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Después de algunas canciones más, nos pusimos a jugar al Twister mientras tomábamos un vino y escuchábamos Damas Gratis.

Quería quedarme así hasta siempre, con ellos, sea dónde sea, pero con ellos.

Realmente era imposible aburrirse, y eso era algo que amaba de nuestras juntadas.

-- ¡Ay, me caigo! --gritó Manuel haciendo maniobras para no caerse.

-- ¡Pará, wacho! ¡Me vas a tirar a mí! --gritó Valentin empujándolo suavemente como podía.

Daniel y yo estábamos tentados mientras dictábamos lo que tenían que hacer.

-- ¡Dale, gato, caete de una vez y listo! --gritó Tadeo tambaleandose con Tobo.

-- ¡Chupála, pelotudo! ¡No voy a pagar quinientos pesos!

-- ¡Rata inmunda, animal rastrero! --cantó Tobías. Solté una carcajada.

Estábamos apostando quinientos pesos, porque como buenos ratas que somos todos, ninguno iba a pagarlo. Así que el primero que se caía pagaba.

-- Es mi cumpleaños --sacó la lengua.

Rodamos los ojos y seguimos jugando un rato, los que no jugaban bailaban Damas Gratis y se iban fijando el asado.

Yo estaba apoyada en la pared mientras me terminaba el poco fernet que quedaba en mi vaso y miraba a mis amigos jugando al Twister y haciendo quilombo, como siempre.

-- Estás hermosa --murmuraron en mi oído y reconocí la voz de Tadeo al instante, miré a un costado encontrándome con su cuerpo y le sonreí.

-- Vos más --besé sus labios y puse sus manos en mi cintura.

Se apoyó en dónde yo estaba y yo, me apoyé de espaldas en su cuerpo, aún con sus manos en mi cintura.

Estábamos hablando boludeces mientras que Mauro, Tobías y Guadalupe jugaban al Twister, Valentín les dictaba y Daniel y Manuel estaban en la parrilla.

Me empezó a hacer cosquillas en la panza, y yo me tiré para atrás haciendo que sin querer él me apoye su miembro.

Me alejé y nos reímos, pero el me volvió a acercar hacia él logrando que pase lo mismo aún más fuerte.

-- Tonto.

-- Tonta --rodé los ojos y me quedé un rato acariciando sus brazos que rodeaban mi cintura, sin separarme de su cuerpo.

Los chicos ya habían dejado el Twister y estaban hablando boludeces.

-- Che, ¿quién se rompe un fernet? --preguntó Dani mirándome.

-- Una re indirecta tiraba --rió Guada, contagiándome a mí.

-- Ahora preparo --dije separándome de Tadeo y yendo hacia la cocina.

Entré y comencé a hacer el fernet con Coca Cola, a los segundos sentí unos pasos y como alguien apoyaba la botella cortada en la mesada.

Subí la vista encontrándome con Valentin y sonreí de costado.

-- Me dijo el Tade que te la traiga --rió.

Sonreí ampliamente.

-- Gracias, wacho.

Nos quedamos unos segundos en silencio, un poco incómodo para mí pero no sé si tanto para él.

-- ¿Como estás vos? --habló nervioso.

-- Bien, por suerte. ¿Vos? ¿Todo cheto con Sol, todavía? --asintió-- Me alegro...

Terminé de preparar el trago y salí al patio, el ojiazul fué al baño así que salí sola entregandole la botella cortada a Daniel.

A los minutos ya estaba lista la comida, así que corté unas plantas de lechugas y unos tomates rápido y los llevé a la mesa.

-- ¡Provechito, loco! --habló Manuel.

-- ¡A ver, un chin-chin por Manucho! --dijo Valentín y brindamos con las latitas de birra que estaban en la mesa.

Reímos y nos pusimos a comer escuchando música y contando anécdotas.

Después de un larguísimo rato, ya estábamos todos listos y la gente empezaba a llegar, los chicos estaban disfrazados de las 'bandas' del GTA, Guadalupe era porrista y yo, policía.

Nos sacamos una foto todos juntos y después empezamos a disfrutar de la joda que ya empezaba a ponerse piola.

[...]

La casa estaba llena de gente, y la joda estaba buenísima. Con mis amigos ya estábamos en pedo bailando todos juntos temas de Tego Calderon.

Meneabamos hasta abajo y subíamos, hasta que Manuel empezó a mover el culo y empezamos a estallar de la risa todos juntos.

-- ¡Mi amor, que colita! --gritó Valentín.

-- ¡Gracias, bombón! --gritó con voz aguda, lo suficientemente alto como para que lo escuchemos con la música fuerte.

Siguió perreando y a eso se sumó Valentín, después yo, y después terminamos todos moviendo el culo al ritmo de Rompe Rodillas de Guaynaa.

Reímos y abracé a Manuel.

-- Te amo, ¿la estás pasando bien?

-- Excelente --me pasó el porro que acababa de encender y le di una seca para después devolvérselo.

Los Nota Lokos se hicieron presentes en la joda y con Mauro, empezamos a bailar Sexy Soltera tirando los prohibidos.

-- ¡Siénteme, si quieres algo, miénteme! ¡Si me deseas, tiéntame! --cantamos bailando.

Tomé un largo trago de su vaso con vino y se lo devolví.

Daniel se acercó hacía nosotros fumando.

-- ¿¡Están bailando Los Nota Lokos sin mí!? --gritó y le hice un puchero, reímos  y nos pusimos a bailar los tres juntos mientras fumábamos porro y tomábamos vino.

Después de un rato bailando me agarraron ganas de ir al baño, no había nadie esperando, y sorprendentemente, adentro tampoco. Así que hice pis, me lavé las manos y salí encontrándome a Tadeo, quién me acorraló contra la pared al verme salir.

-- Me asusté --reí y el sonrió, con esa sonrisa que me daban ganas de no dejar de besarlo nunca.

Se acercó a mis labios y me besó. Que lindos besos daba el hijo de puta.

-- Qué hermoso te queda el traje, dejaría que me metas en cana si vos sos la yuta --dijo y yo solté una carcajada por lo bobo que había sido su chamuyo.

Él rió conmigo y yo volví a besarlo. Me gustaba mucho besarlo, y aparte era hermoso él.

-- Sos tan hermoso.

-- Vos mi amor, te arrancaría el traje con los dientes --bromeó y reí.

-- ¿Y porqué no? --sonrió.

-- Vamos a bailar.

Acepté y volvimos a dónde yo estaba antes, para empezar a bailar La Vecinita de Vico C. Amaba esa canción.

-- ¡La vecinita tiene antojo! --grité y Tadeo me agarró de la cintura, pegando nuestros cuerpos y bailando los dos.
















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bueeenas noche

amigos ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora