Kiss me.

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¿Qué coño quiere este ahora? Apago el telefóno y lo guardo, ya tendré tiempo de hablar con él. La gente parece estar chillando aún más que antes. Miro al escenario y lo veo, no puede ser, está ahí, es su pelo naranja, su guitarra y sus vaqueros negros lo que estoy viendo. 

 — ¿En serio tío? —tengo que gritarle a Tyler por encima de los gritos de toda esta gente— Que es Ed Sheeran, joder, te amo.

No tengo confianza ninguna pero me tiro a sus brazos y lo estrujo en un abrazo, llevo tres años intentando ir a un concierto suyo y quién se iba a imaginar que conseguiría ir a uno al otro lado del charco y con un chico que apenas conozco.

—Gracias de verdad —le digo cuando lo suelto.

—Madre mía, ¿quién me iba a decir a mí que te iba a gustar tanto eh?

Entre la emoción del momento y los abrazos ya se había pasado media canción y el resto del concierto está yendo igual de rápido. Es lo malo de los conciertos, lo rápido que se te pasan, sientes la impotencia de querer subirte al escenario y gritar: “Por favor, ¿puedes cantar como si tuvieras el efecto de la cámara lenta? Gracias”. Pero creo que todavía eso no es posible.

— ¿Quién quiere salir en la foto? —Pregunta el cantante pelirrojo que recibe un fuerte grito del público, después saca el móvil y nos echa una foto— Gente guapa —nos grita, guarda el móvil en el bolsillo y se vuelve a colgar la guitarra—. Esta canción, está dedicada a la chica de un amigo que la ha cagado, vaya que sí la ha cagado. Y cuando no sabes qué hacer para arreglarlo, tu cabeza no para de dar vueltas hasta encontrar el punto donde comiste el error. Amigos, esto es Kiss Me.

Más que cámara lenta, creo que Ed acaba de pulsar el botón de pausa o al menos eso me parece a mí porque mi cabeza ya no diferencia si está en un concierto de Ed Sheeran o en aquel ático de Madrid, el día que aprendí lo que realmente significaba “estar enamorado”. ¿Es Luke el amigo del que habla Ed? Pero, espera ¿Es eso posible? Lo que sí está claro es que Luke la ha cagado, vaya que sí la ha cagado, y Kiss Me es claramente nuestra canción. Pero no solo por aquel día, fue la canción que Luke me cantó el día de la fiesta sorpresa que me hicieron en mi cumpleaños y a veces, cuando no podía dormir me la susurraba en el odio una y otra vez hasta que me quedaba dormida. No es que a Luke se le diese genial cantar pero la convertió en nuestra canción; hasta tal punto, que si alguien hablaba de ella, nos resultaba raro porque queríamos que fuese sólo nuestra. Y por eso, aunque sé que millones de hombres la cagan al día con sus chicas, creo en que esa canción está dedicada a mí.

En lo que quedaba de concierto seguí cantando la letra de todas las canciones como si la vida me fuese en ello pero no disfruté igual, todo lo notaba raro, incluso a Tyler.
Tenemos que salir por la puerta general así que todo está repleto de gente y tengo que darle la mano a Tyler para no perdernos. Por fin estamos fuera, Tyler acaba de reconocer a un tipo alto y delgado que parece estar empezando a perder el pelo y que va acompañado de una chica de unos dieciséis años, que supongo que será su hija.
Se ha parado a hablar con ellos, no me gusta ser la estatua en ese tipo de conversaciones así que me siento en un banco y me pongo a ver las fotos y vídeos que hemos echado, la verdad es que Ed se ha dejado todo su talento en ese escenario está noche. Hay todo tipo de fotos del concierto movidas, buenas, graciosas, bonitas ... Pero hay una que realmente me encanta, estoy de espaldas y por detrás se ve el escenario y todas las luces de la gente de pista. La estoy subiendo a Instagram, no quiero que la gente se entere de que he cortado con Luke hasta que no llegué a España para que no se preocupen por mí, así que no voy a subir muchas fotos más para no levantar sospechas.

