Valentín;
-- Dale, wacho, vayamos --insistió Tobías.
-- Ni ahí, loro. No tengo ganas.
Estábamos en mi casa, yo acostado y Tobías parado insistiendome para que vayamos a una joda que hacía la prima de Daniel. Él nos invitó pero yo no tenía ganas, y Tobías vino a romperme las pelotas para que vaya.
-- Dale, así me como a la prima del Dani --siguió y yo suspiré.
-- ¿No me vas a dejar de romper la pija ni en pedo, no? --pregunté harto-- Aparte, seguro van los pibes y te la podés comer igual --me senté en la cama.
-- Bue, no seas gato. Yo te segundeo siempre, aparte, en una de esas te la comes a Kelaia --bromeó subiendo y bajando sus cejas.
Yo reí.
-- Ojalá, amigo. Vamos a comer algo así después nos vamos, dale --dije parándome y saliendo de la habitación junto a él.
-- Gracias, putita, ¿sale sexo desenfrenado y duro? --bromeó.
-- Sí, bebé --le tiré un beso y reímos mientras íbamos a la cocina -- Prendé la play que yo hago las chocolatadas.
Él asintió y fué a prender la play, parecíamos dos nenes chiquitos, pero desde siempre nos juntamos a merendar chocolatada y jugar a la play.
Nos gustaba bastante, lo solíamos hacer casi siempre al salir del colegio cuando éramos más chicos.
Terminé de preparar las dos leches, las dejé en la mesita del living y volví a buscar un paquete de galletitas, las agarré y me senté en el sillón junto a Tobías para empezar a jugar al FIFA.
Después de haber estado casi dos horas jugando a la play, Tobi se fue a su casa a bañarse y a comer algo, para después volver y que vayamos juntos a la joda.
Junté las cosas que usamos, lavé las tazas y subí a bañarme. Agarré ropa, puse música de Eminem y me metí a bañar tranquilo.
Pensaba en Kelaia, en lo linda que era y en lo boludo que fuí al no darle bola cuando tuve la oportunidad. Es que no sabía porqué nunca había visto su belleza, cuando andaba en skate que se concentraba tanto, cuando se caía porque no le salían los saltos, cuando se ponía en pedo, cuando bailaba hasta el piso y reía a lo loco. O también cuando fumaba, los ojos se le ponían más chinitos de lo que ya eran y sonreía tanto que te daban ganas de no dejar de besarla... cuando dormía, era envidiable que ni siquiera abra un poco la boca, yo dormía horrible.
Cuando éramos amigos, que se ponía a cantar Casi Ángeles y hacia de Mar, o cuando éramos más chicos, que estaba de moda esa novela y Kelaia se vestía como ella. Cuando me abrazaba, cuando me decia que me quería, todo... todo de ella era lindo y yo como un pelotudo la dejé ir.
Tuve la oportunidad, la tuve ahí, pero me dí cuenta tarde de lo que me pasaba con ella... y eran muchas cosas las que me pasaban.
Seguí bañándome disfrutando de la música y al rato salí del baño ya cambiado con algo tranqui.
-- Hola, hijo --saludó mi mamá cuando bajé.
-- Hola, ma. ¿Cómo te fué en el laburo?
-- Bien, por suerte. ¿Vos como estas? --dejó las cosas en el sillon.
-- Bien, hoy salgo con los pibes --avisé y ella asintió.
-- No vengas tarde, me voy a dormir que no doy más. Hoy entré a las cuatro de la mañana --avisó y yo la abracé-- Hay patys en el freezer.
-- Bueno, te amo --dije viendo como se iba.
-- Yo más.
[...]
Recién llegamos a la joda con Tobías, buscamos a los pibes y cuando los vimos nos acercamos hacia ellos sonriendo. Los saludamos y empezamos a bailar entre todos al ritmo de la canción que sonaba.
-- ¡Dale, wacho! --gritó Kelaia mientras meneaba hasta abajo.
Sonreí inconscientemente al verla.
-- ¡Tú me dejaste caer, pero ella me levantó! --canté sacándole el vaso de fernet a Manuel y tomando un sorbo.
Le devolví la bebida y prendí un porro, le dí varias secas moviéndome al compás de la música.
-- ¿Me dejas una sequita? --preguntaron, me dí vuelta y la ví a Kelaia, asentí y le dí el faso.
Le dió unas secas y yo la miraba embobado, era hermosa con el porro en la boca.
-- Voy a buscar para tomar --avisé y ella asintió, me alejé y me acerqué a una mesa dónde estaba lleno de escabio.
Me preparé un vinito y tomé un sorbo empezando a caminar para dónde estaban mis amigos, pero una mano en mi brazo hizo que me detenga y voltee a ver quién era.
Una morocha hermosa, con flequillito y varios piercings se encontraba en frente mío. Era enana, de labios grandes y con un cuerpazo.
-- ¿Pasó algo, morocha? --pregunté.
-- Pasa que sos hermoso -- dijo sonriendo.
Fua, mamita... Pensé.
-- Vos sos hermosa, mami --dije acercándome a ella a tal punto en el que nuestros labios rozaban.
Miré a un costado y Kelaia bailaba con una chica de espaldas a mí, la mina la miraba embobada y sonriente.
Volví a mirar a la morocha y sonreí juntando nuestros labios en un beso desesperado y completamente perfecto.
Bajé mis manos a su cintura y la pegué más a mí, siguiendo con el beso. Nos separamos cuando nos faltó el aire y dejó un pico en mis labios para irse, pero antes de que lo haga la agarré de la muñeca suavemente impidiendo que se vaya.
-- Pásame tu Instagram, morocha --pedí mirando sus labios, ella me lo dió y yo la seguí, besé sus labios por última vez y me volví con mis amigos.
Se Te Ve la Tanga de Damas Gratis empezó a sonar y llegué hacia ellos moviendo la cintura provocando su risa.
Empezamos a bailar esa canción que amábamos todos y a reír disfrutando del momento que estábamos pasando, fumados, escabiados y moviendo el orto... amaba a mis amigos.
Kelaia empezó a mover la cintura agarrándosela y a hacer gestos que me volvían loco, tomé un poco del vino mirándola bailar.
Se movía bien, tan hermosa, tan ella... tenía ganas de llenarla de besos.
Un poco fumado, ni si quiera en pedo, me acerqué a ella y la agarré de la cintura. Los pibes estaban en la suya bailando.
Ella me miró frunciendo el ceño y yo susurré en su oído:
-- Te veo bailar y me dejás knock out, Kelaia.
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oaa