Capitulo 35

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*VENUS*

Si esto seguía así, definitivamente me mataría. 

No entiendo como Pegie pudo soportar todo esto, y yo que siempre la miraba tranquila. 

Había amanecido con unas terribles ganas de vomitar y para sumarle como si fuera poco, tenia algo de fiebre. Laia había estado al pendiente de mi durante todo el día, había considerado mas de una vez en darle la noticia pero no quería meterlas en problemas cuando Damian supiera que ella lo sabia y el aun no. 

Estaba sentada en uno de los sillones de la sala cuando escuche la puerta principal abrirse y cerrarse, mire la hora en el reloj que había en la pared y me di cuenta que desde hace rato había terminado el trabajo en la empresa, Damian debió de haber llegado. 

Me levante y tome el libro que tenia entre mis piernas, seguía dolida por lo que había permitido en Chicago así que no estaba dispuesta a entablar aun conversación con el, aun no, y la verdad es que no sabia cuando, tal vez a la noche o tal vez mañana, o simplemente tal vez la semana entrante, no lo se. 

Cuando comencé a caminar hacia la sala principal para comenzar a subir los escolares, Damian entro en la habitación, parecía algo alterado, lo sabia por la manera en la su cabello estaba despeinado, como si hubiera pasado la mano una y otra vez por el, su ceño estaba fruncido al igual que sus labios. 

Lo ignoré, y decidí pasar de largo por su lado cuando este me tomo del brazo y me detuvo.

- Tenemos que hablar - dijo, lo mire por unos segundos, luego mire su mano en mi brazo y este me soltó, bufó - ¿Cuando pensabas decírmelo?

- ¿Decirte que? - mi voz salio mas cortante de lo que esperaba - pensé te darías cuenta tu solo de tu error, estas como grandesito para tener que decirte que esta bien y que esta ma...

- ¡No estoy hablando del maldito error que cometí! - exclamó - Lo siento ¿si? No me di cuenta de lo que hacia hasta que fue muy tarde - su entre cejo se fruncía cada vez mas - te estoy preguntando cuando mierda ibas a decirme que estas embarazada - gritó.

Sentí como toda mi sangre se helaba dentro de mi cuerpo, iba a matar a Dalha, definitivamente mi amiga era una mujer muerta la próxima vez que la viera. 

- Responde - demandó.

- No lo se - hable por fin, y era verdad, no sabia exactamente cuando se lo diría. 

- ¿No lo sabes? - ironizó - ¿me estas diciendo que estas esperando a nuestro hijo y no sabias cuando me lo ibas a decir?...

- ¡Deja de gritar! - alce la voz. 

- Esta es mi cas...

- ¡Es tu maldita casa, ya lo se! - proteste, cansada de esa actitud - es tu maldita casa y te la puedes meter por donde mejor te quepa - baje el tono de voz apretando los dientes - pero para tu maldita desgracia me pediste ser tu esposa, yo acepte y ahora eso soy, para tu mala suerte, te guste o no te la tienes que calar - exploté, había evitado llegar hasta este punto, había evitado reaccionar de la manera en la que sabia iba a comenzar a reaccionar, pero vamos, él tampoco me la ha puesto muy difícil - he soportado todo de ti Damian, he aguantados tus cambios bipolares de actitud, he aguantado cada pelea que hemos tenido y como terminabas corriendo hacia los brazos de cualquier perra, soporte verte con Amber, con Elizabeth, con Graciela, soporto todos y cada uno de tus gritos, de tus insultos, todas las veces que me has sacado en cara tus cosas, todas las veces que me has dicho que tus problemas no me incumben, he soportado verte besuquear y toquetear con otras mujeres ¿y tu que? - sentía como las lagrimas comenzaban a rodar por mis mejillas - agradezco que te hayas quedado, agradezco que hayas luchado por mi cuando no te recordaba, pero te recuerdo que mientras lo hacías, salias y te revolcabas con las otras perras porque simplemente no soportas ni un segundo de tu miserable vida en no tener a nadie, el sentirte solo - caminaba de un lado a otro, escupiéndole y gritándole todo a la cara - maldita sea Damian, no estas solo. Tienes a Hank y a Laia, tienes a Dalha, tienes a mi hermano, tienes a las chicas, para tu desgracia, también tienes a tu padre y me tienes a mi, y aun así no te conformas con todos nosotros, lo único que haces es gritar y ordenar, como si tu fueras perfecto cuando ni siquiera vez que te estas hundiendo solo, que si sigues con esa actitud de mierda realmente quedaras solo - mi respiración estaba agitada y mi cabeza estaba comenzando a darme vueltas - si tu problema era el no saber que estaba embarazada, pues mira, ¡Tengo dos semanas de embarazo! - su rostro era ilegible, pareciera que el color se le hubiera drenado de la piel, su ceño fruncido ya no estaba, sus labios era una linea recta y sus ojos me miraban con... tristeza - no te lo dije - hable, esta vez un poco mas calmada - no te lo dije porque escuche tu conversación con Artemis en el hospital, te escuche decir que un bebé te arruinaría todos tus planes y no quería ser una razón mas para decepcionarte - las lagrimas que antes salían de mis ojos por la rabia, se habían convertido en melancolía, tristeza, los cambios de humor que me causaba este embarazo me iba a matar, y que solo eran dos semanas, imagínate soportar nueve meses - se que no era lo que tenias en tus planes, tampoco estaba en los míos salir embarazada tan pronto, pero eso es lo que ocurre cuando tienes sexo sin protección...

