Kelaia;
-- Tuvo un accidente con el auto, está en el hospital --dijo calmando su llanto.
Rapídamente sentí mis mejillas mojandose y un dolor en el pecho muy fuerte. Valentín es de las cosas más lindas que hay en el mundo, ¿Porqué justo él?
Era extraña la sensación, él era muy cuidadoso a la hora de manejar, y esto de estar alejados hacía que me duela el doble.
-- ¿En qué hospital está, Sol? --preguntó Manuel, igual de preocupado y shockeado que yo. Ella se lo dijo con la mirada en el piso. --Pasá, nos cambiamos rápido y vamos para allá.
Subí las escaleras y me puse un short de Jean Blanco,h acia un poco de calor. Me cambié la remera por una negra, que me quedaba por abajo del short, y ni me peiné.
Una vez que terminamos, bajamos a las apuradas y nos subimos al auto de Manuel, para dirigirnos al hospital en dónde se encontraba Valentín.
Que fea sensación era no saber qué pasó, porqué paso, ni como estará. ¿Será grave? ¿Estará bien? ¿Mal? o... ¡¿Inconciente?!
-- ¿Cómo te enteraste, Sol? --pregunté mientras viajábamos.
-- Maia me llamó pidiendo que les diga a ustedes y a los demás chicos.
-- Gracias por venir a avisarnos --sonreí a medias, ella lo hizo igual.
En este momento lo que menos me importaba era mi mala relación con Sol, sólo me importaba la salud Valentín.
Estaba muy rota, incluso más rota que antes.
(...)
Suspiré y me apoye en el pecho de Tadeo. Hacía más de una hora que estabamos acá. Él tenía sus manos en mi cintura, y estábamos todos los amigos de Valentín preocupados esperando novedades.
Reaccioné al sentir un suave apretón en mi cintura por parte de mi casi novio, lo miré e hizo una seña hacia Tobías, quién me alcanzaba una latita de Coca Cola.
--Gracias, Toto --sonreí, él me devolvió el gesto.
-- ¿Cómo estás, amor? --murmuró Tadeo sobre mi oreja.
Acto que me dió mucha paz y logró sacarme una sonrisita, nuevamente.
-- Como puedo. ¿Y vos?
-- Igual... ¿Me das un beso? --me dió ternura su forma de preguntarlo, así que saqué mi cabeza de su pecho y me acerqué a sus labios plantando un largo y dulce beso. --Te quiero mucho --susurró.
--Yo a vos, ahora vengo.
Me levanté de la silla para ir al baño, luego de hacerlo, me acerqué a Maia a ver cómo estaba porque recién llegaba, ya que recién pudo volver del trabajo.
A ella la llamaron del hospital y como no pudo volver rápido, acudió a la novia de Valentín para que vengamos todos.
-- Hola, Keli.
-- Hola, Mai. ¿Cómo estás? --la abracé y me senté a su lado.
-- Preocupada, me dijeron que manejaba rápido, como enojado... Valen siempre fue muy cuidadoso y responsable en ese sentido. No sé qué le pasó. ¿Vos cómo estás, hija? Hace mucho no te veo por casa...
-- Valen es muy fuerte, Mai, va a estar bien --sonreí-- Yo igual que vos, pero bueno. Y hubo algunas cositas con Valen por ahí, unos mini problemas, pero tranqui que ya voy a ir a visitarlos. Te quiero mucho. --Maia me sonrió y me abrazó fuerte, como si no quisiera separarse...
Y la entendía, ella era como una madre para mí.
Luego de unos minutos más, me separé y fui con mis amigos que estaban un poco lejos de ahí.
Mientras caminaba pensaba, ¿Porque a él? Valentín era un sol persona y era el último que se merecía eso.
Porque a pesar de que me haya dolido su rechazo, yo lo amaba, y estaba segura de que él me amaba a mí porque siempre me lo demostró lo mejor que pudo.
Unas lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, y cuando quise darme cuenta ya estaba en donde estaban todos.
Fui a abrazar a Manu, dejando que mis lágrimas sigan cayendo con más frecuencia que antes. Manuel me hacía caricias en el pelo y yo dentro de todo me tranquilizaba un poco.
.