Taehyung conoció a ese omega cuando tenía quince años. Cuando este mostró signos de que el alfa le gustaba, tuvo sus reservas. A lo largo de su vida había tenido un mal ejemplo de esa especie. Su tía omega abandonó a su tío por un alfa de ciudad dejándolo con muchas deudas. Tae recordaba como este cayó en una depresión enorme y ni siquiera sus hijos pudieron ayudarle de no caer en el alcoholismo. Las imágenes de la primera vez que vio al hombre que en algún momento fue su ejemplo estaban bastante nítidas en su cabeza, en especial el momento en el que su padre ayudó a levantarse al hombre completamente ido y girándose hacia él dijo "Tuve suerte de que tú madre fuera una beta. Los omegas hacen con los alfas lo que quieren".
Tae se tomó esas palabras bastante en serio. Al fin de cuentas su padre era su mayor ejemplo y si él decía que los omegas eran malos... pues él le creía. Entonces apareció él y poco a poco fue ganándose su confianza hasta el punto en el que se despertaba y acostaba pensando en él. Le acompañaba a casa e incluso gastaba sus ahorros de trabajar en la granja de sus abuelos en boletos de cine o parques de atracciones. Recordaba que era feliz, como un adolescente enamoradizo lo es con su primer amor.
No pasaron de muestras de afecto superficiales hasta que ambos no cumplieron 16 años. No es que lo planearon, sólo pasó. Un día que sus padres no estaban en casa tuvieron su primer contacto sexual. Fue poco después que le envió ese mensaje que le cambiaría la vida. "Estoy embarazado". Había tomado precauciones, no jóvenes pero se tomaban estas cosas en serio. Fue una sorpresa muy grande pero los anticonceptivos fallaban y lo hecho, hecho estaba.
Las imágenes de él corriendo a casa del omega, como este tenía la cara llena de lágrimas, cómo él le prometió que estaría con él, el abrazó que él sintió que tenía tanto sentimiento... todo ese día se repetía en su mente una y otra vez, intentando identificar en que momento falló. Que pudo hacer mal.
Los tres meses posteriores a ese momento fueron difíciles pero maravillosos para Tae. Contárselo a sus padres fue complicado y más porque el omega no quería contárselo a los suyos por el momento así que las exigencias de que se reunieran ambas familias tenía que esperar. Tae se dejó a un lado el instituto y dedicó todo su tiempo a trabajar en el campo ahorrando para poder darle a su futuro bebe lo que necesitaba. Cada vez que pensaba en él sentía mariposas. Eran muy jóvenes, era muy pronto pero él amaría a su hijo con todo lo que tenía. En esos momentos juraría que era lo mismo para el omega del que estaba enamorado.
Las noches que podía pasar con él eran su parte favorita de la semana. Se pasaban horas discutiendo el nombre, si casarse antes o después del nacimiento, donde vivirían hasta poder independizarse... Cuando pensaba en eso ahora se sentía ridículo. Se preguntaba como no pudo ver en los ojos del omega la verdad.
Era el tercer mes de embarazo. Entonces, Tae suponía que fue porque ya no podía ocultarlo más, le llamó para pedirle que fuera a verlo esa tarde. Que sus padres no estarían y tenían que hablar de algo importante. Había notado que la voz del omega estaba tensa. Pensó que estaba molesto por algo así que antes de ir pasó por una tienda y gastó un poco de sus ahorros en unos zapatitos de bebe. Pensó que el omega se alegraría un poco con el regalito para su futuro hijo...
Nada más llegar a casa de su novio y verle la cara supo que ningún regalo iba a mejorar lo que fuera a pasar. Fue una intuición que surgió en su estómago nada más sus ojos se conectaron.
Le esperaba en la entrada de su casa. No respondió a su saludo, ni le devolvió el abrazo que no podía evitar darle cada vez que le veía. Se quedó ahí mirando en un punto fijo detrás de él. Le preguntó si le pasaba algo, si algo malo le pasaba al bebe, y entonces el omega conectó sus miradas y se lo dijo. Con una cara inexpresiva le contó que no había bebe. Que lo hubo en un momento pero que abortó nada más enterarse. Que se lo contó porque creía que Tae tampoco querría tenerlo. Que no se lo dijo porque no quería herir sus sentimientos ni acabar con lo que tenían. Tae estaba tan en shock que pasaron varios minutos en silencio hasta poder decir algo. Cuando pudo hacerlo se rio y le preguntó si era broma, que no podía bromear con algo así. Pero el omega no rio ni pidió perdón. Solo pronunció las palabras que le devolvieron a la realidad de un golpe:
- Tenía la esperanza de volver a quedar embarazado antes de que te enteraras. Eras mi mejor opción en este pueblo. Pero he conocido a alguien. Tiene bastante dinero así que es una mejor opción para mi. Estoy seguro que lo entiendes o al menos lo entenderás algún día, Tae.
A día de hoy todavía no lo podía entender. Dudaba mucho que lo hiciera alguna vez. Lo único que tenía claro era que los omegas eran la especie más despreciable que existía. Utilizaban a las personas a su antojo y las desechaban cuando encontraban algo mejor, sin importar el daño que hicieran.
Deseaba pensar que Seokjin era distinto. Los deseaba con todas sus fuerzas. Pero no podía. Los zapatitos de color beige guardados en el fondo de su armario se lo impedía.
Hola! Me paso por aquí a decir que unas amigas han abierto un instagram dedicado a contenidos de libros. Si a alguien le interesa el tema, vos agradecería que les dierais apoyo en su cuenta: sweeties_booksss. Gracias y nos leemos pronto!
ESTÁS LEYENDO
EL DESTINO ES CAPRICHOSO (Bts x Jin) (OMEGAVERSE)
FanfictionSumario: Seok Jin es un omega defectuoso. Eso nunca le molestó o fue un problema para él hasta ahora. Cuando le ofrecieron la oportunidad de unirse a un grupo de idols, no imaginó que este estaría formado por alfas. Únicamente por alfas. La convive...