- Tu tomas pastillas - me interrumpió.

- ¡Y tuvimos la suerte de que ese 1% restante nos toco a nosotros! - hablé.

- ¿Suerte? - pregunto - ¿llamas a eso suerte? - su comentario me golpeó, como si el mismo me hubiera abofeteado con su mano - ¡No estoy listo para esto Venus! Yo solo no pued...

- ¡Yo tampoco estoy lista! - exclame - ¿crees acaso que es fácil? Levantarte por las madrugadas e ir a vomitar todo lo que estuviera en tu estomago, no poder hacer ningún movimiento brusco porque ya te atacan los mareos, ¡No es nada fácil Damian! Y tener un hijo por supuesto que es de suerte, porque te recuerdo, que ni tu me violaste ni me forcejeaste, los dos tuvimos sexo por voluntad y del sexo sin protección o con protección no podemos esperar nada mas que un bebé - lo desafié - tendré a este bebé, contigo o sin ti, con tu apoyo o sin tu maldito apoyo lo tendré. 

Me di media vuelta para salir de aquel lugar, no podía soportar ni un segundo mas cerca de el, si lo tenia al frente un segundo mas, le volaría la cara de una bofetada por ser tan imbécil como lo estaba siendo en este mismo momento. 

- No he terminado contigo - dio dos pasos hacia mi cuando me voltee.

- Pues yo si - aclare - y no quiero verte mas en estos momentos - retome mi camino hacia la salida, pero nuevamente fui interrumpida por la mano de Damia.

- Demonios no - se llevo las manos a su cabello y jalo con desespero de el - yo... lo siento - dijo, paso sus manos por la cara, con frustración - nunca me decepcionarías - hablo, esta vez un poco mas calmado - nunca pienses o si quiera digas eso de nuevo, eres lo mejor que me pudo haber pasado en mucho tiempo para no decir que en toda mi vida, he sido un imbécil, un idiota, un grosero y no te mereces nada de eso - llevo sus dedos al puente de su nariz y presiono ahí - ni siquiera se como si quiera aceptaste ser mi esposa, ni siquiera se como después de todo te has quedado - el silencio cayo en nosotros, estaba de pie, con mi cadera recortada en una de los sillones y mis brazos cruzados, Damian se pasaba una y otra vez las manos por el cabello y el rostro - nunca me podrías decepcionar - repitió - que me des un hijo nunca podría ser una razón para que me decepciones - me miró - ni tu ni nuestro hijo seria alguna vez un error - sentí como la comisura de mis labios de elevaba ligeramente.

- Entonces... - hablé por lo bajo - ¿No estas molesto? - pregunte.

- Nunca podría estar molesto porque me harías padre - hablo, acercándose a mi - lo siento - dijo - es solo que... no se como manejar esto ¿okey? No tengo ni la menor idea de que hacer como padre, sabes perfectamente que no tuve un buen ejemplo, y si es verdad que no estaba en mis planes serlo ahorita - acuno mi rostro con sus manos - pero nunca te dejaría por algo así, y no me ha gustado para nada que pensaras por un momento que si - sentía como mis ojos se volvían a humedecer - si me case contigo, fue porque estaba y estoy dispuesto a pasar el resto de mi vida contigo, a crear juntos una familia, a estar a tu lado para siempre y... que me hagas padre... - lo vi tragar - es el mejor regalo que alguna vez me puedas dar ademas del "si" en el altar - sonrió.

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