Dalha no bromeaba sobre salir al día siguiente por todas las cosas para la bebé. Realmente había hablado muy en serio cuando dijo que seria capaz de sobre girar las tarjetas de créditos.
Los chicos del camión duraron casi una hora en bajar todas y cada una de las cosas que compramos, mientras que Hank, Laia, Dalha y yo tardamos casi tres horas enteras en subir las cosas hasta la habitación que seria de la bebe, la cual estaba a un lado de la nuestra y una de sus puertas, conectaba directamente.
La habitación estaba completamente vacía, las paredes blancas sin ningún detalle, tenia un pequeño balcón que daba al patio trasero de la casa.
Decidimos dejar las cosas en sus cajas hasta que llegara el fin de semana y todos estuvieran desocupados y libres para venir a ayudar, baje con Hank y Dalha hasta la entrada principal.
- ¿Puedo acompañarte a buscar a Damian? - pregunte, mirando a Hank.
- Claro - sonrió.
Me despedí una vez estando afuera de Dalha, quien tenia que ir directo a su departamento a realizar el trabajo que no había hecho, cuando me despedí de ella con un beso y un abrazo subí al auto.
El camino hasta la empresa fue tranquilo, de hecho, extrañaba trabajar, tenia cerca de un mes y medio sin asistir, prácticamente desde que me habían empezado los dolores de pies y espalda, y aunque me sentía super cómoda en casa, necesitaba trabajar. Volver a mi vida de antes, en la que solo me preocupaba cumplir con mi trabajo.
Cuando llegamos, las personas a penas y estaban comenzando a salir, le dije a Hank que lo iría a buscar hasta la oficina para darle una sorpresa así que solo baje del coche y comencé a caminar hasta el interior de la empresa.
Las personas caminaban por mi lado e incluso a veces se detenían para saludarme, alagarme sobre lo hermosa que estaba y lo bien que me sentaba el embarazo y felicitarme por las buenas buenas.
Cuando las puertas del elevador se abrieron en el piso veinte, la chica de recepción me dio la bienvenida, era la primera vez que realmente me sonreía con ternura y sinceridad, nada de dagas con la mirada o algún rastro de hipocresía.
- ¡Oh srta. Partner, se ve hermosa! - saludó.
- Gracias - sonreí - ¿se encuentra mi esposo en la oficina? -pregunte.
- Si, aun no sale, tiene visita - sonrió. Asenti a manera de agradecimientos y comencé mi camino por el largo pasillo hasta llegar a nuestras oficinas.
Mi sonrisa se borro de mis labios justo en el momento en que vi a Amber sentada en los sillones de espera, estaba sumergida en su teléfono y parecía no haber notado mi presencia aun en el lugar, iba con una falda que para mi parecer era muy corta para alguien que no quería mostrar mucho, la combinaba con unos tacones de aguja rojos y una blusa blanca, el sostén era negro por lo que se podía notar a simple vista bajo la tela blanca, sera regalada esta mujer.
Quitando la mirada de ella comencé a caminar hasta la puerta de la oficina de Damian, llamando su atención por el sonido que hice al moverme.
- ¡Oh Venus! No te vi llegar - sonrió con falsedad.
- Me di cuenta - hable, solo dirigiéndole una fugaz mirada antes de seguir mi camino.
- ¿Como has estado? Te ves hermosa con esa barriga - no fue su comentario lo que me hizo poner la mirada en ella, si no el tono burlón con el que lo dijo el que me hizo molestar.
- ¿Cual es tu problema? - escupí.
- ¿De que hablas? - lo que tiene de bella, no tiene de estúpida.

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Por favor, acepta
RomanceLuego de tanto, se podria decir que la relacion entre Venus y Damian estaba en su mejor punto. Pero no se confien, ocurriran unos cuantos sucesos que la tension volvera a caer en ellos, llegando hasta el punto en que no sabran si seguir o dejar todo...