalida - me quejo, estábamos en los establos de la casa, yo estaba montada sobre Rosemond mientras que Damian sujetaba  Maxil por las riendas. 

- Puede hacerle daño al bebé - se queja.

- Cabalgar un poco no le hará daño - dije - ademas solo caminaremos a caballo, no correremos - lo mire - así que montante ahora mismo encima de Maxil o tendrás a una esposa embarazada muy cabreada - me coloque las manos en las caderas y le fruncí el ceño, Damian me miro por unos segundos hasta que resoplo y puso su atención en el caballo parado a su lado. 

- ¿Como me subo a esta cosa? - habla.

- Primero, no es una cosa, es un ser vivo que escucha y siente igual que tu - lo defiendo.

- Dudo que pueda entender - murmura y como respuesta Maxil relincha y se para en dos patas, yo río.

- Ya te diste cuenta que si puede entender - lo mire - y también pude sentir lo tenso que estas, debe relajarte para que el animal se relaje. 

- No puedo relajarme contigo montada en un caballo, cosa que puede ser peligrosa porque te puedes caer - protesto. 

- Casi nací montada en un caballo - bufe - primero tumban el gobierno de Donald Trump antes de que yo pueda caerme de un caballo - Damian me mira con mala cara - tienes que poner tu pie izquierdo en el apoyo - le digo por quinta vez - y luego impulsarte para pasar tu pierna derecha por encima y quedar puesto en la silla, vamos, es fácil. 

Damian lo intento, pero cayo sobre su trasero cuando Maxil se movió a un lado y lo desequilibro.

- Esto es completamente inútil - protesta, molesto con el animal - déjame sentarme encima de ti caballo estúpido - Maxil le relincha y da un paso lejos de el, Damian bufa. 

- Vamos, iras conmigo - hable - te enseñare otro día a montar caballo. 

A diferencia de Maxil, Rosemond se quedo tranquila cuando Damian se monto y se acomodo a mi espalda, rodeando mi cintura como si su vida dependiera de eso. 

- Iremos caminando en un caballo Damian - lo mire por encima del hombro - no estaremos en una moto a 200 K/h - me reí y eso hizo que su agarre en mi cintura se aflojara un poco. 

- Esto es una mala idea - murmura cuando Rosemond da los primeros pasos para salir del establo - definitivamente esta es una muy mala idea.

- Deja de quejarte y disfruta - le hable - tienes que relajarte, estas poniendo tensa a Rose - lo acuso. 

- Estoy relajado.

- Tus dedos estaban clavados en cintura - el me suelta y vuelve a agarrarme cuando estaba a punto de perder el equilibrio - vamos - sonrío - tengo una sorpresa para ti.

Cabalgamos cerca de unos veinte minutos hasta que llegamos a un amplio lago que había a unos cuantos kilómetros de la casa. 

Cuando era pequeña, Artemis y yo hacíamos carreras a caballo hasta aquí, quien llegara primero, se dejaría empujar al agua por el otro sin protestar y con toda la ropa puesta. Deje que Damian se bajara bajara primero y luego me baje de Rose, atándola a no de los arboles que rodeaban el lago y hacían una especie de pequeño bosque al rededor. 

- Cuando eramos pequeños - hable, mirando la expresión en el rostro de Damian - Artemis y yo hacíamos competencias hasta aquí, quien ganara se dejaba tirar al lago por el otro y sin ropa - dije, al tiempo que me sacaba la camisa y me quedaba solo con el sujetador.

- ¿Que haces? - Damian me mira, confuso. 

- No creas que hemos venido hasta aquí solo para mirar esto e irnos - lo mire - nos daremos una dicha - sonrío.

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