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Kelaia;

Estábamos caminando con Mariana hasta que sentí como me agarraban del brazo y me daban vuelta. Fruncí el ceño encontrándome a Valentín mirándome a los ojos.

-- ¿Qué? --hablé seca cuando me alejó de Mariana un poco, supongo que para hablar.

-- Soy un pelotudo, un re contra pelotudo --asentí-- Perdón por lastimarte, perdón por todo. Ya sé que te dije que me gustabas, y me gustás en serio, pero quería dejar de sentirme cómo un loco por pensarte a cada rato. Fué un chape nada más, me gustás en serio y todo lo que te dije fué verdad. Perdón, no te mereces ésto pero yo te quiero de verdad.

Me quedé callada, no sabía que decirle. Es que, ¿qué le voy a decir? Todavía no sé ni si declararme.

-- Eh... después hablamos de ésto, por favor. Me quiero ir a disfrutar con Mariana y después pensarlo y hablar con vos. Me lastimaste, ya lo sabés, pe ro no sé que decirte ahora. Después hablamos, perdóname --hice una mueca y volví con Mariana.

-- ¿Y? ¿Qué pasó? --preguntó curiosa.

Suspiré mientras volvíamos a caminar.

-- Tomemos un helado y te cuento --asintió y fuimos en camino hacia una heladeria cercana.

Unos minutos después llegamos, pedimos y cuando tuvimos lo pedido nos sentamos a hablar. O a que yo le cuente y ella me diga lo que piensa sobre eso.

-- Me pidió perdón por todo, por lastimarme y por haberme dicho que gustaba de mí y después comerse a otra. Dijo que sólo era un chape y que en serio gusta de mí, que me quiere de verdad y que lo hizo para no sentirse un loco por pensarme a cada rato -- hablé mirando cómo comía el helado.

Empecé a comer yo esperando su respuesta.

-- Para mí, puede ser, pero puede ser... que te haya dicho la verdad. A pesar de lo que pasó, siento que te quiere posta y capaz se comió a esa morocha porque en serio te piensa mucho y... --hizo una pausa, reí por lo rápido que había hablado-- Nada, se nota que te quiere, hacé lo que creas correcto vos, a vos te gusta, lo querés y te conozco y sé que querés darle una oportunidad. Aunque te duela o te moleste, vos amas a Valentín y él te ama a vos.

Me quedé callada mientras seguíamos comiendo razón, no sabía que decirle, porque tenía razón y ella sabía que tenía razón en lo que decía.

Suspiré. Estaba harta de pensar, no me gustaba esto que estaba pasando. Estaba harta desde que me dí cuenta de que estaba enamorada de Valentín, y me enoja saber que nunca dejé de estarlo.

Seguimos tomando el helado luego de haber pedido que cambiemos de tema, ya que prefería pensarlo después y cuándo nos despedimos decidí ir a saludar a mi mamá a su casa ya que también quería saber qué iba a hacer para su cumpleaños que era pasado mañana.

Llegué, toqué el timbre y me abrió ella. Al verme sonrió y me abrazó haciéndome pasar.

-- Ya te extrañaba a vos --me dijo y reí.

-- Yo también, ma.

Me abrazó nuevamente y yo sonreí cómoda. Amaba los abrazos de mamá.

Empezamos a hablar de boludeces hasta que decidí tocar el tema.

-- Escuchame, quiero saber que vas a hacer por tu cumple que ya falta re poco --dije separándome del abrazo, ya que habíamos estado hablando aún abrazadas.

-- ¡Ah, sí! De eso te tenía que mandar mensaje, me olvidé, qué boluda... --reímos-- Bueno, vamos a hacer algo con la familia a la noche, venite, obviamente. Si querés que venga Manu, hace mucho no lo veo a ese.

-- Joya, mami, le digo a ver si puede venir. Me voy yendo que ya se hace tarde, ¿si? --besé su mejilla y la abracé.

-- ¿Sola? ¿A ésta hora? Ni en pedo, tomate un remis o algo --bufé-- No te quejes, Kelaia, está oscureciendo ya.

-- No pasa nada, ma. Son un par de cuadras nada más.

-- No, Kelaia. Basta. Decile a Manuel si está y que venga a buscarte así no vas sola.

Rodé los ojos y llamé a mi amigo, le conté lo que pasaba y me dijo que justo estaba con el auto del papá asi que me llevaba hasta casa y se volvía a la de sus papás.

-- Me dijo que ya viene, justo estaba con el auto de los papás y me busca, me deja en casa y se vuelve --expliqué.

-- ¿Y no te querés quedar a comer? Ahora en un rato viene tu papá de trabajar --lo pensé unos segundos hasta que acepté sonriente y mi mamá fue a preparar las cosas para que amasemos una pizza, cosa que amábamos hacer juntas.

Volví a llamar a Manuel diciéndole que me quedaba a comer y después corté para ir con mi mamá y hablar de todo, como siempre hacíamos.

Hacía bastante tiempo no venía a la casa de mis papás, pero ellos estaban laburando mucho, por lo que me contó mi mamá por mensajes cuándo hablábamos, y casi ni tiempo tenían.

Estaba contenta por verla de nuevo, y ahora iba a llegar mi papá así que mucho mejor.

-- ¿Y Valen, cómo está? Hace mucho no lo veo, ¿siguen siendo amigos?

-- Bien, él está bien. Hablamos porque compartimos el mismo grupo de amigos, viste, pero no somos más amigos... ahora te cuento porqué --me miró sorprendida y comencé a contarle toda la historia hasta hoy, que vino a decirme lo que dijo.

Ella me miraba atenta y prestaba atención a lo que decia, la amaba, porque siempre me escuchaba y sabia qué decirme o aconsejarme en el momento justo. Y eso es lo que necesito ahora.

Me aconsejó que hacer, y yo, tomé sus palabras y ya tenia una decisión.

-- Mirá que van a venir a mi cumpleaños, eh --avisó y yo suspiré-- Igual, me dijo Maia que Valen no podía venir, pero no te prometo nada --asentí y justo escuchamos el ruido de la puerta.

Me acerqué al living y lo pude ver a mi papá cerrando la puerta de entrada de mi casa. Sonreí y me acerqué a abrazarlo.

-- Hola, mi amor. Te extrañaba --dijo abrazándome.

-- Yo también, pa --respondí separándome del abrazo. Siempre fuí muy maricona con mis papás.

-- ¿Te quedas a comer? --preguntó yendo a saludar a mi mamá.

-- Sí, se queda. Estamos haciendo unas pizzas --respondió la anterior nombrada y yo sonreí asintiendo con la cabeza.

-- Qué rico --sonrió-- Bueno, me voy a bañar rápido y vengo ¿si?

-- Dale, te amo.

-- Yo más, Keli.























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hola puro relleno

amigos ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora