Capitulo 43

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*VENUS*

Dios mio de mi vida iba a rodar, se los juro.

Si antes no me podía ver las puntas de los pies sin echarme para adelante, ahora ni inclinándome podía. 

- Recuerda que hoy es la cita en el medico - dije, tomando las cosas de Damian y bajando por las escaleras - que no se te olvide la chaqueta, esta nevando - digo a la vez que le entrego su maletín y cojo la chaqueta del perchero.

- Te prometo que estaré a tiempo para la cita - me dice antes de salir de casa - te estoy escribiendo, te amo - deposita un suave beso en mis labios y se va. 

Era las siete de la mañana y el sueño se me había ido por completo, pase la mayor parte de la noche despierta, haciendo ejercicios de relajación para las patadas que me metía el bebé. Este niño o seria un corredor, un futbolista o un bailarín porque ¡Como pateaba por Dios!

Camine hasta la cocina para encontrar algo que comer. Y para mi desgracia no encontré mas que cereal. 

Bueno, les miento, la cocina estaba llena de comida, solo que me daba un poco de flojera cocinarme. Me serví el cereal en un plato y luego eche la leche, aun podía sentir como a veces se movía el bebé en mi barriga y les juro que el diablo en persona aparecía solo para decirme "Hola". 

La casa estaba en completo silencio, asumo que como hoy era Domingo, Laia y Hank se levantarían mas tarde, para la desgracia de Damian, lo llamaron para una reunión importante a la cual era obligatorio asistir. 

Tome el tazón de cereal y camine hasta la mesa, llegando justo a tiempo para soltar el tazón y doblarme por la fuerte patada que me acaba de dar el bebé.

- Por Dios, no seas tan inquieto - dije, haciendo las series de respiraciones que la doctora me había recomendado para cuando esto sucediera, acune la barriga con ambas manos y comencé a frotarlas suavemente contra ella.

Así estuve cerca de unos diez minutos hasta que los calambres de las patadas desaparecieron y les juro que sentí como el bebe dentro de calmaba. 

Luego de que estuviera un poco mas relajada me senté en la mesa a disponerme a comer mi desayunado cuando Laia entro por la cocina. 

- Venus, ¿que haces despierta tan temprano? - me sonríe, antes de acercarse a mi para darme un brazado - hola hermoso - habla esta vez dirigiéndose a mi barriga - o hermosa.

- Hoy sabremos el sexo - comente, sintiendo como se dibujaba una sonrisa en mis labios.

- ¡Que emoción! - exclamo - no puedo esperar a que el doctor diga que es una niña.

Laia había estado mas que segura en que seria un niña desde que había tenido cuatro meses y se hubiera formado mas la barriga, decía que, por la forma de la barriga redonda, seria niña, que normalmente cuando era niño, la barriga era un poco puntiaguda. No lo se, mamá también decía lo mismo pero la verdad es que yo veía una barriga normal de embarazada. 

Seguí con mi desayuno y cuando termine subí hasta mi habitación, estaba un poco cansada de estar encerrada en casa, había dejado por ahora el trabajo en la empresa así que prácticamente todo mi día era, o estar acostada en cama viendo alguna película, o estar leyendo algún libro en la sala. 

Damian se iba casi todo el día a trabajar y a veces llegaba retrasado porque estaba un poco atrasado con el trabajo o porque alguna reunión se extendió. 

Sam, Dalha y Pegie tenían trabajo, al igual que los chicos así que la mayoría del tiempo la pasaba sola, tenia a Laia al menos, a veces solía sentarme en la cocina y conversar con ella, pero entiendanme, en el estado que esto, pasar mucho tiempo en un mismo lugar comienza a irritarme. 

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