kelaia;
Hace una semana venía llorando por lo mismo, o por el mismo.
Valentín, siempre él lastimándome.
Me partía el corazón el hecho de saber que me pregunto si eso era una broma, porque no queria lastimarme y no le gusto. Me dolía saber que es tan gato que va con la primera tanga que se le cruza, y encima, me haga saber que no soy de su estilo.
Me lastimaba, y me hacía sentir horrible.
De un momento a otro, mi celular comenzó a sonar, y sin ver quién llamaba, decidí atender.
-- ¿Hola?
-- Kela, al fin me respondes --dijo la persona que menos queria escuchar en este momento; Valentín.
-- Ah, ¿qué querés? --dije tratando de ser un poco seca ante su dulce voz.
Digo tratando, porque con él lo ultimo que puedo hacer es enojarme, ya que en dos segundos me tiene a sus pies.
Es que, con lo lindo que es, ¿quién no lo estaría?
-- ¿Porqué no respondiste ningún mensaje, ni llamado mío? --preguntó éste, y aunque no podía verlo, sabía que un puchero se le había formado en los labios, logrando que sonría a medias.
-- No sé, perdóname.
-- Tranqui, ¿cómo estás?
-- Estoy bien --sonreí ampliamente-- Pero me tengo que ir, nos vemos, Valen --Mentí.
-- Bueno, chau, Keli --Respondió cortando la llamada.
Me hacia mal escucharlo, realmente me dolía todo.
(...)
-- ¡Buenas, buenas! --saludó Manuel entrando a casa.
-- ¿Qué onda? --lo abracé.
-- Todo tranqui, ¿vos? --aceptó mi abrazo.
Hice una mueca.
-- Maso, acá andamos.
-- Poné la pava y contame todo, ya.
Acepté su "orden" y me dirigí a poner agua en la pava, para luego calentarla en la hornalla.
Agarré el mate, le puse yerba y agarré galletitas para llevarlas a la mesa, donde se encontraba mi amigo con el celular.
A los minutos el agua ya estaba, asi que la pase al termo y lo llevé a la mesa también.
-- ¡Cebo yo! --dijo agarrando las cosas.
Reí un poco.
-- Bueno.
-- Dale, contá --preparó el primer mate.
-- ¿Viste que el otro día me puse re en pedo? --el asintió-- Bueno, resulta que fui a la casa de Valen y estaba tan en pedo que le dije que me gusta --Manu escupió las galletitas.
