Habían pasado dos meses desde que los miembros de BTS se juntaron en ese pequeño apartamento con un sueño en común y en ese periodo de tiempo Jin se dio cuenta de tres cosas.
La primera que se le daba muy mal bailar.
La segunda que el entrenamiento era el mismísimo infierno.
Y la tercera que juntar a seis alfas en un apartamento sin espacio individual para cada uno era una idea pésima.
Esa última en su opinión era la peor de todas. No soportaba ver cómo de la nada, dos de sus compañeros comenzaban a discutir por alguna tontería. Una pelea, que en principio parecería de lo más infantil, terminaba en una discusión de los seis alfas. Esto ponía a su omega de lo más nervioso. A pesar de que no era capaz de oler las feromonas de enfado, su instinto le ponía alerta por el aura dominante de los alfas y su lobo lloriqueaba asustado suplicando que hiciera algo para detenerlos.
Jin sabía que parte de la culpa la tenía la enorme exigencia que la empresa ponía en sus hombros. Tenían que llegar a ser muy bueno para poder debutar y en ese momento no lo eran. Ni siquiera había una posible fecha para su debut. Los chicos se esforzaban muchísimo para cada día ser mejores pero al terminar el día se encontraban tan agotados que sucumbían a los instintos primarios de sus alfas, los cuales no estaban demasiado contentos de compartir espacio con otros de su especie. Con todo esto, sumado a que la mayoría todavía continuaba con los estudios obligatorios era simplemente demasiado para los chicos.
Jin suspiró pensando en la última de las peleas. Le parecía ridículo que algo como una bolsa de galletas haya hecho que los tres integrantes menores del grupo llevaran tres días sin dirigirse la palabra. Lo peor es que sabía que los tres estaban arrepentidos de haber peleado por las miradas que se lanzaban de vez en cuando.
Echó la culpa al estúpido ego de los alfas de esa absurda situación y terminó de decorar el pastel que había hecho. Esperaba que un rico postre y una tarde de videojuegos relajaría a la maknae line y hicieran las paces de una vez. Había aprovechado que ese día no tenía clases en la universidad para preparar todo. Sabía que la rap line no estaría esa tarde en el departamento ya que los lunes los tres tomaban unas clases especiales de producción. Lo cual era también una ventaja en ese caso ya que los chicos no se sentirían tan presionados por sus hyung para hacer las paces. Solían ser más relajados sin la presencia de los mayores, lo cual era comprensible ya que les tenían bastante respeto.
"Además está el genio de Suga". Pensó sonriendo. El rapero podía tener muy mala leche cuando de peleas de los menores se trataba. No le gustaba perder el tiempo en tonterías y un solo rugido de advertimiento por su parte solía bastar para que cualquier discusión entre los chicos de la maknae line cesaran. Era útil en cierta forma, pero bastaba con que el alfa se marchara para que la discusión volviera y con más intensidad que antes.
Sí. Definitivamente los alfas más jóvenes necesitaban un tiempo para relajarse sin la presencia de sus mayores. Así que terminó de decorar el pastel y lo dejó en la mesa cerca de unos videojuegos. Los chicos no podrían resistirse a una invitación así de perder el tiempo jugando.
Sonrió satisfecho por la idea que había tenido para reconciliar a esos tres y decidió que él también debería irse para darles un poco de libertad. Aunque los tres chicos no le tenían tanto respeto como a los demás alfas, seguía siendo su mayor y algo de respeto si había.
Su relación con la maknae line era un poco extraña. Desde el principio se llevó bien con Jimin y JK. Este último le había cogido un cariño extraño desde el principio. Siempre estaba revoloteando alrededor suya llamando su atención a cada segundo. No era algo que a Jin le molestara pero seguía acordándose del día en el que se conocieron y el alfa había mencionado que su olor era el de un omega. Jin no podía entender porque dijo aquello pero tomaba sus precauciones y siempre que podía intentaba mantener una cierta distancia personal con el intenso chico de trece años.
Jimin por el contrario era mucho más tranquilo. Siempre se portaba con él de una forma incluso demasiado educada y sin olvidarse nunca el -hyung cuando le nombraba. Para ser tan joven, a Jin le extrañaba lo mucho que lograba controlar a su alfa. Había presenciado en múltiples ocasiones cómo era el intermediario de los otros cinco en peleas más serias que tenían. Eso sí, cuando se trataba de sus peleas con Tae y JK, entraba de cabeza. Jin pensaba que en cierta parte era lindo. Le parecía que Jimin tenía la suficiente confianza con los dos menores como para bajar la guardia y dejarse llevar un poco. Eso le agradaba, ya que le hacía ver que en verdad las peleas no eran tan serias como parecían desde fuera.
Tae era un caso completamente distinto a los otros dos. No podía decir que se llevaban mal ya que le tenía el mismo cariño que a los otros miembros pero si que había notado que, al contrario de lo que pasaba con JK, era Tae quien parecía guardar ciertas distancias con él. Al principio pensó que había hecho algo para disgustarle pero tampoco le parecía que le tratara mal o algo. Simplemente no le trataba con tanta cercanía como a los otros integrantes. Terminó asumiendo que era porque él no era un alfa y lo dejó pasar. Al fin de cuentas no podía obligar a ser más cercano a él.
Dejó sus pensamientos sobre la maknae line a un lado, esperando que esos tres arreglaran las cosas cuanto antes y se dirigió a la cafetería de unas cuadras más allá. Esa mañana había llamado a su hermano para preguntarle cómo iban las cosas en casa pero lo que iba a ser una simple llamada se convirtió en una quedada exigida por su hermano mayor ya que llevaban dos meses sin verse. Jin había estado tan metido en sus entrenamientos que no había tenido tiempo en mantener un contacto seguido con su familia como les prometió que haría.
Además, estaba el pequeño detalle de su mentira. Jin se sentía muy mal por no haberles dicho la verdad a su familia. Sabía que ni en mil años le hubieran dejado unirse al grupo si supieran que estaba formado por seis alfas, por mucho que estos no supieran que él mayor era un omega. Así que decidió omitir ese detalle y les comentó que su grupo estaba formado completamente por betas. Sabía que tendría que contarles la verdad antes de que debutaran porque después de su presentación para el público no había forma de que su familia no se enterara de la verdad, pero esperaba que para ese entonces hubiera pasado el suficiente tiempo como para poder poner este como argumento de que si nada le había pasado hasta ese momento, no tenían por que preocuparse.
Porque si algo le había quedado claro a SeokJin en ese tiempo es que cada uno de los alfas de su grupo eran buenas personas y no iban a hacerle daño incluso si se enteraban de su condición de omega defectuoso.
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EL DESTINO ES CAPRICHOSO (Bts x Jin) (OMEGAVERSE)
FanfictionSumario: Seok Jin es un omega defectuoso. Eso nunca le molestó o fue un problema para él hasta ahora. Cuando le ofrecieron la oportunidad de unirse a un grupo de idols, no imaginó que este estaría formado por alfas. Únicamente por alfas. La convive...