EL DESTINO ES CAPRICHOSO (Bts x Jin) (OMEGAVERSE)

¿Que pasa con Jin?

Tae sabía que algo raro estaba pasando con el mayor del grupo. Se había dado cuenta desde hacía semanas.

Primero el beta se había estado comportando extraño con Jk. Era como si ya no le prestara atención, lo cual era extraño teniendo en cuenta que desde el primer día había consentido al maknae de una forma hasta excesiva. Pero ahora, se llevaba más hasta con él mismo.

No es como si antes no se llevaran bien, desde aquel día en el que vio al mayor llorar se había desarrollado entre ellos una confianza bastante fuerte. Pero con JK era distinto. Jin le trataba con un cariño diferente, más paternal tal vez, ya que era muy joven y eso le hacía preocuparse en exceso por él.

Nadie en el grupo le dio demasiada importancia al cambio. Tae estaba seguro que los raperos ni siquiera se habían percatado del cambio ya que estaban demasiado ocupados con la producción del nuevo disco y sus clases en la universidad. Jimin y él sí lo habían notado pero sólo porque se la pasaban todo el día con Jk y el menor les había comentado la situación. Le habían dicho varias veces que hablara con el mayor pero el maknae siempre se negaba. A veces no entendía cómo el más joven del grupo podía llegar a ser tan tímido cuando con ellos dos era tan hiperactivo. Bueno, en parte sí lo llegaba a entender ya que a él le pasaba lo mismo cuando tenía que hablar con gente desconocida.

En si no le dio importancia porque realmente no le molestaba tanto. Por muy egoísta que sonara, desde que Jk y Jin dejaron de pasar tanto tiempo juntos había tenido oportunidad de estar más tiempo con el mayor. Las noches de videojuegos en los días que Suga o Nam se quedaban en la empresa eran de lo mejor de su semana. Pero desde hacía unos días empezó a preocuparse de verdad. Jin se veía bastante molesto. Aunque intentaba no mostrarlo, todos se habían dado cuenta. Algo preocupaba al mayor. Tae no quería ver a su hyung en ese estado. Echaba de menos a un Jin jovial y alegre.

Con eso en mente decidió abordar el tema con el mayor. Ya lo había intentado antes pero no le había puesto demasiado empeño. Esta vez no iba a dejar al mayor hasta que le dijera que estaba pasando. Su alfa gruñó de acuerdo. Tae había notado que su lobo parecía seguir las emociones de Jin como si fueran las suyas propias. Desde que este estaba decaído, su lobo le había estado dando por saco para que lo solucionara. Como si él pudiera hacerlo sin más. No tenía derecho de obligar a Jin a estar bien. Su alfa parecía no darse cuenta de eso.

Así que aquí estaba. En la puerta del mayor. Sabía que Suga no estaría así que ya había avisado a Jin que iría a jugar juegos con él y que llevaría golosinas. Apretó con fuerza la bolsa al oír la voz exaltada del mayor. Su lobo gruñó ordenándole que entrara a ver que pasaba. Tae respiró hondo intentando controlarlo. No sabía que tenía con Jin, su alfa nunca se volvía loco pero cuando se trataba del mayor parecía una bestia sin control.

Se mordió el labio con fuerza y, aun sabiendo que estaba mal, se acercó a la puerta lo más que pudo sin delatar su presencia. Acercó el oído y escuchó intentando comprender las palabras exaltadas que salían de dentro.

- No, escúchame tú a mí un momento, hyung.- La voz de Jin estaba alterada y triste al mismo tiempo. Estaba hablando por teléfono con alguien y parecía algo importante. Dudó si dejar de escuchar pero las palabras del mayor lo pegaron al sitio.- No entiendo cual es el problema con que viva aquí. Ellos nunca lo sabrán. Creen que soy un beta, no tengo olor, nunca lo sabrán, hyung. Estás montando un drama por nada.

Tae se quedó muy quieto intentando procesar lo que había escuchado sin comprender del todo la reciente información. Jin... ¿no era un beta? Definitivamente no entendía nada. Se acercó más a la puerta al no escuchar nada.

- ¿Qué importa que sea un omega si soy un defecto, hyung? Si lo supieran, sería lo mismo que un beta igualmente...

Tae se alejó de la puerta de golpe. ¿Que? No. No lo entendía. No podía ser. Su hyung... era... era un omega... Imposible. No tenía olor. "Defecto". La palabra resonó en su mente. Pero no tenía sentido. Era imposible... su hyung, ese con el que se había encariñado tanto, no podía ser un... omega.

Apretó las bolsas que llevaba con él y todavía metido en su propia divagación se alejó del cuarto del mayor con una única frase reproduciendo en bucle dentro de su cabeza: No puede ser.