— Vaya —le digo cuando acaba de hablar con esa gente—, por pocas. ¿Quiénes eran?

—Unos vecinos.

—Pero si al final va a resultar que conoces a tus vecinos mejor de lo que crees.

—Déjate de tonterias, ¿tienes hambre?

Cogemos el coche y llegamos a una pizzeria.

—Pizza y música es sinónimo de noche perfecta —digo cona boca llena de queso, soy una cerda.

—Anda limpiate —me dice Tyler que se está partiendo el culo con mi cara— no, ahí no es.

— ¿Aquí? —le digo señalando al otro lado de mi boca.

—Un poco más arriba.

—Joder, ¿ya?

—Algo más a la derecha.

—Eres tonto —le digo yo que he acabado por  reirme—, te estás quedando conmigo.

—Que no de verdad, mira —coge la servilleta y me limpia—. Ya está, listo.

Pagamos y salimos afuera. Caminamos un buen rato en silencio hasta el coche. Antes de montarnos, Tyler se apoya en el coche y saca el paquete de cigarrillos y un mechero, que es en verdad mío.

—Oye, te tengo que devolver esto —me dice mientras se enciende uno—. Es que soy de quedarme con las cosas que me prestan.

—Te lo puedes quedar, no fumo.

Se vuleve a hacer un largo silencio, tampoco es que haya mucho de lo que hablar.

— ¿En qué piensas? —me pregunta.

—En nada.

—Vamos, sabes que eso es imposible.

—Pienso en cómo es posible que aún sabiendo que no conocía a nadie aquí y que no tenía a dónde ir, Luke no me haya llamado, no haya dejado ni un pésimo mensaje, ¿tú no te habrías preocupado? Porque yo sí.

—Me acabo de dar cuenta de que no debo insistir tanto en los pensamientos de los demás —dice con esa sonrisa ancha y humilde—. Tú le dijistes que te dejase tranquila, que no te siguiese, el lo ha hecho. Aunque eso no significa que te haya olvidado.

— ¿Por qué tienes que llevar tanta razón? —le pregunto y le doy un puñetazo cariñoso en el hombro.

Volvemos a casa, Tyler me da las buenas noches y se sube a su cuarto. Yo como pesada que soy, cosa que se me pegó de Angy, le sigo dando las gracias y seguiré dándoselas hasta que pueda.

Me meto en el baño donde me deshago de la ropa y me introduzco en el confortable pijama. Me lavo la cara y los dientes y me voy al sofá-cama. Cuando ya estoy apunto de dormirme, me acuerdo de que Sam me llamó, no me apetece hablar con nadie ahora y menos con él, pero no me queda otra.

— ¿Sam?

—Hola.

—Estoy cansada, no voy a ir con rodeos. Sé que me pasé con lo de Angy y que tal vez debería de ser más comprensiva pero es que he sido yo la que la he visto llorar noches enteras por tí, he sido yo la que sostenía su cabeza en mi hombro por tí y no me voy a permetir que eso pase de nuevo.

—Lo sient...

—No me interrumpas por favor. Si de verdad la quieres, sólo tienes que demostrarselo. Te conozco, de hecho una vez llegué a llamarte hermano, y confío en que puedas sorprenderme y callarme la boca. Tienes el poder en tus manos.

—Kat, no he llamado para echarte nada en cara. He llamado porque deje tirada, no solo a Angy, sino a tí y quiero que sepas que no podía cambiar el daño que había hecho pero podía curarlo, así que aquí estoy. Y estoy deseando de estrujaros a Luke y a tí y de que todo vuelva a ser como antes.

Luke, me vuelvó a petrificar, nada volverá a ser como antes ya.

—Te quiero tío.

—Yo también.

Tengo que colgar el teléfono porque estoy a punto de romperme a llorar y no quiero que se entere. Alguien está bajando las escaleras, me secó las pocas lágrimas, es Tyler.

— ¿Dónde vas?

—A por Melanie.

—¿Qué? ¿Todavía no ha vuelto?

—No y tampoco me contesta al móvil.

—¿Vas en pijama?

—Sí.

—Espera, voy contigo.

No somos de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora