Chocolate caliente

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Tae hyung hizo un puchero al ver cómo el maknae del grupo volvía a ganar la partida. Jimin sonrió mientras le cogía el mando y empezaron una nueva partida. Se quedó mirando como ambos jugaban mientras se comía un trozo del pastel que Jin había hecho para ello. Sabía que había sido él ya que el mayor era el único de todo el grupo que sabía cocinar.

Se recordó que tenía que agradecerle por estar siempre arreglando los problemas en los que no paraban de meterse cuando no tenía porqué hacerlo. Realmente le parecía asombrosa la paciencia que había demostrado tener el mayor con sus estúpidas peleas.

Ni siquiera recordaba el porqué de la última pelea pero estaba deseando que alguien diera el paso para arreglarlo. Les tenía mucho cariño a sus dos compañeros de la maknae line y no quería que las cosas estuvieran tensas entre ellos. Pero no sabía cómo arreglar las cosas. Cada vez que estaba dispuesto a ir a pedir perdón a sus compañeros, se le metía en la cabeza que no tenía porque ser él quien pidiera disculpas primero. Suponía que a los demás les pasaba algo por el estilo y por eso la discusión se había prolongado tanto tiempo.

Viéndoles así, jugando y riendo, sólo podía regañar a si mismo por lo estúpidos que eran en ocasiones.

La puerta del recibidor se abrió y de reojo vio a Jin entrar casi corriendo en el cuarto que todos compartían. Miró extrañado a los demás pero no parecían haberse dado cuenta de la precipitada entrada del mayor.

Se levantó con cuidado de no llamar la atención de los chicos y, sin saber exactamente por que, entró en el cuarto detrás del mayor. Se sorprendió al ver al beta sentado en el suelo con la frente apoyada en las rodillas. Por el movimiento de sus hombros sabía que estaba llorando.

Se quedó petrificado. Nunca había visto a Jin, ni a ninguno de sus mayores llorar hasta ese momento. De hecho, al único a quien había pillado en ese estado era a Jimin. Al igual que pasó con este último, ver a Jin llorar le caló hondo. No estaba acostumbrado de ver a alguien en un estado tan vulnerable y no sabía que podía hacer para hacer sentir mejor al contrario.

Se acercó lentamente y se sentó al lado del chico de hombros anchos. Notó en seguida que como este se tensaba al no haberse percatado de su presencia. Giró su rostro encontrándose con los oscuros ojos de Tae hyung y se sonrojó por la vergüenza de que el menor le viera en ese estado.

- ¿Pasó algo malo, hyung?- preguntó el menor preocupado por la repentina subida de tono de las mejillas del mayor. A lo mejor tenía fiebre y lloraba porque se encontraba mal. Se sintió mal ya que no tenía ninguna medicina en el apartamento que pudiera darle. - ¿Se encuentra bien? - Volvió a preguntar al no recibir respuesta del mayor.

- Yo, lo siento mucho, estoy bien. - Exclamó JIn mientras se levantaba pasando las mangas de su jersey por el rostro intentando borrar las lágrimas que había estado derramando. Sonrió lo más ampliamente que pudo al menor para tranquilizarlo pero no pareció no surtir ningún efecto ya que este seguía mirándolo preocupado.

- No tiene porque hacer esto hyung.- Dijo Tae hyung serio.- No tiene que guardarse las cosas para si sólo. Ahora somos un grupo. Estamos para apoyarnos y cuidar los unos de otros. - Jin abrió los ojos sorprendido por las palabras del menor. No sabía que Tae se preocupaba de esa forma por él. Aunque pensándolo bien no era algo que le extrañaba. El alfa de la maknae line siempre había demostrado tener un corazón enorme.

- Yo...

Ojalá pudiera compartir sus pensamientos con él. Ojalá pudiera decirle que se había peleado con su hermano ya que por fin había reunido el valor suficiente para contarle que se encontraba viviendo en un piso lleno de alfas. Pero si lo hiciera, también tendría que contarle el porqué esa idea molestaba a su familia y le daba miedo saber la reacción del grupo a esa noticia.

Al principio le había parecido bien el no contarles la verdad. No les conocía y no confiaba suficiente en ellos. Con el tiempo se dio cuenta de que no tenía porqué guardar ese secreto al resto del grupo. Ellos no eran malas personas y estaba seguro de que nunca se aprovecharía de su estatus de alfa. Pero ahora que se tenían cierta confianza entre ellos, le daba miedo que se enfadaran con él por haberles mentido. O peor. Que le echaran del grupo por no querer a un omega con ellos, ya que no tenía la misma resistencia y fuerza que un beta tenía.

Por eso, y aunque le hacía sentir muy mal, no siguió hablando. Sólo hizo caso al instinto que había nacido de la nada en su mente y abrazó con fuerza al chico delante suya, soltando nuevas lágrimas en el proceso.

Tae hyung, envolvió sus brazos alrededor del mayor sorprendido por la repentina acción pero para nada disgustado. Por alguna razón su alfa ronroneó contento y él sólo se podía preguntar por que Jin de repente olía a chocolate caliente que solía hacerle su abuela. 

EL DESTINO ES CAPRICHOSO (Bts x Jin) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora