Ser Celestial / Katsuki Bakugou x Oc (BNHA).© CANCELADA

Number One.

¡HORA DEL EXAMEN DE ADMISIÓN!

Un día normal en una casa normal, dos grandes aspirantes a héroes se estaban preparando para el primer día de su travesía para cumplir su sueño, el primer paso para entrar a su escuela soñada, la más prestigiosa de todas, ¡La academia U.A de héroes!

Pero si se nota el sarcasmo, se debería saber que la casa de la que se habla nada es calificado como 'normal' para cualquier recién llegado, solamente los que de antemano conocían al rubio cenizo sabían lo locas que eran las situaciones normales ahí.

Aquí es donde entra nuestra protagonista, Minami Yumeko, la mejor amiga y compañera de cuarto de Bakugo Katsuki.

Circunstancias del pasado terminaron en que la familia Bakugo se encargase ahora de la vivienda de Yumeko, por eso ambos comparten no solo su tiempo, si no también su habitación.

Y tal vez sus sentimientos.

Hablando de la noche anterior...

Yumeko casi no había podido dormir, Katsuki casi le obliga a tragarse un somnifero para que está deje de estar tan eufórica, aunque él estuviese igual.

—¡Katsuki-kun!— esta intentaba despertarle para ir a desayunar—¡Despierta Katsuki!— le zarandeó para despertarlo, todo leve.

—¡Joder Cállate! ¡Déjame dormir!— respondió este con su característico mal humor.

—¡Levántate bastardo! ¡Son las 6 de la mañana y vamos a llegar tarde si no te levantas!— respondió la chica claramente ofendida por el grito de su acompañante.

Una estruendosa risa se escuchó al fondo, era Mitsuki, la madre de Katsuki.

—¡Así me gusta! ¡Joder que carácter, Yumeko!— se burlaba la mujer.

La chica únicamente se sonrojó, no acostumbraba a gritar de esa forma.

Katsuki simplemente se levantó conservando su semblante aterrador.

—¿¡Quién te dió permiso de entrar a mi habitación, vieja bruja!?— al chico le molestaba más la idea de que su madre estuviese en la puerta de su habitación que el hecho de que Yumeko le haya gritado.

—¡Te recuerdo que esta casa es mía! ¡Enano bastardo!— gritó de vuelta la mujer con temperamento fuerte.

La mujer decidió no darle más vueltas al asunto si no quería escuchar más gritos provenientes de su malcriado hijo. Solamente salió de la habitación con los brazos cruzados.

—¡Vamos Katsuki! ¡A desayunar!— la chica muy alegre se levantó de la cama y se dirigió a la cocina—¡Te espero abajo!— dijo ya en la puerta de su habitación.

—Enana estúpida...— finalmente Katsuki se dedicó a levantarse de la cama e ir a desayunar.