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Valentín;

Me hace mierda saber que la perdí, que perdí a la mujer que más amo en el mundo. Saber que está con otro y que me dejó con demasiadas palabras para decirle.

Palabras que quizás podrían haber cambiado todo, palabras que me duele tenerlas guardadas adentro de mi corazón sin poder gritarlas para que ella me escuche.

Estoy hecho mierda por dentro, lloro y lloro, porque es mi culpa. Soy un pelotudo.

Sigo sin creerlo, toda la vida a su lado y ahora ya no quiere saber más nada conmigo porque estaba enamorada de mí. No sé que hacer, no sé que sentir, sólo dolor por la pérdida de la mujer más hermosa que conocí en toda mi vida.

-- Amigo, dale, salgamos así te despejas --insistió Tadeo.

-- No, boludo. La otra vez salimos y estaba ahí, sí la veo me voy a poner peor --suspiré frustrado.

-- ¿Y cuál hay? no importa, no podés vivir encerrado por ella, Valentín.

Lo pensé unos minutos, tal vez debería hacerle caso a mi amigo.

-- Tenés razón, me tengo que olvidar de ella. Salgamos hoy, pero si no me despierto para ir al laburo es culpa tuya --sonrió al escuchar mi respuesta.

No sé si es una muy buena idea, pero con probar no pierdo nada, ¿no?

(...)

Agarré ropa interior y toallas para ir a bañarme.

Me saqué toda la ropa, puse mi playlist "Cocoliche" en Spotify, y me metí en la ducha dejando caer el agua caliente sobre mi piel.

Intenté relajarme mientras pensaba, y unos minutos despues empecé a bañarme.

Una vez que terminé, salí y me sequé todo el cuerpo.

Fui hasta mi pieza para cambiarme ahí, así que agarré nuna bermuda,una camisa y me lo puse junto a medias y zapatillas negras.

Me sequé un poco el pelo con la toalla y despues dejé que se seque solo.
Bajé encontrándome a Tadeo sirviendo la comida; pizza.

-- Acá se cocina, loco. Nada de pizza, ni esa poronga --bromeé y reímos.

Siempre que nos juntamos y tenemos paja de cocinar pedimos pizza.

-- Callate, cara dura --rió-- A las diez y media vienen los pibes a hacer previa -- Asentí y nos sentamos a comer.

Comimos hablando boludeces, y a los minutos ya habíamos terminado.

Junte las cosas y las lavé porque no tenía ganas de lavarlas después.

Mientras lavaba tocaron el timbre, eran los chicos.

-- Abrí, mogolico --le dije a mi amigo, quién se quedó mirando la televisión.

-- Ah, si, colgué --reí y él fue a abrir.

Como no eran tantas cosas para lavar, terminé rápido. Me sequé las manos y fuí con mis amigos.

-- ¿Qué onda, ñeros? --saludé.

-- ¡Valen! --dijo Guadalupe acercándose a abrazarme.

-- Hola, Guadita --la abraze más fuerte y después nos separamos, así seguía saludando a los otros chicos.

-- ¿Hoy nos re ponemos en pedo, o qué? --manijeó Tobías, tomándose un vodka con jugo.

-- ¡Más vale, perri! Si no, no es viernes --respondí yo, tomando un largo trago de mi fernet.

Al cabo de tres horas, el alcohol empezaba a hacer efecto y decidimos dejar lo mejor para el boliche, al cual nos estábamos dirigiendo ahora.

Fuimos con el auto de Tobías y el de mis viejos, porque somos bastantes y no entramos todos.

Nos separamos y fuimos hacia el boliche.

(...)

Hace una hora estamos acá y se puede decir que estoy lo suficientemente en pedo como lo quería estar para olvidarme de Kelaia.

-- Bombón --balbuceé en el oído de una chica, rubia y mucho más bajita que yo.

Ésta se dió vuelta para mirarme, a los segundos de verle la cara, me arrepentí de haber dicho lo que dije.

-- ¡Uy, perdón! No sabía que eras vos --dije como pude, estaba bastante dado vuelta y quería parecer en un estado normal.

Aunque era difícil.

-- ¿Estás bien? --dijo Kelaia, ella me conocía perfectamente en este estado y sabía como era yo en pedo o drogado.

-- Creo que sí --reí.

-- No, Valentín, no estás bien. Tomaste un montón, seguro.

Qué hija de puta, me conoce tan bien.

-- Bueno, sí --confesé-- pero estoy bien --negó con la cabeza ante mis palabras.

-- Vos no estás bien, vamos a casa --me agarró del brazo y fuimos hasta donde estaban los chicos para que ella les diga que estaba mal y me llevaba a mí casa.

Salimos del boliche y estaba por pedir un Uber.

-- No, pará --la frené y me miró confundida-- Vine en auto -- asintió y saqué las llaves.

-- Manejo yo, vos ni sueñes que vas a manejar así --me sacó las llaves de la mano y nos subimos al auto.

-- ¿Vamos a mi casa o a la tuya? --pregunté riendo.

-- A la tuya --murmuró arrancando el auto, para salir hacia mí casa.


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amigos ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora