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Kelaia;

Cuando Valentín me dijo eso no supe que responder, me quedé callada pero feliz por dentro. Eran muchas cosas, me dijo que cortó con Sol, que gusta de mí y ahora me dice que lo dejo loco cuando bailo.

¿Cómo no iba a gustarme?

Sólo sonreí, me dí vuelta y me fuí a bailar para que me siga viendo. Soy una tarada, eso ya lo sé, pero no sabía que carajo responderle.

Aparte, había tomado bastante y si no coordinaba dos pensamientos sobria, mucho menos tomada.

Busqué a la chica con la que estaba bailando antes, era re copada y encima hermosa, un re lomazo. Cuando la encontré me acerqué a ella y empezamos a bailar nuevamente.

Le saqué el vaso de las manos y tomé un trago, me agarró la cintura y sonreí mientras meneábamos al compás de la canción.

-- Qué linda que sos...-- murmuré y pude ver como ensanchaba una sonrisa.

No respondió, sólo se acercó y me comió la boca de un beso. Estuvimos un tiempo así, hasta que nos separamos agitadas y sonreímos al unísono mientras nos mirábamos las caras.

Se alejó dejando un beso en la comisura de mis labios.

-- Nos vemos, rubia --habló y se fué, perdiéndose entre toda la gente.

Miré a un costado tomando un sorbo de la bebida, y pude ver a Valentín a unos pocos metros sonriendo de costado, mirándome también.

-- Hola, pedazo de puta --hablaron y me dí vuelta, era Guadalupe.

-- ¿Qué hacés, turri? --pregunté.

-- Te buscaba a vos. Vamos a mover la burrona, dale --dijo arrastrándome del brazo y yo reí mientras me llevaba a un lugar más libre.

Sonaban temas de reggaeton viejo, mientras Guada prendía un porro y bailábamos mientras tanto. La estoy pasando más que bien.

-- Boluda, miralo al Tobo --dijo Guadalupe pasándome el cigarro.

Miré hacia dónde su mirada también se dirigía y pude ver a Tobías comiéndole la boca a la prima de Daniel. Solté una risita inconscientemente.

-- Al fin pudo comérsela --dije riendo y contagiándole mi risa a la morocha.

-- Un ganador --bromeó.

Le dí varias secas al porro y se lo devolví a mi amiga, empezamos a bailar hasta cansarnos y a tomar alcohol disfrutando aún más de la noche.

Al rato se acercaron nuestros amigos y seguimos bailando todos juntos hasta que las piernas me dolían.

Valentín se había ido a no sé dónde, y yo me acerqué a una escalera que estaba ahí, me senté y miraba a la gente bailar mientras esperaba a que me dejaran de doler un poco las piernas.

Me quedé un rato largo, terminando de tomarme un vino yo sola, hasta que sentí varios golpes fuertes en mi espalda.

Me dí vuelta, estaba Valentín pegándome patadas no muy fuertes en la espalda.

Reí un poco.

-- Eu, ¿estás bien? --pregunté aguantandome la risa, seguro estaba re en pedo y me daba gracia que estaba parado mirando al piso y pegando patadas.

-- S-si --dijo y sentí un olor a una mezcla rara de cualquier tipo de sustancias salir de su boca.

Estaba re mamado.

-- Vamos, te llevo a tu casa.

-- ¿Vamos a dormir abrazados? --preguntó y negué. Hizo un puchero que me derritió de amor-- ¿Y no te puedo tocar el culo? --preguntó riendo, pero volviendo a formar un puchero con sus labios nuevamente.

amigos ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora